TORRENT, CORRIENTES: ESTUVIERON LOS MARCIANOS (ENE 1965)


A principios de 1965 la prensa publico la noticia de un extraño caso que tiene por escenario la localidad de Torrent, provincia de Corrientes. Por entonces se conocieron varias versiones que, si bien coinciden en lineas generales, no lo es­tan en cuanto a la fecha, a la presunta visualizacion de algun artefacto aereo, y a otros detalles.

Torrent, Corrientes, 1965.

Entre las mas difundidas, debemos remitimos a la version de A. Ribera en Platillos Volantes en Iberoamerica y España (1), quien citando al diario El Territorio de Posadas, el hecho habria ocurrido a finales de enero; Gordon Creighton en The Humanoids (2) señala que la fantasmal experiencia se produjo en la primera semana de febrero; mientras que el diario Clarin (3), de Buenos Aires, el incidente se habria producido el 11 de febrero.

La primera informacion es la publicada por El Territorio, del 31 de enero de 1965, y con el titulo de “¿Marcianos en Torren?” (NdR: error por Torrent) narra la siguiente:

“En Torren estuvieron los marcianos, asi decian algunos vecinos de esa cercana localidad correntina, despues de lo ocurrido a un agricultor de la zona la noticia circulo rapidamente y se formaron ruedas para comentar el caso. Algunos lo tomaron en sorna, otros mas credulos comenzaron a pensar que las aventuras de ficcion, no son simples productos de la imaginacion de esa gente desocupada, que no tiene nada que hacer y se dedica a escribir, segun una expresion.

“Lo cierto es que una noche, en momentos en que un agricultor de la zona (cuyo nombre no hemos podido obtener) se encontraba, en compañia de familiares y vecinos, dedicado a las tareas de su chacra, ya en horas de la noche, observo que desde el ho­rizonte se aproximaban a gran velocidad cinco puntos luminosos, dando cuenta de inme­diato a las personas que se encontraban con el. Segun los detalles de la noticia, era una noche oscura, sin luna, lo que impidio que pudieran observar de inmediato, que se trataban de nada mas ni nada menos que de cinco señores marcianos. Los visitantes si­derales habrian descendido de un extraño aparato y al ver luces en las inmediaciones se aproximaron con el inocente proposito de observar de que se trataba.

“De acuerdo a la misma fuente de informacion -prosigue la cronica periodistica-, los supuestos marcianos, tendrian dos metros de estatura, de cuerpo delgado y con un solo ojo a la altura de la frente y ademas con un artefacto ubicado en la cabeza que proyectaba un denso haz de luz. Ante esta situacion uno de los asombrados terraqueos atino a introducirse en la casa del poblador, para salir posteriormente portando un arma con la intencion de abrir fuego. Al parecer, un extraño influjo impidio que pu­diera hacerlo, aun cuando el arma se encontraba cargada y la persona sabia operar con ella.

“Al ver el peligro, los visitantes rodearon al grupo y se apoderaron de uno de los integrantes, seguramente con el proposito de capturarlo como rehen para impedir que adoptaran otras medidas de ataque. El terraqueo, presa de pavor, fue tomado de los brazos, pero ante la demostracion de pasividad de los otros, optaron por soltarlo, para regresar despues en el mismo sentido en que habian llegado, perdiendose en la espesura de un monte cercano. Segun la noticia, que circulo insistentemente en esa localidad y en Santo Tome, la persona que fue tomada por los gigantes, sufrio una rara enfermedad de piel en uno de los brazos y cuyas causas no han sido establecidas con precision.

“Aun cuando algunos logicamente dudan de la veracidad de este hecho, muchos pobladores de la region insisten en afirmar que en Torren estuvieron los marcianos…”.­

Asi concluye el articulo. Sin embargo, la citada obra de A. Ribera aporta otros datos aparecidos en el boletin de la CODOVNI (4). Una compilacion de las apariciones de ovnis en la Argentina durante 1965 son alli reseñadas bajo el titulo de “Informaciones autenticas sobre platos voladores en la Republica Argentina – 1965”. Habiendo recurrido a esta fuente para precisar los datos, nos dice:


Carlos Souriau.

“El corresponsal de la CODOVNI en Corrientes, Sr. Rialto Flores, tuvo la oportunidad de conversar con el Sr. Carlos Souriou (NdR: error, por Souriau), estudiante del 4° año de la Escuela Normal e hijo del dueño del campo donde fueron vistos los ex­traños seres. Este es el relato del Sr. Souriou: esa noche su hermano mayor y algunos peones salieron a cazar tatu (NdR: tatues, mulitas o armadillos) y al regresar a la ca­sa vieron unos bultos en la oscuridad, eran bultos bajos, de medio metro mas o menos, por lo que un peon le dijo a su hermano: son enanitos patroncito, vamos a atropellarles a machete, y sacando su machete intento atacar a los enanos. En ese momento ocurrio algo raro, el peon quedo con el brazo derecho paralizado y los enanos se a­grandaron hasta 2,50 metros mas o menos de alto; entonces su hermano les hizo un dis­paro con un rifle automatico calibre 22 que llevaba consigo, y aqui ocurrio otro mis­terio, no salio ningun otro tiro a pesar de que el rifle jamas habia fallado. Dice que cambiaba la bala de la recamara y tampoco salia, al verse indefensos huyeron ha­cia la casa y se encerraron. Otro misterio: de afuera entraba una luz a traves de las paredes de madera, iluminaba todo; su hermano menor casi quedo loco de miedo, le daba ataques de nervios y lo tapaban con cajas, etc., para que no vea la luz. Despues de un rato y creyendo que se habian ido los bichos, como decian los peones, su hermano (NdR: mayor) salio para poner en marcha la camioneta que tenian frente a la casa, no vio a nadie y al llegar al coche le rodearon los hombres sin que se explique de donde salieron. Su hermano corrio hacia la casa seguido por esos seres y los peones al oir el tropel que venia y pensando que eran los bichos cerraron la puerta dejandolo a­fuera, este grito y los peones abrieron la puerta en momentos en que le alcanzaron los hombres y uno de ellos le paso la mano por la barriga y la cintura cuando el sal­to adentro y volvieron a encerrarse. Despues de un largo rato salieron de nuevo, los peones se acostaron boca abajo en la camioneta y se fueron a otro campo que poseen en las cercanias. Como los peones no querian ir mas al campo tuvieron que trasladarlos a otro campo y a uno echarlo porque era demasiado el miedo que tenia. Cuando estaban encerrados, los peones ofrecian cada cual mas paquetes de velas a los santos. Agrego Soriou que a lo mejor los gigantes estaban al principio acostados o sentados, por eso parecian bajos y despues se habran levantado. Lo mismo los ojos, el no asegura, dice a lo mejor eran reflectores. Hay que tener en cuenta que se burlaron mucho de ellos. Dice que contar no es nada, habia que ver esos momentos horribles que pasaron (NdR: sus hermanos y peones). En ningun momento vieron aparato alguno. La mano que le toco a uno no era como la nuestra, parecia de pelos o algo asi, no sabe explicar”


Gordon Creighton

Estas versiones contrastan con la de Clarin (“De nuestra agencia”), y Cronica (5), atribuyendo este ultimo la informacion a la Agencia Noticiosa Saporiti y a comenta­rios de Rodrigo de Riana, de los que se sirve G. Creighton en la obra antes mencionada.

En efecto, la noticia señala que “una noche de la primera semana de febrero”, ex­tremadamente oscura, fueron vistos emerger a gran velocidad y desde el horizonte cin­co puntos luminosos. “Poco despues -agrega el relato- de un aparato transparente y muy raro, descendieron cinco presuntos marcianos, de casi dos metros de altura cada uno, y con un solo ojo ubicado al centro de la frente. Ademas -como si fuera poco- con un artefacto ubicado en la cabeza que irradiaba pequeñas luces de los mas variados colores”, dice Cronica Matutina y de un modo muy parecido Clarin, que no desaprovecha el espacio para la ironia: “los vecinos recordaron que Carnaval cae este año en marzo, y que, entonces, los aparecidos no podian haberse escapado de un corso cercano, por lo que resolvieron alejarse a la carrera”.

“Los marcianos -continua Cronica- , que ya se habian introducido en una pequeña finca del lugar ante la expectacion y estupor de los vecinos de la zona, intentaron capturar a uno de los terraqueos. Proposito que no pudo llevarse a cabo ante la firme actitud del conjunto vecinal, por lo que los extraños visitantes optaron por la retirada. Luego de regresar en la nave aeroespacial -coinciden estas ultimas fuentes- desaparecieron del lugar en contados segundos, rumbo al infinito”.

LA INVESTIGACION

El episodio de Torrent se inscribe -como la mayoria de los encuentros de esa decada- entre los mas popularmente conocidos. Esto quiza se deba al modo en que irrumpe el fenomeno en Sudamerica y a la atencion que le brindan los ufologos europeos a la produccion local. Aun asi, la reaccion de los potenciales encuestadores de ese tiempo ha estado ceñida, una vez mas, a una pobre indagacion -sin llegar al lugar ni a los testigos- y si, en cambio, a una prolifica difusion del episodio (vs.: “Banchs Case Referentes”, de Richard W. Heiden). Tal esta­do de cosas, nos impulso a llevar adelante la presente investigacion.

Efectivamente, tras una exploracion preliminar, el sondeo nos condujo en 1992 a Torrent, habida cuenta de los datos pauperrimos, confusos y contradictorios que disponiamos hasta esa fecha.

Torrent es un pequeño poblado de vida rural que pertenece al Partido de Gral. Al­vear, al este de la Provincia de Corrientes. Se halla a unos 50 Km. al sudoeste de la localidad de Santo Tome, y puede accederse a traves del ferrocarril, de un unico tren de pasajeros que llega diariamente a la antigua estacion Juan E. Torrent (FCGU.), o bien, recorriendo unos 10 Km. por camino de tierra desde la ruta nacional 14, que corre paralela al rio Uruguay

Ingresando por ese camino polvoriento desde la ruta, a unos 3,5 Km. se llega al campo de los Souriau, un predio de unas 100 Ha que pertenece en la actualidad a unos entrerrianos. Su aspecto permanece casi inalterable: su mayor extension esta cubierta de arboles, aunque dejando ver desde su entrada la vivienda donde se habrian refugiado los testigos, a unos 150 m de aquella. A una distancia equivalente, o ligeramente superior, hacia el sud-sudeste transponiendo cierta espesura boscosa se halla una tape­ra, en torno a la cual se habrian estado moviendo los bichos o marcianos, como se los llamo. Frente a la ruinosa construccion de madera, a unos 100-150 m mas al sur se encuentra la orilla de una enorme laguna utilizada para riego y cultivo de arroz.

Este es el escenario, el marco geogra­fico donde se desarrollo la fantasmagorica historia. La misma que ha venido a engrosar el rico repertorio de los fenomenos inusuales en la Argentina y que recorrieron el mundo.

LAS ENCUESTAS

Hace años que la familia Souriau dejo de vivir en Torrent. De modo que debimos localizar al mayor de los hermanos, uno de los principales protagonistas, en Santo Tome. Alli Luis Hector Lucho Souriau reside y trabaja en una carniceria de su propiedad cercana a la terminal de omnibus. Con sorpresa y algo dubitativo ante el motivo de nuestra presencia, accede por primera vez a ser encuestado en relacion al episodio de Torrent. Caviloso, inicia el dialogo afirmando tibiamente que “esa noche no estaba ahi”, pero a medida en que transcurria nuestra conversacion parecia adquirir cierta confianza y concluye reconociendo haber sido testigo de aquel evento: “La verdad, verdad: la mentira, mentira”, nos dice.


Carlos Souriau expone su testimonio ante el doctor Roberto Banchs.

“Fue un gran susto. No estoy seguro de lo que en realidad se vio, pero algo se vio. Fue por la noche, pongamosle… media noche, porque a esas horas es cuando se cazan tatues. eramos jovenes, yo tenia 24 años y mi hermano menor, Mario Alejandro, unos 6 o 7 años… el tuvo mucho susto. Se hallaban tambien 4 o 5 peones, cuyos nombres no recuerdo, estaban ahi ocasionalmente: gente credula, supersticiosa, sugestionable. Si recuerdo que uno de ellos, especialmente, quedo muy impresionado y habra hablado alla en el pueblo. Lo mismo le habria ocurrido a mi otro hermano, Carlos (de 17 años), porque es el que siguio, a pesar de que no estaba.

“Me encontraba cazando tatues, cuando de pronto veo unos bultos bajitos, de un metro o poco mas, con cabeza grande y una luz en la cabeza. Se hallaban a unos 30, 50 o 100 m, 100 metros, aunque no podia determinarlo, porque en el campo y de no­che podria ser cualquier distancia. Sale un peon que alerta a los demas (que estaban en la casa), y todos ven esos bultos, eran varios enanos, no podria precisar cuantos. Los peones se meten dentro de la casa, vuelven a salir, vuelven a verlos y se meten en la casa y nada mas.

“No se vieron platos voladores. Tampoco se registraron huellas, nada quemado. No es cierto eso del machete del peon, (NdR: segun una de las versiones, un peon quiso atropellarles a machetazos, quedando con el brazo paralizado); tal vez empleo esa expresion, pero nada mas. Esa version es demasiado florida… Es un cuento al que le pusieron letra, y hubo quien le puso musica.

“La observacion habra durado 2, 3 o quiza 5 minutos. Tiempo en que vimos esos bultos bajitos moviendose en la oscuridad. Fue mucho menos espectacular de lo que se publico. Mi hermano Mario Alejandro era muy chico como para recordar lo sucedido, y mis hermanos Juan Pablo y Carlos, asi como mi padre, Pablo, no estaban presentes. Ellos se hallaban en otro campo de su propiedad. En cuanto a los peones, se trataba de gen­te de paso o vecinos, mayores, que se han ido y otros han muerto. Pero les repito: esto es lo que ha ocurrido. Ahora, quiza mi hermano Carlos recuerde algo mas, ya que parece que el siguio con la cuestion, pero vive en Posadas (Provincia de Misiones)”.

Y nos fuimos a Posadas, a continuar la investigacion. Alli localizamos a Carlos Souriau, dueño de un deposito de verduras y hortalizas. Un hombre amable, distendido, que gusta alternar sus horas de trabajo junto a sus amigos y su guitarra.

Bien dispuesto a la entrevista, afirma: “Yo no estuve presente ahi, pero mi hermano mayor me conto de eso a los 4 o 5 dias, o tal vez mas; me hallaba en otro campo a 15 Km., entrando para Torrent. Recuerdo haberme comentado que vio luces de varios colores, eso si, pero que bajaban o cosa asi, no. Como en esa epoca estaba ese furor de los platos voladores, entonces aca se imaginan… De que vieron luces, vieron; ahora, de que habia un aparato, ¡puede ser cualquier cosa! El episodio se recordo durante algunos años, y despues quedo sin efecto, porque aparecian por todos lados, y quedo como uno mas. Ya fue comun ver esas cosas.

“Si aca hay que hacer un relato claro y sencillo, es que se vieron luces, tras las cuales advirtieron a esos seres, que primero se creyo eran bajos y luego resultaron altos, porque si alguien esta en el campo y ve unas luces, no sabe si estan a 100, 200 o 500 metros. Se les veia una sola luz, como si estuviese en el centro, en medio de la frente. Pero si usted mira una luz por la noche, no sabe si es alta, baja o que y usted se acerca y va cambiando. Pudo haber tenido luces en medio de la cintura, como haberlas tenido arriba, y cambian; de ahi se estimo la altura que tendria esta gente, por las luces, pero el campo engaña…

“Todo por aca hay arboles, todo en esta zona los hay. Y bueno, por aca habran andado ellos, y pudieron entrar a esa vivienda abandonada, que es una tapera con rancho que estaba deshabitada (NdR: la tapera se encuentra a unos 150-200 m de la vivienda); puede que esa haya sido la impresion que tuvieron, al menos es lo que contaron los peones y mi hermano, quienes en esos momentos andaban cazando tatues, recorriendo el campo. Puede ser, porque del fondo, cerca de la tapera -una casa vacia-, de ahi salian esas luces, en esa direccion. Lo que pasa es que en el campo usted mira y cree ver una luz de noche a 100 m, pero puede estar a 300 m. La precision cuando hay mucha oscuridad -como esa noche- no se puede alcanzar. Pudo haber una mala interpretacion de que entraron a la casa donde estaba la gente (NdR: ahora se refiere a los testigos), pero lo que recuerdo es que todo ocurrio a distancia. No ocurrio ahi en la casa donde estaban las personas, sino que las luces se veian de lejos.

“Y bueno, dijeron que la luz era fuerte, por ahi vieron. Porque quien sabe, hay mucha gente en el campo, y ahi en el fondo… ¿que la luz entro por la paredes? (NdR: indicandole una version periodistica), la tapera tiene tablas, que a veces no las tiene juntas y se ve la claridad. Hasta la claridad de la Luna se ve, de noche. O un auto que viene y enfoca, parece que esta dentro de la casa, y en realidad es la claridad que entra en la casa.

En relacion a la presunta tentativa de los testigos por repeler la invasion con sus armas, Carlos Souriau manifiesta: “De eso no me acuerdo tanto, pero si alguna vez lo he dicho, es porque he repetido lo que en esa ocasion me han contado. En cuanto a la carabina, ¡del susto habra quedado trabada!, o creyo que cargo el arma y no cargo nada, y apreto el gatillo de la escopeta o carabina y no salio nada porque simplemen­te no estaba cargada, por el susto”, especula Carlos. “Muchas veces uno cree que hace las cosas como corresponde, y no lo hace”, reflexiona. Refiriendose al proposito de un peon por “atropellarles a machete”, vuelve a coincidir con su hermano Luis Hector: “Eso es algo que habria dicho algun peon a modo de decir. Es gente capaz de enfrentarse con algo que conocen, un animal suelto o algo asi, pero si no lo conocen van a salir corriendo. Si hoy en dia ven un ala delta, es posible que la confundan con un pa­jaro grande, y como lo desconocen, se asusten y no lo enfrenten.

“Los peones eran personas mayores, que ya no estan. Era un grupo. En el campo se reune por la noche, a veces vienen vecinos… En esa oportunidad se encontraban mi hermano mayor Luis y el menor, Mario Alejandro. Este ultimo se habra pegado un gran sus­to, aunque el recuerdo lo tendra mas apagado. Tambien uno de esos peones habia queda­do con mucho miedo, y haya ido a otro campo, quiza del vecino, por ahi.

“La observacion duro un instante, uno o dos minutos. Mas no puede ser. Fue una cosa rapida, de acuerdo a lo que me han contado. Por eso le digo: yo no estaba presente alli, pero como era una opinion colectiva, de buena fuente -porque viene de mi hermano y de toda esa gente que vio-, la tomo como verdadera, como cierta. Muy distinto es el caso de una sola persona que vio un plato volador, un ovni, que bajo y no se sabe del estado psicofisico, animico, como esta… pienso yo.

“La cosa fue muy sencilla, segun me contaron. El relato de R. Flores es demasiado floreado (NdR: florido). Quiza alguna persona hablo conmigo y le paso los datos, le dio mi nombre; no recuerdo haber hablado con el. No se como trascendio el asunto… habran ido al pueblo y comentado a un corresponsal del diario -se interroga Carlos-, pero nunca he visto la publicacion, solo me entere por rumores. Porque antes no se acostumbraba a leer los diarios. Llegaba muy poco por ahi; el diario llegaba un dia atrasado. Y la gente del pueblo es muy distinta a la de ciudad”. Hablando con pausa y sosteniendo ahora una serie de recortes de prensa que le exhibimos, agrega: “Aca cambia mucho el asunto, en estos escritos, hay palabras que son fruto de los escritores. Na­die vio platos voladores, o algo volando; eran luces bajas tipo faritos lo que vieron; roce con esta gente no hubo, con las supuestas personas o seres. No hubo roce, no hu­bo nada (NdR: la version de Rialto Flores, corresponsal de la CODOVNI en Corrientes, le atribuye a Carlos Souriau tales declaraciones). Tampoco escuche hablar de que un peon haya sufrido quemaduras, porque la luz se veia a lo lejos. Todo ocurrio a distancia”.

CONSIDERACIONES FINALES


Antonio Ribera

La espectacularidad de los relatos iniciales, aun contradictorios, despertaron durante años la curiosidad de los ufofilos, creyendo encontrar en ellos una prueba mas de la postrera realidad del fenomeno. Sin embargo, esta investigacion ha permitido poner nuevamente en jaque a los opositores de las encuestas de casos antiguos, para demostrar -al menos- la necesidad de practicarlas con el fin de evitar que se continuen promulgando tantas estupideces con viso de realidad. Es que solo quienes tratan con ligereza o con oscuros propositos pueden considerar inmerecida la investigacion y reinvestigacion de tales eventos, y en particular, aquellos de alta extra­ñeza. Solo los mediocres y alucinados pueden pretender evitar correr el velo al miste­rio, como si fuere la profanacion de una cosa sagrada, postulando su irrelevancia en el tratamiento del problema y relativizando su validez por el paso del tiempo. Ese mismo tiempo que fortalece los mitos, en ausencia de una investigacion racional y direc­ta en el lugar donde se habrian producido los hechos, o sembrado una fabula.

El episodio de Torrent nos alerta, tambien, acerca del manejo poco estricto de la informacion y del modo en que se propalan los rumores. Justamente, a partir de la percepcion de unas luces y bultos a distancia, y del comentario que de ellos se hicieron en un apartado pueblo rural, y de los cuales abrevo un diario de la region. Sin cerciorarse o acreditar los dichos. Logrado el asombro de aquellos lectores, los retoños irian a extenderse por el mundo.

¿Que es lo que vieron los hermanos Souriau, y los peones? Acaso podria especularse en seres galacticos, o en cazadores furtivos… Pero son tan pobres los datos regis­trados por los testigos, que apenas puede suponerse lo que describen: bultos, y luces inciertas a la distancia, en la espesura boscosa que rodea una laguna. En el interior de la casa, unas asustadas personas sabidas que -por aquella epoca- los platos voladores aparecian por todas partes.

En cuanto a la fecha en que se produjo la observacion, los Souriau no han podido precisarla. Sin embargo, el unico indicio posible -sujetos a una duda razonable-, la hallamos en El Territorio, de Posadas, Mis., del 31 de enero de 1965 (el primer medio que difundio la noticia), cuando señala que “era una noche oscura, sin luna”. De ser asi, la fecha inmediata anterior a la publicacion “sin luna” (Luna Nueva), esta com­prendida entre el viernes 1 y el sabado 2 de enero de 1965. Esta fase lunar abarco el primer dia del año, y mitad del segundo dia.

Un breve comentario sobre los Souriau. La poca grata sorpresa de Hector al ser descubierto como testigo y la renuencia inicial por comentar su experiencia de joven, mostrando solapadamente cierto enojo con su hermano Carlos por la infidencia cometida en aquella epoca, habla a las claras de su intento de evitar toda publicidad. Respecto a Carlos, su caracter comunicativo no impide la prudencia y su actitud des­mistificadora. Aun cuando dice: “(A la observacion) la tomo como verdadera, como cierta”. Mas alla de lo que haya sido.­

REFERENCIAS

(1) Ribera, Antonio. Platillos volantes en lberoamerica y España. Pomaire, Barcelona, 1968, ps. 142/143; citando a El Territorio, Posadas, 31 enero 1965.

(2) Creighton, Gordon W. en: The Hmnanoids (Charles Bowen, ed.). Neville Spearman, London, 1969, ps. 109/110; citando a Cronica Matutina, 10 febrero 1965.

(3) Clarin, Buenos Aires, 14 febrero 1965.

(4) CODOVNI (Comision Observadora de Objetos Voladores No Identificados). Bue­nos Aires. “Informaciones autenticas sobre platos voladores en la Republica Argentina”, 1965, ps. 1-2.

(5) Cronica, Matutina, Buenos Aires, l0 febrero 1965.

BANCHS CASE REFERENCES

by Richard W. Heiden

33. (Late Jan., 1965, Torrent, near Santo, Tome) (the references for each version of case are listed separately) (late Jan,: grabbed witness: skin disease: gun failed)

-Posadas El Territorio, Jan, 31,1965, Translated in Le Courrier Interplanetaire (Ferney-Voltaire, Ain, France) n° 71, 2nd quarter of 1965, p. 2.

-C.O.D.O.V.N.I. (Buenos Aires UFO group) report for 1965. pp, 1-2. Quoted 10 Antonio Ribera, Platillos Volantes en Iberoamerica y España, Editorial Pomaire, Barcelona, Spain. 1968, pp, 141-142: and summarized in Flying Saucer Digest (Cleveland, Ohio) n° 6, sumer 1968, p, 9, The latter js in turn reprinted in Allan J. Manak, ed.. The Best of Flying Saucer Digest, United Aerial Phenomena Agency, Cleveland, Ohio, 1969, pp. 13-14.

-Saucer News (Fort Lee, N.J.) 12:3 (n° 61), Sep. 1965, p. 24, citing unspecified press, Cited in Saga’s Special UFO Report (Brooklyn, N,Y,), vol. III, 1972, pp. 22-23, and in Saga’s 1975 UFO Annual (Brooklyn, N.Y.) 1:1, p. 28.

-Cuarta Dimension (Buenos Aires) n° 65, (July 1979), p, 60. Reprinted in La Mejor Seleccion de Cuarta Dimension n° 2, Oct, 1983, p, 67.

34. Torrent (Souriou error for Souriau): hide inside: light comes in) (this is a new footnote, not in original book)

C.O.D.O.V.N.I. report for 1965, p, 2, citing Rialto Flores of Corrientes. Quoted in Antonio Ribera, Platillos Volantes en Iberoamerica y España, pp. 142-143, and sumarized in Flying Saucer Digest (Cleveland, Ohio) no. 6. summer 1968, p, 9, and Allan J, Manak, ed., The Best of Flying Saucer Digest. p. 14.

-Oscar Uriondo, Los Aterrizajes de Ovni en la Argentina, p. 51, citing Ribera.

-Hector P. Anganuzzi, Historia de los Platos Voladores en la Argentina. pp. 185-186.

-Saucer News (Fort Lee, N.J.) 12:3 (no. 61), Sep. 1965, p, 24, citing unspecified press. Cited in Saga’s 1975 UFO Annual (Brooklyn, N.Y.) 1:1, p, 28.

-Cuarta Dimension {Buenos Aires) n° 65, (July 1979), p. 60. Reprinted in La Mejor Seleccion de Cuarta Dimension n° 2, Oct, 1983, p. 61.

-Henry Durrant, Les Dossiers des O.V.N.I., Editions Robert Laffont, Paris, 1973, pp. 132.

-Roberto Banchs, personal investigation, Sep. 1992.

-J. G. Dohmen, A Identifier et le Cas Adamski. Editions Travox, Biarritz, France, 2972. p. 78 (only a passing reference, far the light-through-the-wall effect).

35. Torrent (1st week of Feb: 5 one-eyed beings tried to kidnap man, but they fled the other witnesses) this footnote was originally no. 34: the old n° 35 (Clarin Feb 14. 1965) is now in the text)

-Rodrigo de Riana’s report via the Saporiti news agency, in the Buenos Aires Cronica (morning edition). Feb, 10, 1965, p. 6. Cited in Charles Bowen, ed., The Humanoids, Neville Spearman, London; 1969; Henry Regnery Company, Chicago, Ill., 1969 (the chapter by Gordon W, Creighton), pp, 109-110 of both editions, Also cited in Antonio Las Heras, Informe Sobre los Visitantes Extraterrestres y sus naves voladoras, Rodolfo Alonso Editor, Buenos Aires, 1974, pp. 95-96. And cited in the bulletin of the CORBE group (Bahia Blanca) n° 1. Feb. 1973, p, 17.

-Strange Magazine (Rockville, Md.) n° 9, spring-sumer 1992, p. 35, citing Cronica, Feb. 10, 1965.

-Thomas E. Bullard, UFO abductions: The Measure of a Mystery, case 263 – passim, especially pp. C-234 to C-235. Cites Bowen.

-Jacques Vallee, Passport to Magonia, p. 305 (case 636). Cites Bowen.

-John A Keel. Strange Creatures From Time and Space, Fawcett Publications, Inc, (A Fawcett Gold Medal Book), Greenwich, Conn., 1970, p. 144 (the Spearman hardcover edition published in England has the same pagination as the Fawcett paperback); edition retitled as Strange Mutants, Global Communications, (New York), 1984, p, 45. Cites Bowen.

-Strange Magazine (Rockville, Md.) n° 10, fall-winter 1992, p, 52 (in article by Keel, citing de Riana via Bowen).

-Felipe Machado Carrion, Discos Voadores Imprevisiveis e Conturbadores, p. 139 (ref. La Cronica [sic] Matutina 10 Feb 65, probably via Bowen).

-Brad Steiger, Alien Meetings. Ace Books, New York. 1978. pp. 157-158 (errors; no reference).

-Phenomènes Spatiaux n° 4 (per J. Pereira).

-Phenomènes Spatiaux n° 11. March 1967 (per Dohmen (see ref, 34), J. Pereira, and the supplement to Vanquelef’s book that she sent me 3 June 1986).

-G.A.B.R.I.E.L., Les Soucoupes Volantes: ¿Le Grand Refus?, Michel Moutout Editeur, Regusse, Var, France, 1978. p. 83 (the scant details here could agree with any version: but dates it 4 Feb. 1965).

-Jader U. Pereira, Les “Extra-Terrestres”, 2nd special issue of Phenomènes Spatiaux, Paris. 1914, case 141 (dates it 1 Feb.), citing CODOVNI 1965: El Territorio Jan. 31 [sic–inconsistent with the date Pereira gives the case!]; Carrion p. 139; Ribera PV en IyE, p. 141: Vallee, Passport to Magonia, p. 305; and Phenomènes Spatiaux n° 4 and 11.