CUESTIONES METODOLOGICAS

El presente articulo esta basado en un capitulo de El Problema Cientifico de los OVNI, publicado en 1968 al cual se han introducido varios cambios y ampliaciones.
Es un hecho reconocido que el ya vasto dossier sobre OVNIs reunido hasta el presente, incluye excelentes observaciones efectuadas por personas de alta calificacion tecnica. Astronomos profesionales (y aficionados responsables y de larga experiencia), meteorologos, especialistas en rayos cosmicos, en fisica atmosferica, en misiles, pilotos aereos militares y civiles, ingenieros, operadores de radar, etc., se cuentan entre los testigos de muy extraños fenomenos aereos.

Pero, ¿cual es en rigor de verdad el valor probatorio de dichos informes? ¿Constituyen ellos la demostracion cientifica de que existen OVNIs, en el sentido estricto del concepto, vale decir, en tanto que fenomenos irreductibles a cualquier hipotesis explicativa de tipo convencional?

Creemos que, lamentablemente, en este momento de la investigacion ufologica, la respuesta no puede ser afirmativa. En efecto, dos circunstancias de peso impiden que a dicha coleccion de testimonios, no obstante su magnitud y la relevante calidad de sus fuentes, se le conceda plena validez cientifica. Una de ellas es el caracter ocasional, esporadico e imprevisible que tienen las observaciones comunicadas; la otra es que, salvo excepciones de bajo nivel porcentual, no se han obtenido datos objetivos «duros», cuantificables, respecto a las diversas caracteristicas de los fenomenos desconocidos.
La situacion actual muestra que la gran mayoria de los informes concernientes a OVNIs reposan solo sobre las impresiones visuales y las interpretaciones de los testigos, elementos ambos evidentemente subjetivos.

En consecuencia, la masa de informes recopilados constituyen mas bien evidencias de tipo forense o historico, con todas las limitaciones que esto supone, antes que pruebas cientificas valederas. Y ya sabemos que en ese ambito historico-judicial no hay resultados totalmente seguros ni concluyentes; solo presunciones mas o menos verosimiles, «mas alla de cualquier duda razonable». Cuando de testimonios se trata, como sucede en este caso, es imposible evitar que subsista un elevado grado de incertidumbre. Siempre estaremos muy lejos de la certeza absoluta de las matematicas, y aun de la alta probabilidad estadistica que caracteriza las verificaciones de las ciencias facticas.

Como expresaba el filosofo Henri Bergson, refiriendose a otro tema tambien altamente controvertido, como es el de los fenomenos paranormales:

«Tomando en consideracion el enorme numero de hechos y especialmente su similitud, el parecido familiar que existia entre ellos, todos examinados, sus testimonios sopesados y sometidos a critica, me siento compelido a creer en la telepatia, del mismo modo que creo en la derrota de la Armada Invencible. Mi creencia no es la certidumbre matematica que la demostracion del teorema de Pitagoras me proporciona, no es la certidumbre que yo tengo de la ley de la caida de los cuerpos, pero al menos es la certidumbre que obtenemos en materias historicas o judicial».`(Historic presidential addres to the Society for Psychical Research, en Parapsychlogy Review, New York, vol. 1, nº 2, may-june, 1970, p.18-24)

Sin embargo, pese a sus notorias deficiencias, no pensamos que deba abjurarse por completo de este genero de pruebas. Ellas, tomadas individualmente y en conjunto, aun cuando no provean de una demostracion categorica, pueden ejercer funcion accesoria dentro de una investigacion de caracter cientifico, actuando como metodo elemental de tipo exploratorio. A despecho de sus limitaciones, estas evidencias muestran al menos la existencia de un problema por resolver, y estimulan la creacion de procedimientos originales de estudio. Asimismo, orientan el rumbo de tales investigaciones para la busqueda de pruebas observacionales que eventualmente confirman o refuten las distintas hipotesis de trabajo formuladas, o a formular, sobre la naturaleza del fenomeno OVNI.

Por otra parte, las evidencias legales e historicas poseen importancia dentro de sus respectivos contextos. Si el caso de los OVNIs fuese un proceso judicial o un hecho historico habitual, opinamos que la existencia de tales fenomenos ya hubiese sido aceptada sin mayores reparos, teniendo en cuenta la calidad de los testigos y la concordancia esencial de tantos testimonios solidos y coherentes aportados de manera independiente.

Es necesario subrayar, ademas, que por falible que sea el testimonio humano, resultaria imprudente proclamar su nulidad absoluta. No hay ningun experimento psicologico que justifique un dictamen de tan extrema gravedad. Su significado como prueba, lejos de poseer un coeficiente constante, es -como bien se ha dicho- un valor esencialmente variable que depende de las circunstancias condicionantes. Por severas que sean las dificultades que deba superar, el analisis critico integral de cada caso permitira extraer casi siempre lo que haya de cierto o de incierto en un testimonio dado, establecer con mucha aproximacion su grado de veracidad y de exactitud, y adjudicarle determinado indice de confianza. Es lo que acontece en las investigaciones de caracter forense; y tambien en historiografia, donde el examen critico de los testimonios constituye una etapa ineludible en la tarea de reconstruccion del pasado historico.

La eleccion del criterio mas apropiado para realizar ese trabajo selectivo reviste fundamental importancia teorica y practica. Si se supone de antemano que la existencia de los OVNIs significa un hecho imposible, es evidente que cualquiera fuese la consistencia y confiabilidad de los informes sobre avistamientos y por perfecto que hubiera sido su registro y verificacion, nunca podrian ser aceptadas como pruebas cientificamente validas.

Quienes sustentan este particular criterio arguyen que mucho mas razonable resulta considerar aun contra toda verosimilitud, que personas de habitual honestas y competentes han incurrido, sin motivo aparente alguno, en groseros fraudes o en errores garrafales solo computables a una aguda ineptitud, que reconocer la autenticidad de sus relatos, pues las conclusiones que de modo necesario derivan de esa admision les parecen absolutamente inadmisibles.

¿Es imposible el fenomeno OVNI?
En este criterio se descubren resonancias de un argumento de muy antigua data que aparece ya en los escritos de Luciano de Samosata (siglo II A.C.). Hablando de los pretendidos hechos sobrenaturales, decia:

«Para defender su mente contra estas tonterias un hombre debe tener una fe diamantina, de suerte que aun cuando no se pueda percibir la trampa por la que se produce la ilusion, mantiene a pesar de todo su conviccion de que es una mentira y una imposibilidad».(Jastrow, J. Wish and Wisdom. New York, Appleton-Century, 1935, p.25).

Pero es con David Hume que la argumentacion esceptica alcanza su formula mas clasica. En el famoso ensayo Sobre los Milagros el filosofo ingles expresaba:

«Un milagro es una violacion de las leyes de la naturaleza; y como estas leyes han sido establecidas por una firme e inalterable experiencia, la prueba contra el milagro es tan completa como puede imaginarse en base a cualquier argumento fundado en la experiencia (…) ningun testimonio es suficiente para establecer un milagro a menos que el testimonio sea de tal naturaleza que su falsedad sea aun mas milagrosa que el hecho que se trata de establecer…». Y mas adelante agregaba: » ¿Donde encontraremos tal cumulo de circunstancias concurriendo a considerar un hecho? ¿Y que podemos oponer a tal multitud de testimonios sino la absoluta imposibilidad o naturaleza milagrosa de los hechos que ellos refieren? Esto, seguramente, sera considerado por todas las personas razonables como una suficiente refutacion». (Hume, D. An Inquiry Concerning Human Understanding. (Cit. En: Ibid..)

La vigencia del pensamiento de Hume en la actitud de ciertos medios cientificos asumen con respecto al problema de los OVNIs es facilmente detectable. Tal cual sucedia con los milagros, la posibilidad de que existan fenomenos aereos de tamaña anomalia se rechaza a priori por suponerse que ella transgrede de manera inadmisible las leyes naturales.

En consecuencia, partiendo de esa premisa, el metodo evaluativo de los escepticos se han construido sobre la certeza de que todos los informes concernientes a OVNIs deberan hallar siempre -sin excepcion- en ultima instancia, alguna explicacion satisfactoria en terminos convencionales. Para que tal reduccion sea factible se recurre a diversos procedimientos que, o bien distorsionan y mutilan arbitrariamente los testimonios a fin de ajustarlos a las categorias habituales ( «el metodo de Procusto»), o bien mediante el uso abusivo y matematicamente infundado de la hipotesis del azar; y por la complicacion progresiva e ilimitada de fenomenos ordinarios. En este ultimo aspecto se observa una constante violacion del principio de parsinomia o «navaja de Occam»: para «explicar» un determinado caso se recurre a multiples factores ad hoc, cuando la solucion mas simple y economica seria la de aceptar que los testigos han percibido realmente un fenomeno novedoso y desconocido. Paradojicamente, son estas posturas escepticas las que con mayor frecuencia pretenden utilizar ese principio como argumento para desestimar los informes sobre OVNIs.

Los casos que ilustran esta peculiar metodologia, que algunos representantes del pensamiento esceptico utilizan a menudo para invalidar la existencia de las anomalias OVNI, forman multitud, y es facil tarea hallar ejemplos.

`Pero los excesos a que llevan las posturas de rechazo a priori no son patrimonio exclusivo de una epoca que, como la actual, se particulariza por una definida tendencia hacia un desmesurado cientifismo. En todos los tiempos pueden rescatarse ejemplos de como aquellos hechos que contradicen el sistema establecido de creencias e ideas son negados con rudeza -porque siempre suscitan fuertes reacciones emocionales- reducidos a la oscura categoria de supersticion, y como tal ignorados luego de modo deliberado por la ciencia oficial. El proceso de asimilacion de esos hechos desacostumbrados y perturbadores (los «condenados» o «malditos» por la ortodoxia cientifica) nunca ha sido facil, ya que las actitudes dogmaticas, que obedecen a profundos mecanismos psicologicos, no se deponen sino al cabo de una lucha prolongada y aspera para modificar los paradigmas gnoseologicos vigentes.

El metodo esceptico que estamos analizando ha funcionado, pues, en periodos preteritos, con las mismas caracteristicas de hoy, aunque aplicado a fenomenos muy diversos. En el campo de la astronomia hay abundantes ejemplos: bastenos recordar las opiniones despectivas con que los cientificos de la epoca impugnaron la realidad de los meteoritos, a los que consideraban meras supersticiones; de la estrella nova descubierta el 11 de noviembre de 1572, por Tycho Brahe -que contradecia abiertamente lo aceptado entonces como imagen del universo- o de los satelites de Jupiter, revelados por el telescopio de Galileo Galilei. Pero tambien en los antecedentes historicos de otras disciplinas se hallan casos igualmente ilustrativos.

Ahora bien, el presupuesto que ha regido la elaboracion de la metodologia que estamos analizando, vale decir, la premisa que adjudica a la existencia de los OVNIs un caracter imposible dentro del marco del pensamiento cientifico actual, es altamente controvertible. Imponese aqui, por consiguiente, el examen cuidadoso del concepto de «imposibilidad» con referencia a los OVNIs.

Para comenzar, se requiere un sencillo esclarecimiento de orden semantico: por OVNI habremos de entender un fenomeno aereo desusado, cuya naturaleza (en virtud de su apariencia, trayectoria y caracter general) no puede ser explicada por ninguna hipotesis convencional; es decir, una realidad original no asimilable a las habituales categorias de identificacion, y que no solo resultan desconcertantes para los percipientes originales, sino tambien para aquellas personas tecnicamente capaces de encontrar alguna identificacion convencional logica en el caso de que la hubiera.

Adviertase entonces que aceptar la existencia de los OVNIs, definidos en el sentido estricto arriba enunciado, no supone por necesidad suscribir la tesis de su origen interplanetario, que solo representa una de las tantas interpretaciones concebibles. Otras hipotesis de trabajo no pueden ser desechadas sin mas. Podriamos estar, en efecto, ante fenomenos novedosos, aun no catalogados, de orden fisico o biologico; la historia de las ciencias abunda en ejemplos demostrativos de como el conocimiento de la realidad se ha enriquecido, gradualmente, descubriendo nuevos hechos, o bien redescubriendo otros, percibidos por siglos pero mal comprendidos. Nadie ha probado jamas que el Universo haya agotado sus misterios, ni que nuestra ciencia contemporanea constituya el inventario exhaustivo de los elementos integrantes del mismo. Tampoco ninguna ley logica ni natural declara imposible la emergencia de fenomenos ineditos.

Hay, por añadidura, otro defecto en la metodologia esceptica: en su afan por encasillar a cualquier precio dentro de esquemas convencionales los hechos insolitos, malogra toda posibilidad de detectar en el conjunto de testimonios la presencia de un fenomeno original, en el caso de que este existiera. El enfoque negativista que caracteriza estos procedimientos de analisis, los convierte asi en un obstaculo para el adelanto de la ciencia que proclaman defender.

Sin embargo, las objeciones recien expuestas no significan, de ningun modo, preconizar la credulidad ingenua o el atajo irracional como la actitud mas recomendable para el tratamiento del fenomeno OVNI. Antes bien, la rareza de los hechos pretendidos es de tal magnitud que las evidencias aportadas siempre deberan someterse a un examen minucioso y sin concesiones ni prejuicios. Una postura receptiva, e imparcial no esta reñida con la aplicacion del mas severo aparato critico.

Hemos visto que no hay ningun argumento de peso que conduzca a negar aprioristicamente la existencia del fenomeno OVNI, cualquiera sea la interpretacion que se tenga del mismo. Queda abierta, entonces, la posibilidad de que algunos de los informes no tengan explicacion convencional y se refieren en verdad a fenomenos anomalos, originales e ineditos para la experiencia humana.

Ante esa perspectiva, el criterio mas prudente, y a la vez mas constructivo, alejado por igual de la esteril duda esceptica y de las posturas ingenuas y acriticas, es el de establecer cierto nivel de confianza para aceptar los
testimonios. Para ello se eliminan todas las observaciones en las cuales comportamiento y aspecto del supuesto OVNI muestran inequivocas similitudes con los de los fenomenos familiares y aceptados, y se desechan igualmente aquellos casos de fraudes manifiestos y comprobados. Esta etapa de filtracion tiene por finalidad depurar la masa de informes del «ruido» que normalmente la afecta. Procedimientos evaluativos como los elaborados por investigadores como Hynek, Olsen o Ballester Olmos, entre otros, han demostrado -cuando son implementados con rigor critico- ser eficaces para obtener casos OVNI de alto merito.

En nuestra opinion deben aceptarse aquellos informes que solo puedan ser explicados recurriendo a alucinaciones individuales y colectivas no verificadas y por añadidura muy improbables en virtud de las caracteristicas psicologicas de los testigos; o en efectos naturales clasicos percibidos bajo condiciones peculiares, de ambigua definicion; o a supercherias, cuando los informes proceden de personas calificadas cuya palabra referida a otras clases de hechos se consideraria de ordinario como digna de credito, y mientras no se demuestre de manera irrefutable que han cometido el fraude.

Este criterio se funda en que, como vimos antes, la realidad de los OVNIs no es un evento imposible ni tampoco improbable. En este caso el peso de la prueba recae sobre los que formulan la acusacion de fraude ,porque no se trata de una cuestion cientifica sino moral; lo que se halla en juego es la honestidad y probidad etica de los informantes. Y la mayoria de los escepticos, hace caso omiso a esta diferenciacion, condenando irresponsablemente como mendaces a quienes afirman haber observados fenomenos anomalos. Si tales expresiones acusatorias hubiesen sido formuladas en cuestiones usuales de la vida cotidiana, con seguridad, muchos de los mencionados escepticos acabarian querellados -y condenados- por injurias en los estrados judiciales. Pero generalmente los testigos jamas llegan a enterarse de tales explicaciones insultantes, porque los acusadores publican sus opiniones en medios especializados de poca difusion fuera del ambito ufologico, y por norma lo hacen muchos años (a veces varias decadas) despues de ocurridos los incidentes OVNI.

Las constantes del fenomeno

Una vez eliminadas las observaciones que obviamente atañen a efectos conocidos, los testimonios subsistentes proveen al investigador de un fundamento empirico consistente. No importe cual fuese la naturaleza del fenomeno que actua como estimulo en la produccion de los informes, la existencia de estos ultimos es perfectamente verificable. Al margen de su caracter anecdotico dichos testimonios son en si mismos elementos reales, situados en el espacio y en el tiempo, y dotados de una estructura, que pueden ser estudiados como datos facticos o piezas de informacion, y por tanto observados a voluntad, ordenados sobre la base de sus similitudes segun determinado criterio clasificatorio, expresados cartograficamente y sometidos a tratamiento estadistico.

Podemos asimilar, pues, el manejo de los informes concernientes a OVNIs a los procedimientos normales aplicados a cualquier otra clase de informacion. Asi, los datos atravesaran una serie de pasos metodologicos que suponen otras tantas operaciones, las que van desde la recoleccion inicial por medio de la investigacion de campo, hasta la transmision final de los resultados a la gente que debe usar dicha informacion.

Aunque ningun episodio aislado sea inobjetable, ello no desmerece la trascendencia de ese nucleo de avistamientos significativos, de alta extrañeza y credibilidad (los OVNIs de alto merito) puesto que la finalidad del proceso de seleccion no consiste en obtener «casos perfectos», capaces de proporcionar por si solos la prueba definitiva de la existencia de los OVNIs, sino en lograr una serie de testimonios con un buen nivel de confiablidad para encarar el analisis global de todos ellos. El Proyecto UNICAT, dirigido por el Dr. Willy Smith, y que ya ha reunido mas de 850 casos con tales cualidades, seria un claro ejemplo del cumplimento de esta exigencia.

Este enfoque de conjunto posee importancia capital en el estudio del fenomeno, porque si bien las criticas escepticas podran siempre descubrir alguna tacha en la calidad de la evidencia presentada, aun en los informes mejor autenticados, tal proceder que hasta cierto punto es aceptable al considerarse los casos por separado, resulta poco plausible cuando se pretende aplicarlo a la suma total de los informes; y esa improbabilidad crece en relacion directa al numero de avistamientos fidedignos.

Por otro lado, esta via de acceso al fenomeno brinda una vision general y panoramica del problema y, a la par, abre la posibilidad de discernir en el cumulo de avistamientos la presencia de patrones de valor objetivo. Es importante subrayar que tales constantes no ostensibles solo pueden desentrañarse del conjunto de informes por medio de un examen a posteriori.

A continuacion mencionaremos algunos ejemplos de invariantes ocultas reveladas por los caminos metodologicos que hemos considerado precedentemente:

1) El estudio estadistico de los datos contenidos en los casos de aterrizaje ha permitido concluir (Aime Michel) que existe una marcada correlacion entre la distancia del testigo al OVNI y el indice de extrañeza del informe. Cuanto menor es esa distancia, tanto mayor es aquel indice. Este resultado desvirtua la opinion esceptica de que si los OVNIs fuesen vistos con suficiente detalle, a poca distancia, podrian ser facilmente identificados como fenomenos naturales u objetos convencionales.

2) Si se comparan los diametros calculados para los OVNIs en los aterrizajes y los diametros de las huellas circulares u ovoidales supuestamente dejadas por los mismos, se comprueba que existe una definida correlacion entre ambas series de datos. En general puede afirmarse que en ambos casos son del mismo orden de magnitud: de 3 a 10 metros para los objetos; de 1 a 12 metros para las huellas.

3) El diametro estimado para los OVNIs posados en tierra varia en proporcion directa a la distancia del testimoniante. De tal modo, los testigos que afirmaban haber llegado muy proximo al OVNI, daban estimaciones menores que aquellos otros ubicados mas lejos. Se trata del efecto optico conocido como ilusion lunar, asi llamado porque la Luna ascendente da un diametro aparente muy exagerado. Si los objetos denunciados por los testigos no fuesen reales dichos efectos no aparecerian, y lo propio sucederia con los informes falsos.

4) Los estudios de la frecuencia de informes OVNI en funcion de la hora del dia han demostrado de modo fehaciente que el numero de casos tiene niveles minimos en el lapso de 6 a 18, aumentando progresivamente durante la tarde, llegando al primer maximo alrededor de las 9 de la noche; decrecen luego exponencialmente y vuelven a presentar un segundo maximo sobre las 3 o 4. A esta singular distribucion que muestran los casos de aterrizaje cuando se tabulan por horas del dia, se ha dado en llamar ley horaria. Esta muy verificada constante demuestra la predominante nocturnidad del fenomeno en cuanto su modalidad de Encuentros Cercanos, a la par que sugiere una notable evasividad .

5) Contrariando la suposicion comun respecto a la duracion de las observaciones de OVNIs, estas no son fugaces por lo general, e incluso, en buena parte de los casos se prolongan durante 20 minutos a una hora. De serios estudios estadisticos se infiere que nos hallamos ante un fenomeno cuya duracion tipica es del orden de los 7 minutos, lapso que no caracteriza el resto de los fenomenos aereos conocidos. En este sentido, la curva de distribucion de ese parametro no coincide con la obtenida como compuesto de las observaciones de fenomenos identificables.

La importancia de las constantes no ostensibles que acabamos de exponer radica fundamentalmente en que aportan objetividad al fenomeno en estudio y permiten superar los intentos de reduccion psicologista. En todos estos casos, es altamente improbable que los numerosos testigos, distantes entre si en el tiempo y el espacio, hayan coincidido en inventar o alucinar esos caracteres, que solo se han hecho manifiesto con el analisis ulterior.

El problema de los efectos fisicos

Pero el fenomeno OVNI no solo se manifiesta en la subjetividad de los relatos de testigos, para los cuales el procedimiento de evaluacion, determinando en cada caso los pesos relativos de extrañeza y credibilidad, es muy similar -segun hemos antes expresado- a los clasicos metodos historiograficos de critica interna y tambien a los implementados en las investigaciones policiales y judiciales.

En un porcentaje no desdeñable de casos, los informes sobre OVNIs van acompañados por referencias a efectos electromagneticos, ecos en el radar, alteracion en el comportamiento de los animales domesticos, etc. Sin embargo, en ultimo analisis solo disponemos de la palabra de los testigos en cuanto a la realidad de tales efectos, asi como a los detalles de sus manifestaciones. Y estas limitaciones tambien son aplicables a las pretendidas evidencias fotograficas, pues, no obstante constituir datos directos (y a pesar del grado de perfeccion y sofisticacion alcanzados por las tecnicas de analisis) son siempre motivo de controversia entre los investigadores, y reposan finalmente en la confiabilidad que se otorgue a los testigos que obtuvieran dichas fotografias, filmes o videos.

No obstante, existe otra clase de datos que son objetivos y cuya relativa permanencia, permite que puedan ser inspeccionados de modo directo por el investigador, y para los cuales la sospecha de fraude se torna mucho mas improbable. Esencialmente se trata de los casos de aterrizaje o casi-aterrizajes en los cuales se descubren improntas y perturbaciones en la consistencia del suelo o en la vegetacion de aquellos sitios donde habrian ocurrido dichos descensos. En efecto, las huellas se conservan como evidencia tangible mucho tiempo despues de que el evento OVNI ha sido reportado y ademas se hallan disponibles para el examen de laboratorio; pueden ser medidas, fotografiadas y analizadas con los procedimientos habituales de las ciencias fisico-naturales. Serian algo asi como la «impresion digital»del fenomeno. Lo propio sucede con efectos fisiologicos sobre los testigos, que se reportan en asociacion con encuentros cercanos, proveyendo de datos biofisicos de naturaleza objetiva.

Algunos autores, sin embargo, desmerecen la relevancia que como elementos de prueba poseen estos rastros tangibles, alegando que ninguna de dichas observaciones no permiten decir nada positivo acerca del estimulo fisico que originariamente pudiera haberlas causado, ni tampoco probar que las mismas no hayan sido provocadas por otros medios.

Segun nuestro criterio, una actitud como la arriba señalada, incurre en la falencia de ignorar que los casos de Encuentros Cercanos con evidencias tangibles, deben ser analizados de modo global, de manera que involucre simultaneamente y por igual el relato del testigo y las caracteristicas de las huellas; factores ambos estan estrechamente vinculados entre si. Considerarlos por separado, sin interconexion, significa una fragmentacion del caso, cuando no una verdadera mutilacion.

El enfoque parcializado es insuficiente e inadecuado para proporcionarnos alguna respuesta razonablemente satisfactoria cuando enfrentamos un incidente OVNI de tales caracteristicas. Si se trata de un informe con evidencias fisicas y biofisicas asociadas, en el cual el testigo merece un alto indice de credibilidad y, a la vez, las alteraciones de suelo y vegetacion en el sitio de aterrizaje no son reductibles a fenomenos convencionales; y los efectos fisiologicos en los testigos son muy especificos, ambos factores se complementan y corroboran.

Finalmente resta un interrogante: estos datos objetivos y tangibles ¿constituyen en realidad una via cientifica idonea hacia el nucleo subyacente del fenomeno que actua como estimulo para las percepciones de los testigos? Sin duda que demuestran la existencia de una realidad fisica anomala, y refutan cualquier intento psicologista, pero, en ultima instancia, no esclarecen la naturaleza de esa realidad. ¿Naves extraterrestres, ingenios transdimensionales, viajeros del futuro, etc., etc.? Estas incognitas fundamentales no hallan respuestas, por ahora, a traves de las metodologias ensayadas.

El tema de los OVNIs se nos presenta asi como un problema epistemologico de enorme complejidad, porque es extremadamente complejo en cuanto a sus manifestaciones y ello ya presupone que no habra lugar para explicaciones simplistas y facilistas; y tambien que los caminos gnoseologicos seran igualmente intrincados. Si, como algunos ufologos conjeturamos, existe una inteligencia directriz de nivel suprarracional que se expresa mediante las anomalias que denominamos OVNIs, las posibilidades de que la ciencia en su estado actual (y dado la mala disposicion de la comunidad cientifica en aplicarse a la investigacion del fenomeno) pueda brindarnos elementos de pruebas categoricos acerca de su naturaleza, parecen por hoy escasas, aunque no totalmente nulas.

La ufologia, desde su precario estado de «pseudociencia» o de «protociencia» se debate en las ultimas decadas por alcanzar una categoria cognoscitiva superior. Al respecto el pronostico no debe ser necesariamente pesimista. Segun expresaramos un trabajo anterior*, una aproximacion multidisciplinaria, con mayor rigurosidad en los procedimientos para la recoleccion de datos, in situ y con la maxima celeridad posible (pues la inmediatez investigativa es fundamental); en la apreciacion critica de los mismos; y un examen minucioso -que aplique las tecnicas mas avanzadas- de las evidencias fisicas,** quizas nos permita avanzar hacia un mejor conocimiento del fenomeno OVNI.

*vease: La suprarracionalidad del fenomeno OVNI, en Gaceta OVNI, diciembre 2001 (sitio web).
** Igualmente, la recurrencia de avistamientos en zonas limitadas, denominadas «ventanas», permitiria la obtencion de datos objetivos instrumentales, mediante estaciones dotadas con sensores multiples. Claro que sin un apoyo financiero adecuado un programa de investigaciones como el descrito, resultaria utopico