LOS IDENTIFICADOS (2 PARTE)

“Si vosotros abandonais esos hechos, tened cuidado.
Los charlatanes se apoderaran de ellos…”.

Victor Hugo
Un marco de seriedad

Quienes desde hace muchos años se hallan dedicados al tema, recordaran que 1968 pertenece a la belle epoque de los ovnis, donde transcurrieron las grandes epopeyas de la ufologia argentina, a decir de la cantidad de simples observaciones y de encuentros con ocupantes -aunque prosaicos- que se tiene registro. Y tambien, por un acentuado interes de todos los sectores, especialmente los mas cultos, hacia el problema.

El halo de sospecha y curiosidad que lo precedio oleadas anteriores, dio paso a una actitud decididamente receptiva, en donde pocos dudaban de una casi tocante realidad, estimulada por la carrera espacial. El deseo y la fantasia general llegaba -como siempre- aun mas lejos que los acontecimientos: la salida del hombre al espacio exterior, la pregunta por su soledad en el cosmos, la idolatracion tecnologica, el umbral del viaje lunar. Sus manos alcanzaban el cielo, dispuestas al encuentro.

Los misticos y espiritualistas eran los menos, todavia refugiados en la mesa de las hermanas Fox en comunicacion con los espiritus de los difuntos, salvo algunas y notables excepciones realizadas en diversos ambitos: Agrupacion Labor, Sociedad Constancia, Escuela Cientifica Basilio, y especialmente, en la Asociacion Universal Metapsiquica y en el Instituto Argentino de Parapsicologia, que a mediados de los años cincuenta comenzaron sus andanzas. En esas reuniones participaba tambien Ed Keffel (el fotografo brasileño que capto las discutidas imagenes de un plato volador sobre la Barra de Tiyuca, Rio de Janeiro). En el interior del pais, fue sin duda: A. O. Perez Aleman quien preconizaba la bienvenida a los extraterrestres con su Asociacion de Hermandad Cosmica, de Cordoba, y desde unas habituales columnas periodisticas con el pseudonimo “Agor”. Sorteando algun nombre e infinidad de anecdotas, estos fueron los comienzos de la mal vista ufologia. Un grupusculo que transcurridos los años se convirtio -quizas- en una mayoria

ero en aquel año de 1968, consistia en maravillarse ante esas luces, imagenes de otra civilizacion tecnologica, que por ignorada razon (tal vez porque dimos muestra de lo importante que somos, capaces de desequilibrar el sistema solar) nos visitan. La acelerada sucesion de noticias periodisticas no daba tiempo a la reflexion. Finalmente, habia pues que creer lo expresado en la letra de molde. Los cientificos se guardaban por lo general al silencio, o hacian atrevidas declaraciones con poca prensa. El mas animado periodista esceptico fue Federico Kirbus, con sus notas en La Prensa, pero tras haber sido abucheado en una conferencia publica unos años despues, prefirio dedicarse al turismo por latitudes terrenales. Mas cauto estuvo el sanjuanino Ricardo Faltis, un inquieto estudioso en muchas cuestiones y fundador del primer grupo esceptico, sentenciaba que los ovnis ET no existen, por la distancia descomunal (¡a deponer el egocentrismo!): “Es que es un gran negocio de esta epoca -decia-. Y en todos los paises se explota el buen negocio. Claro que hay gente que esta predispuesta a ver ciertas cosas”.

1968 fue ademas el momento en que comenzo su actividad publica el popular propalador de la “ovnilogia” y maduro actor de telenovelas Fabio Zerpa, reciclando los escenarios por los estrados en las mismas salas que gano el aplauso de las feminas. En efecto, comenzo haciendo representaciones teatrales de celebrados casos de ovnis, en el centrico Teatro Comedia. Desde entonces, el ha llevado por los pueblos del interior, y aun en el exterior, sus representaciones cuasi-actorales. Gran difusor del tema ovni = extraterrestres, tomo la paternidad de nuevas generaciones de investigadores (G. Roncoroni, C. Ferguson, etc.). Por esa epoca, tambien aparece la estupenda revista 2001, Periodismo de Anticipacion, impulsada por Alejandro Vignati, un grande del denominado realismo fantastico. Rapidamente se configura un grupo de once “investigadores ovni” para ofrecer conferencias (F. Zerpa, P. Romaniuk, R. Martinez, M. Cohen, J. Serans, M. Thomas, y otros), sin guardar mucha relacion con los grupos existentes (AIDOVNI, CODOVNI, CIDOANI, etc.)

La espectacularidad en television la traia Nicolas ‘Pipo’ Mancera, que no desaprovechaba cualquier relato fastuoso para lograr la mayor captacion con sus “Sabados Circulares”, el primer programa omnibus de la teve argentina.

El interes de las Fuerzas Armadas habia comenzado con anterioridad, en los primeros años de la decada, pero la Division OVNI de la Aeronautica tuvo una animada labor, en particular, porque el suboficial mayor Roalde Moyano era quien dispensaba todos los esfuerzos a la vista. el mismo construyo su propio “detector de ovnis” magnetico, y era asesorado en ovnis y astronomia por el jesuita Benito S. Reyna, quien desde el pulpito y fuera de este aseguraba que los extraterrestres procedian -entre otros- de Ganimedes y hablaban en idioma varku1ets. Los inicios en la Armada le pertenecieron, especialmente, al Cap. medico Constantino Nuñez, pero en 1968 la cabeza era el capitan de fragata Omar R. Pagani, quien hasta el año anterior realizo -junto a Eduardo Azcuy, entre otros- una extraordinaria labor de investigacion y difusion. El caso Trancas fue el que le habria llevado a aceptar que el fenomeno OVNI era una realidad, y no dejaba de mencionarlo en cuanta conferencia llegaba a dar, hasta que en septiembre de 1967 el Comando de Operaciones Navales debio -a traves de un comunicado oficial aclarar que los conceptos del efusivo capitan “no constituyen la opinion oficial de la Armada Argentina”. Luego de este episodio, el mutismo hizo presa de quien habria manifestado, segun el titulo espectacular de una revista, que la Armada Argentina afirma que los ovnis existen.

Pero otras opiniones fueron escuchadas ese año. El ingeniero angel Binaghi Pages, director del Observatorio Geofisico Hudson y especialista en el estudio de las micropulsaciones del magnetismo terrestre, afirmo: “Probablemente, si los cientificos y estudiosos, si los entendidos y los tecnicos capacitados hubieran encarado el estudio de estas cosas, no habrian caido en manos de oportunistas, inexpertos y carentes de la menor base fisica o psicologica para poder opinar; como consecuencia, el tema, que pudo haber tenido bases firmes desde el primer momento, es motivo de risa y, por lo general, lleva al descredito a quienes quieren hablar en serio”. Despues de referirse despectivamente a las asociaciones que dicen querer estudiar cientificamente el problema de los ovnis y que, por lo comun, se limitan a recoger con grabadores las declaraciones de supuestos testigos, Binaghi Pages señala: “Nuestro observatorio ha tomado, digamos con pinzas los sucesos, y los examina con el rigor que dio origen a su nombradia internacional. He visto y recibido a mucha gente bien intencionada que se dedica al estudio de estos fenomenos, pero en muy pocos he encontrado los conocimientos necesarios, una base psicologica, y -por supuesto- la seriedad necesaria para opinar; en cambio, si, la mayoria presenta una idea preconcebida muy firme, que de entrada imposibilita una observacion sensata”.

No obstante, 1968 tuvo sus facetas positivas: “Por primera vez en la historia universitaria del pais -dice La Razon-, el tema ovni ha comenzado a debatirse a nivel universitario”. En efecto, reunidos en la Facultad de Medicina, en Buenos Aires, bajo la direccion del Dr. Juan A. Aleandri, la Universidad abria sus puertas al tratamiento integral del fenomeno, señalando su ubicacion y proyeccion cientifica, y en particular, filosofica y psico-axio-social. “Hay motivos fundados -dijo en la oportunidad el Dr. Cesar Blumtritt- para que el fenomeno se investigue en todas sus posibilidades”.

Animados por el mismo interes, capaz de proporcionar un conocimiento genuino acerca de los fenomenos aereos anomalos, propugnamos:

1) Que el estudio debe encuadrarse en una metodologia rigurosa, examinando el problema en forma sistematica desde una perspectiva totalizadora centrada en el hombre.

2) Que las etapas de la tarea investigativa, desde la recoleccion de datos hasta la publicacion de los resultados finales, deben ser controlables, repetibles a voluntad y vulnerables a la refutacion por parte de cualquier otro estudiosos del tema.

3) Que los investigadores deben estar adecuadamente capacitados y entrenados en esta actividad.

4) Que la unica y exclusiva finalidad de la investigacion debe ser la resolucion del problema y no la de vigorizar determinado sistema de creencias pseudo-cientificas, filosoficas, politicas o religiosas.

5) Que la divulgacion de los estudios debe mantenerse dentro del marco de seriedad que la jerarquia del quehacer cientifico le impone.

Roberto Banchs
Mayo de 1993