VILLA BORDEU, BUENOS AIRES: EL AFFAIRE LLANCA (28 OCT 1973)


El siguiente informe reune y condensa dos articulos publicados por el autor en la revista española Stendek (l), en los años 1978 y 1981, y se refiere a uno de los mas controvertidos casos producidos en la Argentina. Por la trascendencia periodistica y la desatada polemica creada en torno al suceso, resulta interesante hacer una detallada descripcion del episodio y formular nuestras consideraciones sobre el mismo.

EL RELATO

Dionisio Llanca es un camionero nacido en Ingeniero Jacobacci, RN, el 1 de enero de 1948, quien conto que cambiando una rueda de un camion, en la ruta nacional 3, a unos 17 (o 19) kilometros de Bahia Blanca, habia tenido contacto con tres seres supuestamente extraterrestres.

El sabado 27 de octubre de 1973 Llanca se levanto tarde de dormir, ambulo por la mo­desta casa pintada de verde y por la calle Chubut, un barrial ubicado a diez minutos del centro urbano, y dice haber hablado de asuntos triviales y cotidianos con su tio politico Enrique Ruiz. Almorzo y se echo a dormir la siesta porque tenia que manejar durante la noche. Se desperto cerca de las seis de la tarde y se instalo frente al te­levisor viendo una serie policial. A las diez de la noche ceno con su tio un bife, una ensalada y un jugo de frutas. Unos minutos mas tarde de la medianoche Llanca se puso la campera, dice haberse despedido de su tio y se dirigio a su camion Dodge 600 que tenia estacionado a ocho cuadras de su casa, debiendo conducirlo hasta Rio Gallegos, en un monotono viaje de dos dias.

Llanca se dirigio entonces a una estacion de servicio a cargar combustible. Alli descubre que la rueda trasera-derecha estaba bastante baja y perdiendo aire. A pesar de sus doce años -segun dice- al volante de camiones (¿¡tendria 13 años cuando comenzo en este oficio!?), y de hallarse abierta una gomeria a unos 200 metros del lugar, inexplicablemente, decide sin motivo aparente continuar viaje y cambiarla sobre la ruta, durante las horas de la noche, pues la camara del pesado vehiculo no demoraria en estar completamente desinflada.

Y asi fue como el camion empezo a bambolear sobre la ruta. La goma estaba pinchada. Habian transcurrido apenas 45 minutos, y se encontraba a unos 17 km al oeste de Bahia Blanca (Km. 705), a un costado de la ruta nac. 3, en un paraje donde hay un bosquecillo y una porcion de agua estancada. A pesar del frio de la madrugada, ya que eran la una y quince del domingo 28, decide bajar provisto de las herramientas necesarias para cambiar la rueda. La ruta -afirma- estaba desierta.

Se encontraba en plena tarea, cuando el camino se ilumino en direccion a la ciudad de Bahia Blanca, con una intensa luz amarillenta que parecia estar localizada a unos dos mil metros. Le llamo la atencion, pero por el color penso que eran los faros de un automovil Peugeot y siguio trabajando. Pasaron unos segundos. Llanca estaba de espalda a la luz y cree recordar que la misma se torno intensamente luminosa, capaz de cegar lo por un instante. Ya no era amarillenta, sino azulada. Estaba de rodillas e intento al­zarse, pero no le respondian sus fuerzas. Le habia invadido una sensacion de desgano. A pesar, atino a darse vuelta y mirar hacia la arboleda que estaba a un costado del camino. Entonces vio un objeto de grandes dimensiones, con forma de plato, suspendido en el aire, a unos siete metros de altura, y tres personas a sus espaldas que le miraban fijamente. Otra vez intento levantarse, pero fue en vano. El decaimien­to era total, y se dio cuenta que ni siquiera podia hablar.

Las tres personas estuvieron mirandolo unos cinco minutos. Eran dos hombres y una mujer. Ella estaba en el medio de los dos hambres. Todos eran rubios y los varones esta­ban peinados para atras. Los tres tenian la misma altura, un metro setenta o setenta y cinco, y vestian de igual manera: buzos enterizos color gris plomo muy ajustados al cuerpo, botas tres cuartos color amarillo y guantes largos del mismo color. No tenian cinturones, ni armas, ni cascos, ni nada mas.

Sus rostros no se diferenciaban del de los humanos, pero tenian frente muy despejada y ojos rasgados, un poco saltones; semejantes a los personajes de historietas. Habla­ban entre ellos en un lenguaje incomprensible; no empleaban vocales y sonaba “como una radio mal sintonizada, con chillidos y zumbidos”. Uno de ellos tomo del cuello de la campera a Llanca y lo alzo con firmeza, pero sin violencia. Mientras el que lo habia levantado lo sostenia, el otro individuo masculino le puso un pequeño aparato en la base del dedo indice de la mano izquierda. Se lo aplicaron unos segundos, sin dolerle. Cuando se lo retiraron, tenia dos gotas de sangre en el dedo. En ese momento dice ha­ber perdido el sentido, cree haberse desmayado.

El protagonista despierta, se encuentra tirado junto a unos vagones, dentro de los corrales de la Sociedad Rural de Bahia Blanca, exactamente a nueve kilometros seiscientos metros del punto donde se produjo el encuentro. Camino sin rumbo preciso, aunque siguio la ruta. No recordaba ni su nombre, ni el episodio, ni el camion, ni su domici­lio, sin embargo, calcula con exactitud que eran las tres de la madrugada, advirtiendo ademas que habia extraviado su reloj. Estaba mareado y tenia frio.

Fue entonces a la comisaria 1ª de Bahia Blanca, balbuceando frases incoherentes respecto al problema que habia tenido. Como el personal policial no queria perder tiempo tramitando su detencion, dado el aparente estado de ebriedad en que se hallaba, no le dispensa mayor atencion.

A las 7,30 horas Llanca ingreso al Hospital de Bahia Blanca y recien al dia siguien­te parece haber recordado lo sucedido, notando que ademas del reloj, le faltaba el en­cendedor y los cigarrillos. No obstante, en el bolsillo del pantalon conservaba el di­nero que llevo al salir. Pregunto por su camion y le dijeron que la policia lo habia encontrado estacionado sobre la banquina con el gato puesto y una goma lista para ser cambiada. En la guantera, intactos, estaban los documentos.

EL PERITAJE MeDICO-PSICOLoGICO

En la hoja 103 del libro de entradas de la guardia del hospital se lee: “Nombre: N. N. Lugar del accidente: ruta Nro. 3, detras de El Cholo. Causa: dice que una luz muy fuerte lo enceguecio, que era un plato volador, y no recuerda mas. Vio dos hombres y una mujer muy rubios. Lesiones: traumatismo de craneo, frente temporal derecho con am­nesia total”.

Dionisio Llanca es examinado luego por el traumatologo y forense Ricardo Smirnoff, quien dice que el sujeto “no presenta lesiones visibles, pero se resiste a que le to­quen la cabeza, como quien tiene alli localizada una profunda dolencia. Apenas son percibidas unas casi inadvertidas excoriaciones sobre el parpado izquierdo”

En la tarde del dia 29 se recupera y accede a someterse al pentotal, intentando establecer asi lo sucedido en esas horas. Sin embargo, se va del hospital y regresa a la casa de su tio, ubicada en la calle Chubut al 1600. Preso de ansiedad por unas pesadillas que afirma padecer, se dirige al psiquiatra Eduardo Mata en busca de ayuda. Se produce una segunda pericia a manera de internacion sugerida por Mata, y esa noche, este convoca a un grupo de profesionales, medicos y psicologos. Se le administran algunos tests y el camionero dibuja los extraños ocupantes del plato. Finalmente, se le practica un electrocardiograma y el camionero vuelve a la casa del tio, con el compro­miso de presentarse en el consultorio del medico Mata en la noche del 6 de noviembre. Pese a lo convenido, no cumple con la cita y los profesionales deciden llegarse hasta su vivienda de la calle Chubut. Dionisio habia cenado abundantemente y tomado unos vasos de la providencial bebida que honra a su nombre (Dionisos, dios griego del vino). Esto impide que se le administre pentotal pero, en cambio, se realiza la primera sesion de hipnosis.

El plantel estaba dirigido por Eduardo Mata y Eladio Santos. En esa primera sesion, muchas preguntas llevaban implicita la respuesta de Llanca, quien habria manifestado:

“Subo con los dos hombres por un rayo de luz. El piso es como plomo, plateado, hay una sola ventana, redonda. Parece un barco. Hay muchos aparatos, muchos, hay dos televiso­res, una radio. En uno de los televisores se ven las estrellas. Me habla la radio, en castellano (español), y me dice que no tenga miedo, que son amigos, que vienen desde hace mucho tiempo… No dijeron de donde venian porque eso era un secreto para ellos… Ellos han hablado con otros hombres de la Tierra desde el año 1950… Quieren saber si podemos vivir en la Tierra con ellos… Arriba de una mesa tienen un encendedor, junto con el reloj y un paquete de cigarrillos… La mujer se pone un guante negro, con unas tachuelitas en la palma; se acerca, me toca… Caigo, caigo lentamente en un potrero. Ellos me han dicho que volveran a buscarme porque soy un buen muchacho… Siento frio. Llego a la ruta y empiezo a caminar… ¿Quien soy?, ¿quien soy?”.

A esta primera sesion de hipnosis le sucederan otras dos y una de pentotal. Todo lo dicho por este unico testigo y protagonista del suceso ha sido registrado en varias horas de grabacion, pero reservadas. A excepcion de la primera, en cada una de la sesiones, el camionero parece repetir exactamente lo mismo, como un calco.

Sentado en el centro del recinto, Llanca dice haber visto frente a el un instrumen­tal o tablero. Tiene una palanca hacia su mano izquierda. Otra mira a traves de esa mampara vidriada, hacia donde se ve el firmamento estrellado, ubicado a la izquierda del protagonista. Hay dos pantallas tambien a su izquierda donde se observan las estrellas de colores, que el dibuja en trance. La mujer esta a su derecha moviendo otro instrumental en una gran mesa y oficia de asistente.

Pasan unos minutos y por debajo del navio ve desplegarse (NdR: ¿desde esa perspectiva?} dos mangueras o cables flexibles, uno tomando contacto con el charco de agua y el otro con un cable de alta tension.

Posteriormente -siguiendo el relato del camionero- la mujer se quita el guante de su mano derecha y se coloca uno negro que tiene punzones en la palma, y al instante de intentar colocarlo en el temporal de Llanca, le pega en raro movimiento en el arco superciliar izquierdo produciendole al pobre testigo un pequeño hematoma. Luego lo coloca certeramente en la cabeza del protagonista.

Despues de una hora, aproximadamente, se abren las compuertas del navio espacial y lanza un haz de luz, colocando a Llanca con suavidad en el suelo de los corrales de la Sociedad Rural, entre varios vagones estacionados, en las vias del Ferrocarril Roca.

Se le administran pruebas de capacitacion, y en ellas Llanca revela una aptitud mental muy escasa. Una bateria de tests los toma en Bahia Blanca la licenciada en Psicologia Nora Milano, y los continua en Buenos Aires el doctor en Psicologia Hector A. Solari, indicando todos ellos una psique de nivel muy bajo, sugiriendo que Llanca no seria capaz de inventar, o narrar, por si solo una historia tan compleja como la expuesta.

LA INVESTIGACION

El testimonio de Dionisio Llanca se sustenta en que habria contado -bajo sugestion hipnotica y narcoanalisis-, desde la segunda sesion, siempre la misma historia y repitiendola casi mecanicamente, aunque empleando un lenguaje limitado y desprovisto de recursos expresivos.

Las circunstancias descritas, desde luego, no llegan a configurar una prueba definitiva de la presunta autenticidad. Por el contrario, sumados a los datos obtenidos a traves de una indagacion racional, han permitido elaborar unas hipotesis interpretativas del resonado caso de Villa Bordeu. Estas son algunas de las consideraciones a te­ner en cuenta:

1.- Las declaraciones de D. Llanca indican que su viaje a Rio Gallegos estaba previsto y que su tio Enrique Ruiz se hallaba enterado por anticipado del proyectado viaje. No obstante, este niega dicha version y señala que no tenia conocimiento de que su sobrino tuviere pensado hacer un viaje esa noche. Grande fue su sorpresa al levantarse y hallar una nota que decia haberle salido un viaje urgente, de improviso

2.- Llama la atencion que el lugar precisado como el lugar del encuentro, y ulterior abduccion, sea frecuentado por camioneros que acostumbran pasar la noche alli, mas aun los fines de semana. Curiosamente, Llanca declara no haber detectado la presencia de persona alguna o vehiculo en el area.

3.- En la situacion en que Llanca habia “despertado” fuera del camino, ignorante de quien era, que hacia, etc., recuerda a pesar de todo, que habia perdido su reloj y que eran las tres de la mañana. En tanto, Llanca parece haber caminado en estado de confu­sion mental varios kilometros hasta la ciudad.

4.- El medico Ricardo Smirnoff manifesto su contrariedad por la desmedida publicidad que se le habia dado al caso, puesto que no estaba cientificamente comprobado, estimando conveniente efectuar nuevas sesiones de hipnosis, pues las mismas no fueron efectuadas correctamente. Cito como ejemplo la cantidad de preguntas inducidas o tendenciosas que fueron formuladas en las distintas sesiones.

Por su parte, el Dr. Garcia del Cerro -otro de los facultativos que intervinieron en esa primera investigacion-, expreso tener grandes dudas sobre el testimonio de D. Llanca, aunque prefirio reservar sus motivos. La psicologa Nora Milano coincide con Smirnoff al afirmar tambien que los interrogatorios fueron mal llevados y que una reconstruccion hecha bajo hipnosis, le dio “la impresion de haber sido ensayada”.

5.- Poniendo en relieve sus singulares dotes de simulador, en ocasion anterior al suceso, Llanca fingio ser mudo ante unos estudiantes de la Universidad del Sur, en Bahia Blanca, logrando que le costearan varios almuerzos y desayunos. Se hallaba entonces con una venda en la garganta y comenzo un dialogo mediante papeles escritos, haciendo­les saber de su lamentable condicion, mencionando haber sido operado por un medico en el Hospital Militar. Cuando los incautos estudiantes efectua­ron algunas diligencias para localizar al galeno, el buen señor Llanca simplemente desaparecio de escena. “Aparentemente, dicho medico existia solo en la imagi­nacion de Llanca”, expreso el joven Alberto Cordero.

6.- La noche del martes 3 de abril de 1974, recien llegado de Comodoro Rivadavia, Llanca aparecio en un restaurante ubicado entre las calles Thompson y Donado, de Bahia Blanca, manifestando en la oportunidad que “el 80% de lo que dijeron las revistas era falso”. En tanto el medico Garcia del Cerro afirmo que lo publicado se ajusta a lo testimoniado por Dionisio Llanca…

7.- La comision policial hallo abandonado el camion de Llanca en el lugar indicado y las huellas de sus neumaticos al apartarse de la ruta y detenerse en la banquina emba­rrada, asi como algunas huellas de pisadas que correspondian en su totalidad a Llanca, pero ningun indicio de la presencia de otros individuos en el sitio preciso.

8.- Segun se afirmo en la oportunidad, esa noche se produjo un aumento desmesurado en el consumo de energia electrica, cuando lo que ocurrio en realidad fue un fallo en el suministro, originado por un cortocircuito en la subestacion de Ing. White, situada a unos 25 km al este del lugar donde, presuntamente, el “ovni” habia tomado contacto con los cables de alta tension.

9.- En marzo de 1976 Dionisio Llanca estuvo en Buenos Aires diciendo que habia tenido un nuevo contacto con los tripulantes del plato volador, quienes vendrian a buscarlo en unos dias, en Monte Grande. Nada se supo al respecto, pero si que Llanca continuo rondando por varios lugares del pais, internado durante algun tiempo en el Hospital Neuropsiquiatrico de Rawson, Chubut.

10.- A pesar que el pretendido testigo fue deliberadamente escondido en varias ocasio­nes “para no interferir en las investigaciones”, de los estudios psicologicos solo se informo que el sujeto acusaba un nivel de psique muy bajo como para urdir semejante historia (sic). Sin embargo, lo que no se habia revelado claramente es que esos tests indicaban sin lugar a dudas que Dionisio Llanca padece “una debilidad mental bien definida” y “signos comiciales de una evidente falta de sinceridad”.

11.- Trascendidas las conclusiones del estudio psicoclinico efectuado el 31 de julio de 1974, en Buenos Aires, por el psicologo Dr. Hector A. Solari (M.N. 246), profesional interviniente, señalan que: “Las pruebas psicometricas y proyectivas confirman lo presupuesto en la entrevista clinica, D. Ll. presenta una personalidad de tipo epilep­tica, con ciertos rasgos de indole histerica. Sus mecanismos de defensa en cierto modo estereotipados son la negacion y la represion. D. Ll. transita dentro de un circulo vicioso de inseguridad y temor que alimenta, a su vez, su agresividad y hostilidad hacia el medio ambiente, impidiendole establecer buenas relaciones interpersonales”.

Y finaliza: “En cuanto a la investigacion del hecho ocurrido en Bahia Blanca, sin dudar o no de lo relatado por D. Ll., en mi consideracion el testigo no es habil como tal”; aconsejando “a nivel asistencial, la posibilidad de encarar una terapia farmacologica y psicoterapeutica adecuadas”

CONSIDERACIONES FINALES

Debemos mencionar a las primeras investigaciones que alertaron sobre la proba­ble mixtificacion del episodio, formulada por Daniel Dimieri y Horacio Alaimo, de Bahia Blanca; y a la mas reciente realizada por Gui­llermo Roncoroni, de Buenos Aires, las cuales han permitido -en ambos casos- ampliar y corroborar aquellas sospechas.

Lo expuesto hasta aqui se constituye, pues, en prueba suficiente para descalificar al unico testigo y protagonista del caso y, como consecuencia reducir a la minina expresion la fiabilidad del testimonio ofrecido.

A pesar, hemos de considerar seguidamente tres aspectos fundamentales de la investi­gacion, de los que pueden desprenderse algunas hipotesis explicativas:

a) La lesion cerebral: En el primer informe que hemos publicado denunciamos que Dionisio Llanca tenia una lesion cerebral que jamas habia sido revelada por quienes abordaron el caso apenas ocurrido. Ante nuestra inquisitoria, se nos adujo que “¡fueron los ex­traterrestres quienes se la produjeron con el guantazo!”. Sin alcanzar a comprender como era posible que semejante aspecto de la investigacion no fuere considerado, hasta silenciado, solo se adujo que “este tema es tambien muy dificil de encarar…” (¿!), agregando que tal lesion, en el lobulo temporal derecho, se produjo en extrañas circunstancias (2).

Sin embargo, no hay indicios firmes de que la lesion haya sido provocada (pudiendo ser congenita) y, menos aun, por los ocupantes de la nave. Si se pretende explicarlo de este modo, recordemos que el hematoma que supuestamente le ocasionaron a Llanca se encontraba en el arco superciliar izquierdo, en la zona del lobulo frontal, y dificil­mente pudo haber repercutido sobre el temporal derecho, situado en otra region craneana.

En cambio, la version que aporta Roncoroni señala que se trataba de una lesion cere­bral cruzada localizada en el lobulo occipital, remitiendose al testimonio que habria ofrecido uno de los facultativos. A ese respecto, hemos de describir los signos funda­mentales de las lesiones localizadas en esta area.

Tales lesiones suelen provocar trastornos de tipo visual, tales como alucinaciones visuales de centelleos, bolas o puntos luminosos. Al lado de los sensovisuales existen alteraciones psicovisuales cuando se afecta, en particular, la cara externa del lobulo occipital. Se origina entonces una ceguera psiquica: el sujeto ve a los objetos, pero no los identifica. La presuncion de este sindrome en Dionisio Llanca se muestra llamativa y propondria un replanteo sobre la generacion de los hechos

b) El coeficiente intelectual: Otro de los factores que respaldan ese argumento es el grado de inteligencia, o coeficiente intelectual (CI) pobrisimo que presenta Dioni­sio Llanca: se encuentra en el limite de la deficiencia mental.

Lo importante por destacar es que, cuanto menor es el CI, menos confiable ha de ser la opinion del sujeto, porque el juicio o valoracion sobre los objetos y situaciones (la realidad perceptual) son apreciados y comprendidos por el a traves del prisma de su capacidad intelectiva. De ahi que se admite cientificamente que el individuo con bajo coeficiente es proclive a la fabulacion, al situarse mas distante de la realidad que lo circunda.

En tal sentido, es probable que D. Llanca acuse un nivel intelectual muy bajo como para urdir conscientemente y por si solo semejante historia. Pero lo mas notable sea quiza que un sujeto con tal dotacion mental, jamas habria podido observar y describir tan abundantes y ricos detalles de su experiencia.

Caben estas explicaciones para la aparente incongruencia:

l. la induccion de situaciones imaginarias -consciente o inconsciente- mediante la tecnica de introyeccion psiquica por parte de otras personas, antes o durante las pruebas hipnoticas.

Al parecer, es factible crear en la psique de un individuo una historia que tendra que contarse de nuevo unicamente en estado hipnotico. Por ejemplo, por “induccion psiquica” a traves de medios audiovisuales (un “buen dibujante” que construyo una secuen­cia grafica del suceso, pudiere haber ayudado a fijar en la mente de Llanca lo que luego habria descripto o repetido).

2. la creacion de fantasias oniricas, exclusivamente en el ambito del testigo

Es posible que Llanca tuviere un paroxismo parcial, conforme a lo que revela el psicodiagnostico anteriormente citado (punto 11, personalidad de tipo epileptica, etc.), de caracteristicas sensitivas e ideativas. O bien, que Llanca haya sufrido inicialmen­te un trastorno visual provocado, quiza, por un golpe accidental mientras cambiaba la rueda al momento de observar “la luz amarilla que avanzaba por la ruta”, cuyo origen pudo ser los faros de un automovil. Victima de un estado de profunda confusion mental, fue presa de sus pro­pias fantasias y temores, y de las ajenas, con la añadicion y deformacion de toda una historia con extraterrestres.

c) Hipnosis y narcoanalisis: Lo que ha procurado darle fuerte sustentacion al incidente fueron las declaraciones de Dionisio Llanca hechas bajo hipnosis y pentotal que, como la ciencia lo afirma, son de acuerdo a la verdad concebida por el sujeto, ya que dificilmente (aunque no es imposible) se podria mixtificar bajo sus efectos. Asi es como en muchos casos refleja la realidad de los acontecimientos, pero no siempre.

Precisamente, uno de los factores que estimulan la creacion de fantasias oniricas es este tipo de pruebas. Incluso, parece probable que quienes presentan lesiones como las descritas y, todavia, con un bajo coeficiente (CI), se encontrarian mas propensas a alucinar objetos y situaciones.

A esto debe sumarse tambien que para la realizacion de las pruebas se han empleado algunos especialistas vinculados previa y favorablemente al tema ovni, lo que implica un convencimiento de los propios hipnologos a traves de sus deseos o convicciones. Quieren de este modo un resultado afirmativo e inducen la respuesta. Asimismo, cual­quier persona sometida a una presion psicologica a cargo del agente, por zafarse de esa presion, puede narrar hechos que nunca ha visto o experimentado.

Por las razones apuntadas, las confesiones o declaraciones efectuadas bajo hipnosis no son validas en ningun tribunal, como tampoco lo son las que se producen estimuladas por cualquier tipo de drogas (pentotal, thionembutal, etc.).

En suma, el valor de las drogas y pruebas hipnoticas ha sido muy discutido, pero se admite que en ese estado inconsciente no hay garantia de que lo afirmado por el sujeto sea cierto, pues es muy frecuente que se trate de un delirio oniroide, en el cual el individuo habla de lo que desea o teme que haya sucedido, mas de lo que en realidad ha pasado.

Como ocurrio en España, cuando el novelista y viejo tahur de la ufologia hispana Antonio Ribera pretendio forjar y sostener el llamado “Caso Perfecto” de Aluche (4), el episodio argentino tampoco ha podido resistir a una desapasionada investigacion. Por consiguiente, con el peso de los datos disponibles, creemos que ya no sera posible se­guir afirmando clamorosamente que el testimonio de Dionisio Llanca respecto al caso de Villa Bordeu merece alguna confianza.

© R. Banchs, 1996

Referencias

(1) Banchs, Roberto. “Affaire Llanca: El gran fraude”, en rev. Stendek, N° 34, ps. 2/8, Barcelona, diciem­bre 1978.

Banchs, Roberto. “’Mas (y punto final) sobre el affaire Llanca”, en rev. Stendek, N° 43, ps. 25/26 y 45, Barcelona, marzo 1981.

(2) Zerpa, Fabio. “El encuentro mas estudiado”, en rev. Mundo Desconocido, N° 35, ps. 56/59, Barcelona, mayo 1979; y Cuarta Dimension, N° 64, ps. 56/59, Buenos Aires, junio 1979.

(3) “Caso Llanca – Analisis retrospectivo de un contacto”, edic. especial, UFO Press, ps. 1/13, Buenos Aires, marzo 1979; Cfr.: Roncoroni, Guillermo. “El caso Dionisio Llanca”, edic. especial, CIU, Buenos Aires, mayo 1983.

(4) Ribera, Antonio. Un caso perfecto, Plaza & Janes, E. de Llobregat, 1975. Poher, Claude. “Un perfecto fraude”, en rev. UFO Press, N° 7, ps. 11/16, Buenos Aires, abril 1978.

(5) Papers d’ ovnis, Barcelona, N° 9, II epoca, mayo-junio 1998, p. 19.

NOTAS ASOCIADAS

ANEXO 1

De Bettina Allen: Un año despues de aparecer aquel primer articulo (vse. ref.1), la Lic. Bettina Allen, estrechamente vincu­lada a la controvertida investigacion, parece haber querido salvar los papeles, al señalar: “El efecto fenomeno ovni no es inmediato, es muy posterior y facilmente enmascarable con cualquier anomalia psicologica.

“Se han observado dos factores que producen las anomalias mencionadas: a) Sugestion post-hipnotica por parte de los tripulantes del Vehiculo No Identificado hacia sus testigos; b) Captacion de la longitud y frecuencia de onda mental de los testigos por parte de los ocupantes de la nave y, a posteriori, tentativas de contacto telepatico con los mismos (…).

“Los efectos post-avistamientos son altamente marcados dado que se encuentran bajo la influencia de los factores a y b inducidos por parte de sus captores, los extraterrestres, que lo secuestraron aquel 28 de oc­tubre de 1973 en las cercanias de Villa Bordeu.

“En varias ocasiones privadas con el pude comprobar que el hombre no logra unificar su sentir y su actuar. Una fuerza superior lo lleva a comportarse de forma extraña, casi demencial.

“Dicha actuacion da lugar, como es muy logico, a la negacion de la realidad del caso. Las ordenes post-hipnoticas que, hasta el dia de hoy es victima Dionisio Llanca, no son las normales que se imparten a un paciente. Son contradictorias, carentes de armonia, casi demenciales. Se encuentra a merced de costumbres descono­cidas para el genero humano, pero su desconocimiento del lenguaje psiquico extraterrestre lo lleva a actuar de manera infraterrestre” (en: “Consecuencias de…, Cuarta Dimension, N° 70, Bs.As., dic.1979, ps.50/52).

ANEXO 2

De Hilary Evans: El episodio ocurrido en la madrugada del 28 de octubre de 1973, en Villa Bordeu, ha sido ampliamente difundido a traves de periodicos, libros y revistas especializadas. El interes despertado condujo al excelente investigador ingles Hilary Evans a formular algunas reflexiones que estimamos de gran valor por su agudeza critica. Las mismas nos las hizo llegar su autor el 5 de enero de 1988, antes de la publicacion de su libro The Myth of Exttaterrestrial Visitation. He aqui lo que nos dice:

El caso de D. Llanca constituye un despliegue de muchas de las caracteristicas grotescas y paradojicas de los encuentros con abducciones. Esta experiencia tiene lugar cuando esta solo, en un lugar aislado, a la noche tarde. Nadie mas ve la nave espacial luminosa y brillante, con excepcion del testigo que es llevado a bordo, y de retorno a la Tierra. Lo que los abductores le dicen a Llanca es plausible, pero apa­renta adecuarse de manera muy escasa para justificar la visita de los seres. El mensaje de estos es como una repeticion de aquellos mensajes de casi cualquier visitante extraterrestre. Las razones de los seres para elegir a Llanca son apenas convincentes.

Al mismo tiempo, no puede caber la duda de que algo extraordinario le ha ocurrido. Nosotros podriamos rechazar su historia sobre la base de su improbabilidad, pero no podemos desaprobarla, ni tam­poco ofrecer una historia alternativa en terminos de que Dionisio haya podido sufrir un ataque de ladro­nes (el tiene una considerable suma de dinero que lleva consigo y que aparece intacta en el momen­to en que llega al hospital; su camion no ha sido tocado, y sus documentos estan todavia en la cabina del vehiculo). Es una situacion estancada, sin salida.

En consecuencia, ¿como puede encajar el incidente Llanca con nuestros tres modelos explicativos?:

El modelo de educacion cosmica (n: L. Sprinkle) no parece adaptarse al caso de modo alguno. Llanca no se transforma de ninguna manera en un ciudadano cosmico despues de su aventura y no hay diferencia con su personalidad anterior; el es simplemente una persona planetaria aturdida y conmovida.

¿Podria ser un sistema de control responsable de lo que podria convertirse en un plan mas grande de manipulacion por parte de alguna fuerza que este utilizando a los platillos volantes como una cobertura con fines que sean menos claros? Es dificil apreciar en que cuantia la experiencia de Llanca podria formar parte de un plan mas vasto. Si sus abductores son pseudo-entidades que estan desempeñando el rol de una mascarada elaborada, alguien parece haberse metido en grandes dificultades con el fin de no haber logrado nada; cualquiera podria haberse puesto razonablemente metas por lograr.

¿Explica el modelo de psicodrama el caso un poco mejor? Existen muchas explicaciones de que algo de este tipo esta teniendo lugar. La amnesia de Llanca y su subsecuente recuerdo constituyen efectos menta­les, y supone un origen mental: Mientras dichos efectos pudieren haber sido impuestos sobre Dionisio por sus abductores, es mas probable que los efectos sean el resultado de un proceso psicologico

Las contradicciones e inconsistencias se adecuan mejor a la idea de que el incidente es una fantasia fabricada:

◘ Si sus abductores estan dispuestos de una manera tan amable, ¿por que lo arrojan a el en el campo, en unos corrales, en las primeras horas de la madrugada, luego de lo cual tiene que salir a tropezones y sin ayuda alguna hacia la ruta? ¿Cual es la causa por la que ellos no lo llevan de vuelta al camion en donde tendria algun tipo de seguridad?

◘ El rayo de luz que lo transporta junto a sus captores a la nave espacial es simultaneamente tradicional del folclore y una caracteristica recurrente de la ciencia-ficcion; en otras palabras, un item de la fantasia arquetipica.

◘ Los seres se comunican con Llanca a traves de la telepatia, pero entre ellos lo hacen en lenguaje oral.

◘ Aunque fuese la ultima moda en su planeta de origen, es poco probable que un viajante espacial de sexo femenino usara su cabello pendiendo libremente hasta la mitad de la cintura. El ser abductor de Llan­ca parece pertenecer mas a un filme de Hollywood que a un encuentro ocurrido en la vida real.

◘ Existe una insistencia curiosa acerca del color amarillo: el incidente comienza con una luz amarilla, y los tres seres utilizan botas amarillas y guantes amarillos. La mitad superior de la nave es de un vivido color amarillo, y el ve todo lo que le ocurre durante el incidente contra un fondo amarillo. Una po­sible inferencia podria ser la luz amarilla brillante la que genere y, literalmente, de color a toda la historia.

◘ Llanca se ve totalmente desequilibrado a causa de su experiencia. Sale con una chica, luego la abandona, como al vecindario donde vive. Cuando la muchacha se contacta con la familia de Dionisio, sus miembros le manifiestan a ella que no quieren tener mas relacion con el. Los investigadores se enteran que el sufre una lesion cerebral que podria favorecer la formacion de alucinaciones bajo circunstancias apropiadas. ¿Tenia la lesion antes del incidente? ¿La adquirio durante el incidente, o durante el tratamiento subsiguiente?

Roberto Banchs, uno de los investigadores mas relevantes de la Argentina, especula que el encuentro de Llanca podria activar esta fantasia, o proceso imaginativo, quiza por un estimulo externo -la luz amarilla-, la cual actua sobre un cerebro afectado por una lesion, propensa a activar experiencias de tipo sensoperceptivas, alucinatorias: estas experiencias adquiriran una forma a traves de lo que el camione­ro de ideas simplonas habia adquirido en el terreno de las ideas acerca de las visitas extraterrestres. Los elementos basicos para la fantasia existen en abundancia en la Argentina y, del mismo modo, en todos los paises latinoamericanos; existe una rica literatura de visitas extraterrestres que se extiende desde lo serio hasta lo sensacional, y la prensa alimenta a sus lectores con una fuente de historias de conte­nido altamente dramatico acerca de experiencias extraterrestres en una medida desconocida en otra parte del mundo.

Hilary Evans,

London

(Trad.: J. Failla)

ANEXO 3

De Antonio Ribera: En septiembre de 1981, en su numero 45, la revista de Barcelona Stendek reprodujo una extensa carta del pionero y ampliamente conocido divulgador catalan Antonio Ribera Jorda. Con estilo acido y con sobrada soberbia, intenta una defensa del caso. Y su mejor manera de empezar es revelando sus encendidos prejuicios: “Una de las cosas peores que le pueden suceder a un hispanoamericano, es acertar en algo”. Y continua: “En el terreno de la ufologia, que es lo que aqui nos interesa, si uno tiene la desgracia de presentar un caso aparentemente inatacable, bien documentado y mejor investigado, ya puede prepararse, porque empezara para el un calvario (…) Digo esto a proposito de los desaforados ataques de que ha sido objeto el llamado caso Bordeu, protagonizado por el camionero argentino Dionisio Llanca, caso recogido y presentado en la obra de mi buen amigo Fabio Zerpa, El OVNI y sus Misterios (Ed. Nauta, Barcelona, y Cielosir Editora, Buenos Aires), que yo epilogue” (…).

“Pero no. Todo esto es humo de pajas para el arquitecto Roberto E. Banchs, quien se resiste a aceptar que el caso Llanca pueda ser no asi de cierto… pese a su evidente coherencia interna, y a que el joven camionero evoca bajo hipnosis una situacion tipica en otras abducciones, desde los Hill al caso ingles de Avely o el español de Julio F. (…) Pero hay mas. Banchs dice que Llanca tenia una lesion cerebral cruzada (…) Pero no termina ahi todo, no, señor. Ademas, el pobre Dionisio tenia un coeficiente intelectual pobrisimo, lo cual hacia de el un “debil mental” (…)

Y ahora yo pregunto: ¿que pais es la Argentina, en que se permite a los debiles mentales que sufren ademas alucinaciones visuales, conducir un camion Dodge como medio para ganarse la vida? ¿Es que Dionisio, para obtener su carne de 1ª (o su equivalente en la Argentina) no habia pasado previamente por rigurosos tests psicometricos, como es norma en España o en cualquier pais civilizado? Despues de esto, me lo pensare dos veces antes de ir a la Argentina, donde por lo visto los debiles mentales y personas que ven a los objetos, pero no los identifican, pueden conducir monstruos de diez toneladas (convertidos asi en verdaderas bombas) por las carreteras nacionales.

“El ultimo argumento esgrimido por Banchs, el de que Llanca acusa un nivel de psique muy bajo como para urdir conscientemente por si solo semejante historia, se vuelve hacia el mismo como un boomerang. Precisamente no la urdio Llanca, porque este se limito a archivar en su subconsciente todos los detalles de la misma, que luego le fueron extraidos por el impresionante equipo medico que lo psicoanalizo mediante hipnosis y otros medios.

“Tal convencido estoy de que el caso Llanca es un caso autentico de abduccion, que voy a incluirlo con todos los honores en el libro sobre abducciones que estoy escribiendo (sic) para Editorial Planeta de Barcelona (…)”.

Esta carta no fue respondida. La juzgamos demasiada insolente y declinamos participar del llamado al escandalo, que -a fin de cuentas- le serviria unicamente para promocionar en forma pueril y vulgar su anunciado libro, a la par de resguardar el libro que nos dice haber epilogado.

No obstante, una respuesta ha sido esperada. Hemos dejado a Ribera su libertad de creencia, y ofrecido todos los elementos documentales para juzgar los procedimientos empleados en la investigacion. Pero visto que su carta se sustenta en como pudo haber obtenido su licencia para conducir un sujeto con una presunta debilidad mental, sumado a una patologia psicofuncional, huelga señalar que desconocemos las exigencias a que fuera sometido D. Llanca para conseguir la misma. No obstante, a modo de ejemplo, deseamos remitirnos a una nota periodistica publicada en el acreditado diario Clarin, de Buenos Aires, del 14 de julio de 1988, p. 43, que lleva por elocuente titulo: “Le habrian dado registro de conductor a un ciego”.

Su contenido expresa: “Una investigacion periodistica denuncio ayer que en el partido de La Matanza se habria otorgado una licencia de conductor a un hombre ciego de nacimiento. Segun la denuncia presentada en un informe de Telefe Noticias, estaria involucrado un empleado del Concejo Deliberante, quien habria cobrado coimas para facilitar la entrega. El informe mostro, a traves de una camara oculta, a un presunto empleado que ofrecia, a cambio de una suma de dinero superior a la que se paga legalmente, la entrega de registros de conducir sin que se cumplan los controles de vista y de manejo”.

Reconocemos a don Antoni Ribera sus memorables obras sobre el tema, la que nos lleva a perdonarle sus exabruptos. Quiza sea una tardia revelacion producida en abril de 1998 la que pudiere explicar su ardor por defender y propagar esta clase de eventos ufologicos. Por entonces, la revista española Enigmas publica una entrevista que le realizaron, donde el patriarca español afirma recordar haber sido abducido a la edad de diez años, por un ser de baja estatura, corpulento y cuadrupedo, en coincidencia con la aparicion de su ultimo libro, Abduccion (5). Todas las cosas tienen un limite. Tanto como el afan de objetividad y veracidad. Por eso, ¡escritor a sus tejados!