MAR DEL PLATA, BUENOS AIRES: CIELO DE OVNIS (20 AGO 1965)


El viernes 20 de agosto de 1965, en la ciudad atlantica de Mar del Plata ocurre un desusado avistamiento. Aunque la version mas conocida haya sido quiza la que ofrece el diario La Razon (l), y reproducida en varios libros de edicion extranjera (2), la infor­macion original proviene del diario La Capita1 (3), Y dice asi:

“Nuevamente, Mar del Plata visitada por un ovni. Renacera hoy la discusion entre credulos e incredulos. Se intensificara la creacion de las mas insolitas explicaciones y teorias.

“Enfrentamos el riesgo de contribuir con psicosis colectiva y con ‘lances’ de la reconocida viveza criolla, haciendonos eco, una vez mas, de la version no confirmada, tampoco comprobada, pero si reiterada de varios vecinos de la zona comprendida entre El Pino y El Monolito, quienes a partir de las 20 de ayer, nos hicieron llegar el in­forme telefonico: vieron cruzar por el cielo marplatense un cuerpo luminoso con todas las caracteristicas de los ya muy comentados ovni.

“La informacion corrio por la ciudad y muchos fueron los que pasaron largos ratos recorriendo con ojos curiosos todo el estrellado cielo de la fria noche[1].Pero en La Capital recogimos la version mas completa. Nos visito un joven matrimonio, llevando una pequeña hijita que mañana cumplira el primer año de vida. Eduardo Angel Yacobi[2], originario de Lujan y radicado hace un mes y medio en Mar del Plata, 25 años y productor de una compañia de capitalizacion y prestamos con domicilio en un hotel de la calle San Luis 2060, acompañado por su esposa, Teresa Ernestina Acuña de Yacobi, de 18 años lle­garon a nuestra redaccion a las 23, para informamos sobre lo que aseguraron fue ‘una extraordinaria experiencia’.

“Salian de la casa de un familiar, donde habian cenado. Caminaban por la calle 216 en direccion a (la Avda.) Luro, cuando al cruzar (la calle) 9 de Julio notaron un rui­do que solo podian calificar como ‘fuerte zumbido’ y subitamente, a 50 metros de altu­ra sobre sus cabezas, casi rozando las copas de los arboles, un objeto luminoso, gira­torio y ovalado. Siguieron caminando y observando. El objeto se apoyo sobre la tierra a 200 metros de donde estaban ellos y parecian caminar delante de el algunas figuras no distinguidas por los fuertes destellos de la luz que tomaba tintes rojizos a viola­ceos.

“Eduardo Angel Yacobi, dice que quiso acercarse, pero ella -cuidadosa- se lo prohibio. Entonces, asegura el testigo que penso en hacer participes de la experiencia a otros, ocurriendosele asi trasladarse de inmediato a nuestra redaccion para hacer el relato.

“Transcribimos, aqui la version. Nuestros cronistas concurrieron de inmediato al lugar señalado por Yacobi sin lograr seña o rastro del ovni que impresiono a nuestro azorado visitante. El juicio definitivo de la version queda a criterio del lector, no­sotros nos limitamos a cumplir nuestra labor objetivamente informativa”.

BREVEMENTE:

Intentamos localizar en esa ciudad a los eventuales testigos. Habian transcurrido muchos años y la posibilidad era remota. El hotel donde se alojaban ya no funcionaba como tal y nadie supo darnos alguna referencia. Fuimos al lugar de los hechos, en el area suburbana. Grandes baldios y pocos lotes forestados rodean a la no muy abundante edificacion. Alli solo unas cosas han cambiado: un par de viviendas bajas en varias hectareas se han erigido, y una nueva denominacion de la calle 216 (hoy llamada Cana­da). A los antiguos moradores les preguntamos si fueron testigos del supuesto ovni, o si conocian a los Yacobi-Acuña, y la respuesta ha sido en todos los casos negativa[3].

Hasta aqui nuestra primera tentativa por dar con los testigos del inusual encuen­tro, y hacer un reconocimiento de la zona donde se habria producido el avistamiento. La tarea de encuesta queda abierta para un futuro, convocando a otros ufologos para que colaboren o tomen la iniciativa de reanudar la investigacion.

Al momento, no es posible agregar mucho mas, ni seria conveniente hacer lucubraciones con tan pauperrimos elementos de analisis. Solo la presencia de los testigos que, ­de existir en un hasta ahora inhallable lugar, pueden propiciar -en palabras de E. A. Yacobi – el hacernos “participes de la experiencia” narrada. Mientras tanto, el episo­dio que hemos expuesto continua engrosando el voluminoso anecdotario de los ovnis.

REFERENCIAS BIBLIOGRaFICA

(1) La Razon, Buenos Aires, 21 agosto 1965.

(2) Ribera, Antonio. Platillos Volantes en Iberoamerica y España, Pomaire, Barcelona, 1968, p. 175.

Ribera, Antonio. Las maquinas del cosmos, Planeta, Barcelona 1983, p. 82.

Bowen, Charles Ed. The Humanoids, Neville Spearman, London, 1969, p. 118.

Lorenzen, Coral and Jim. Encounters whith UFO occupants, Berkley Medal1ion Books, New York, 1976, p. 156.

Lorenzen, Coral and Jim. Flying Saucer occupants, The New A­merican Library, New York, 1967, p. 113.

(3) La Capital, mat., Mar del Plata, 21 agosto 1965, p. 12.

Nota: En cuanto a los datos astronomicos, señalemos que la Luna se encontraba en su 21a. fase decreciente, con una fraccion ilu­minada del 39,86%. A las 22 horas, su altitud era de 22’19′ y su azimut 40,05 grados.
[1] Esa noche se presento fria, pero con tiempo bueno. La minima anduvo por debajo del cero grado C y la maxima para esa jornada estuvo por encima de los diez grados, con vientos suaves y escasa humedad. No se registraron mayores variaciones.

[2] Por ejemplo, La Razon, del sabado 21, señala que se trataba de Eduardo Lujan Yacobi. Agrega esta fuente que el ovni estuvo a menos de 40 m de altura, y que a su lado pare­cian caminar figuras como si estuvieran solucionando algun desperfecto mecanico. Luego las figuras ascendieron al ovni y se alejaron en segundos.

[3] Consultamos las guias de Mar del Plata y Lujan intentando dar con los supuestos testigos. Ningun Yacobi y numerosos Acuña, pero sin parentesco. Tampoco observamos que alguno de ellos resida en la zona del avistamiento.

Posteriormente, conversamos con vecinos de Pilar (localidad proxima a Lujan) y de Lujan, con apellidos similares (supo­niendo un posible error del diario), que reconocieron no guardar relacion alguna con el citado testigo, ni conocer a ese apellido de familia. Dicho sea de paso, la poblacion de Lujan (BA) y sus adyacencias era de unos 30.000 habitantes. En Buenos Aires tam­bien dimos con un fabricante de guitarras, J. Yacopi, descono­ciendo por igual quien es E. A. Yacobi, y agregando que “en su buen oido” se trata de la primera vez que escucha ese apellido