«LUCES ROJAS» Y TRASLADOS INEXPLICABLES

El Diario On Line del Sur de Cordoba – Villa Maria
Villa Maria, 28 de junio de 2002

EL DIARIO estuvo en Noetinger y recibio varios testimonios
EXTRAÑOS AVISTAMIENTOS EN PUNTOS DE LA REGIoN

Un periodista de este medio entrevisto a vecinos de Noetinger que dicen haber tenido contacto con fuerzas extrañas. Uno de ellos, padre de familia, asegura haber perdido el conocimiento y que luego aparecio arriba de un tinglado. Una mujer tambien narro su contacto cercano con «una luz muy roja». El empleado de EPEC confirmo que hubo un coincidente corte de luz. Por LV3, estos y otros pobladores de distintos puntos de la region contaron sucesos de similares caracteristicas.

Lo que se narra en estas paginas es producto del dialogo que mantuvo un periodista de EL DIARIO con varios vecinos de localidades de la region que protagonizaron extraños hechos en las ultimas horas. Queda a criterio de nuestros lectores, la interpretacion de los mismos.

Luis Marcelino (51 años), su esposa Zulma Nitardi (40) y los hijos del matrimonio, Sergio (22) y Cristian (19) nos recibieron en su casa, ubicada en la zona rural de Noetinger, distante 10 kilometros de la localidad. Luis no tiene inconvenientes en relatar, con total seriedad, que a las 5.45 del domingo ultimo, cuando se levanto para hacer el tambo, fue derecho a poner en marcha el generador. Llevaba su linterna. Luego… ya no se acuerda.

El relato es continuado por su esposa: «Nosotras (ella y su hermana Silvia, de 35 años) estabamos preparando el cafe como todos los dias y escuchamos que el motor hacia ruidos, pero no arrancaba. Poco despues, escuchamos gritos de Luis y pensamos que una polea le podia haber agarrado una mano… Salimos corriendo y lo vimos arriba del tinglado…»

Luis las interrumpe para asegurar que “no se como llegue hasta ahi arriba; lo que si se es que nunca llegue al generador, que estaba tapado como el dia anterior”.

«Una luz me ilumino»

«Cuando estaba por llegar al motor, una luz me ilumino; una luz que quema hasta el alma querida, y empece a sentir un calor terrible y se me descontrolo el cuerpo. No me explico como, pero apareci arriba del tinglado. Ni siquiera sabia que estaba ahi. Me vino a rescatar mi cuñada y no la reconoci. Estaba encandilado y solo vi una sombra negra…», refirio Luis Marcelino, perteneciente a una conocida y respetada familia de Noetinger.

La mujer explico que cuando su hermana se acercaba por el tinglado, Luis hacia como si se fuera a arrojar hacia el otro lado.

En los mismos momentos en que Luis vivia su “odisea” en el campo, tres jovenes de Leones que habian ido a bailar a Noetinger, experimentaban un extraño avistamiento en plena ruta (ver «Una luz nos paso»).

Sergio, el hijo mayor de Luis, explico por su parte que el motor no arranco. Hizo falta la ayuda de un tractor, porque «las dos baterias estaban descargadas».

El mismo integrante de la familia nos acompaño hasta el lugar en el que habia caido la linterna que llevaba su padre. Alrededor de la marca dejada por la linterna habia huellas de las botas de goma de su padre, que no seguian hasta el tinglado.

«No lo atribuyo a nada. Yo no creo en los OVNIS. No queria levantar el avispero, pero despues del caso de la señora de Saira (ver «La luz era muy roja») tuve que hacerlo. No gano nada contando esto, al contrario, pierdo, porque la gente puede desconfiar de mi», dijo Luis con cierto dejo de dolor por el hecho de que sus palabras no fueron tomadas en serio por algun medio periodistico.

Finalmente, agrego: «Para mi, que vivo en el campo desde que naci, la noche y el dia fueron siempre una misma cosa. Pero ahora, salgo acompañado y miro para arriba».

Rumbo al pueblo

Los dejamos y emprendimos el camino al pueblo. Los ladridos de Rambo se hicieron cada vez mas lejanos. Ya en Noetinger fuimos hasta la casa de Ida, la madre de Marta de Signorelli. Ellas tambien estaban impresionadas. Algunos vecinos nos refirieron que uno de los hechos coincidio con un corte de luz en la localidad. Entonces quisimos tener la palabra de los empleados de la Empresa Provincial de Energia de Cordoba. No encontramos al encargado, que estaba realizando un curso en Cordoba, pero si al empleado Hector Busano.

Busano no tenia precisiones, pero comento que era muy facil corroborar el dato, puesto que existe “un cajero” en el cual, en caso de haberse producido un corte en el suministro, debe quedar registrado. Los empleados constataron que el corte habia sido a las 10.30, al igual que el apisodio de Saira…

Las radios cordobesas seguian recibiendo llamadas desde distintos puntos del territorio provincial… Todos habian visto algo. Todos tenian una historia para contar…

«La luz era muy roja»

Marta de Signorelli, de la zona rural de Saira, se hallaba el martes por la mañana en su vivienda junto a su hijo de 9 años, cuando sintio que el ganado «estaba como espantado». Entonces dejo el lampazo, abrio la puerta, salio y vio un aparato blanco y una luz roja que la enceguecio.

La mujer, de 56 años, comenzo a sentir un gran calor, se quito algunas ropas, sus piernas no le respondian. Sentada, despues de unos instantes, llamo a su hijo para que la ayudara. Asi fue que alcanzo luego el telefono y pudo pedir ayuda. Poco despues fue trasladada desde ese campo, situado a 15 kilometros de Noetinger, hasta esta localidad, donde un medico comprobo que «tenia un pico de tension de 24», segun lo explico ayer a EL DIARIO su madre, Ida Gianini viuda de Garabello.

Marta se quedo en la casa de la madre y relato muchas otras cosas referidas a su vision o avistamiento. Uno de los datos fundamentales es que todavia veia con una tonalidad rojiza de fondo.

A la misma hora en que la mujer fue sorprendida por la luz, se produjo el corte de energia al que alude el empleado de EPEC en la nota central.

«Una luz nos paso y nos detuvo el auto»

Tres jovenes oriundas de la localidad de Leones regresaban hacia esa ciudad en la madrugada del domingo luego de haber estado bailando en un local de Noetinger.

Cuando se hallaban en pleno viaje por la ruta a bordo de un Renault 12, vieron lo que en principio les parecio un automovil con la luz alta, que venia de frente. Enseguida la conductora comenzo a hacerle señas de luces para que bajara la potencia de las suyas, puesto que la estaba encandilando. No hubo respuesta alguna…

«La luz tardaba y cada vez encandilaba mas. Nos tiramos a la banquina y vimos como nos pasaba por encima. Enseguida nos dimos cuenta de que se habia detenido el auto», explicaron.

El hecho fue narrado por las jovenes a un docente que viajo luego a Noetinger a dictar clases y refirio la historia.

El horario en el que sucedio este hecho coincide con la hora referida por Luis Marcelino respecto del momento en el cual fue a enceder el generador y nunca pudo hacerlo… Volveria en si arriba del tinglado…