LUIS REINOSO EN ESTANCIA LA AURORA, SALTO, URUGUAY


La Aurora es un establecimiento agricola-ganadero de unas 1.000 hectareas aproximadamente que se encuentra a pocos metros de distancia del puente fronterizo Salto-Paysandu (Republica oriental del Uruguay) tendido sobre el Rio Dayman, con un pie en cada uno de estos departamentos. A ella se accede a traves de un estrecho sendero de tierra y polvo que se abre a un costado de la Ruta 3. No es una estancia turistica como muchos creen, aunque es uno punto muy visitado en Uruguay, por contar en sus cercanias con la conocida gruta del Padre Pio por un lado y por las manifestaciones que alli se supone que ocurren, por otro.

La estancia existe desde el año 1918 y pertenece a la familia Tonna-Ratin. En 2005 fallecio el antiguo dueño del campo, Angel Maria Tonna, y ahora los que se encargan del establecimiento son su mujer y sus tres hijos: angel Humberto (el mayor), Tulio (el del medio) y Elena Margarita (la menor). La familia Tonna vive en la estancia, pero por cuestiones de trabajo viajan bastante a otros departamentos.

El primer acontecimiento raro en la estancia, data de 1976. Segun pude averiguar, una noche de febrero de ese año, Angel Maria Tonna se encontraba en la estancia cuando alrededor de las 10 de la noche uno de sus trabajadores le fue a avisar que estaba viendo una potente luz en el cielo. Acompañado por su familia, se acerco hasta donde le habian indicado y vieron una fuerte luz de unos tres metros de diametro que descendia en forma pendular. Unos instantes despues ascendio de forma vertical introduciendose en otra de mayores dimensiones en forma de triangulo isosceles. Mientras se alejaba se produjo un apagon en la ciudad de Salto, a 10 kilometros de la estancia.

Tulio Tonna, recuerda el acontecimiento de esta manera:
“Lo que nosotros vimos fue a partir de febrero del 76. Aparecieron luces muy fuertes que nos producian quemaduras en los arboles, en los animales, en la gente. Eso fue lo que se vio. Y despues una luz muy, muy fuerte que de noche iluminaba todos los establecimientos a la redonda, y bueno, la gente lo podia ver. Los vecinos tambien, entonces era dificil tapar que eso sucediera ahi, porque todo el mundo lo estaba viendo”, conto.

Parte del terreno fue quemado y se encontro un perro muerto, un trozo de alambrado y hasta un motor electrico. Una investigacion llevaba a cabo por personal de la Fuerza Aerea Uruguaya dejo al descubierto la existencia de liebres muertas que no despedian olor a putrefaccion. Pero lo mas llamativo era la existencia de un ombu que esta a 50 metros del casco principal de la estancia, que quedo partido a la mitad produciendose un profundo hueco entre sus raices. Ese hueco llego a convertirse en una especie de trampa natural donde muchos pequeños animales aparecieron muertos y disecados.

“El famoso ombu del que todo el mundo habla en La Aurora donde un 4 de febrero del setenta y pico, de madrugada, como que el arbol exploto, desaparecio, quedo un gran hueco en el lugar donde estaba el arbol, y la cosa rara que pasaba ahi, es que empezaron a aparecer animalitos muertos alrededor de ese hueco y a la gente se nos ponian todos los pelitos de punta. Un medico de aqui de Salto empezo a detectar que habia radiaciones y unos japoneses que estaban trabajando en la represa de Salto Grande tambien llevaron un aparatito… Donde descubrieron radiaciones elevadas. Y bueno, eso fue lo que le paso al famoso ombu. Despues hubo que cerrar las puertas obviamente por peligro a la gente y algunas historietas que se armaban que no eran ciertas. Dicen, yo repito lo que he escuchado de tanta gente que sabe, que la radioactividad parece que se va desnaturalizando con los años, la mitad de la mitad de la mitad, bueno, aparentemente hoy hay nada, un riesgo muy chiquitito”, sostuvo Tonna.


Huellas encontradas en la Aurora


Una noche cuando acampaban miembros del Ejercito Uruguayo en La Aurora al ver un OVNI se inicio fuego contra el extrano aparato.
El aparato arrojo una luz que arrastro varios metros todo lo que tocaba
Este arbol resulto desenterrado de ese encuentro