TEOTIHUACAN, MEXICO

Carlos Alberto Iurchuk
La Plata – Argentina
carlosiurchuk@gmail.com

Aquel 21 de marzo de 2004 llegue a Teotihuacan a las 7 de la mañana, justo cuando el sol, que estaba saliendo en el horizonte, era saludado con decenas de cohetes y petardos. La importancia de aquel amanecer era que una vez mas se producia el equinoccio y con el comenzaba la primavera. Ya era significativa la cantidad de gente a esa hora, muchos de los cuales habian pasado la fria noche en el lugar. Por supuesto que tampoco faltaban los vendedores, fieles acompañantes de las multitudes, que ya habian desbordado la ruta de acceso con sus puestos.

Con el transcurrir de la mañana, la «ciudad de los dioses» se fue poblando con decenas de miles de personas, la mayoria de las cuales vestia ropa blanca, tal como se aconseja para la ocasion (consejo que el autor no siguio demasiado al pie de la letra). Una cinta roja y una piedra energetica eran los complementos ideales. Ademas habia decenas de hombres y mujeres, descendientes de aquellos pueblos precolombinos, que vestidos con sus trajes tradicionales ejecutaban diferentes ceremonias en las cuales prevalecia la danza.

Testigo mudo de este acontecimiento era la imponente piramide del Sol que con sus 225 metros de lado en la base casi iguala a la de la piramide de Keops en Egipto. Desde muy temprano miles de personas subian los 63 metros por la empinada escalera de su costado hasta llegar a la cima, donde originalmente debio haber un pequeño templo, posiblemente con dos aposentos, el cual esta actualmente destruido. En un momento la fila para subir llegaba hasta la cara opuesta y regresaba hasta perderse en la «calzada de los muertos», lo que hacia mas de 1 kilometro. A lo lejos, su «hermana menor», la piramide de la Luna, tambien era cubierta por una legion de humanos.

El punto culminante se produjo a las 12 del mediodia cuando todos los presentes elevaron ambos brazos con las palmas hacia el sol para recibir la energia de sus rayos. Durante el resto del dia siguieron las danzas, las ceremonias y la fila para subir a la piramide del Sol. Al atardecer mientras iniciaba el regreso todavia quedaba gente subiendo a la misma.

Por suerte todos volvimos cargado de energia, que nos fue muy util para soportar los 50 kilometros del caotico transito hasta la ciudad de Mexico


El autor de la nota sobre la piramide de la Luna. Al fondo se observa la piramide del Sol. Sobre el costado derecho la «calzada de los muertos».


La piramide del Sol con su cuspide poblada de personas.


Antes de comenzar a danzar se deben purificar.


Una de las tantas rondas con gente danzando que habia aquel dia.


A las 12 del mediodia todos los presenten elevan sus brazos para recibir la energia del Sol.