GRUPO DE SOLDADOS TIENE UN ENCUENTRO OVNI. CARLOS LETTIERI RELATA LO OCURRIDO.

Bariloche – Rio Negro (1978)[Nota de Carlos Alberto Iurchuk: El motivo de publicar el siguiente relato al poco tiempo de haberlo recibido es con la esperanza de que a traves de algun lector poder se pueda contactar con algunas de las otras personas que participaron del hecho. A quien pueda brindar alguna informacion, favor de contactarse conmigo (carlosiurchuk@gmail.com) o con Carlos Lettieri (juanperez19@ciudad.com.ar).

Los nombres de personas los he suprimido del relato hasta no contactarlas y tener una autorizacion de las mismas.]

From: «Juanperez»
Date: Tue, 27 Sep 2005 16:58:33 -0300

¡Hola nuevamente!

Desde ya, muy agradecido por su pronta respuesta.

Bueno, voy por partes:

Hechos

En el año 1978, Argentina, estaba al borde de un conflicto belico con Chile […]

Yo al igual que miles de soldados fuimos destacados y entrenados en menos de 8 meses para hacerle frente a la contingencia. Asi aprendimos a vivir, armados hasta los dientes y con una estoica convivencia en un medio hostil, que no perdonaba errores. En una de estas salidas (Quilcha, a menos de 300 metros de la linea de frontera), pasamos muchisimas noches de vigilia completa, donde la observacion era prioridad 1.


Parte del grupo de soldados que participaron de los hechos.

Debo, comentar que para los lugareños, chilenos o argentinos, el ver «luces» , es como para nosotros ver pasar autos, nada los conmueve en ese aspecto, sera que tienen una balanza muy simple y fria para medir los hechos y las cosas, sirve-No sirve, bueno-malo, agresivo-no agresivo, y nuestros visitantes, son cualquier cosa menos agresivos, diria que en todo caso, algunos son mas curiosos que otros, y se dan el lujo de mirarnos como nosotros los vemos a ellos: con alguna clase de asombro.

Vieras mis gestos, y alarmas al ver luces flotando en plena oscuridad, y los lugareños (chatos), responderme «he, ¿que tanto lio?, ¡eso es un plato, y siempre estan ahi!»

Pasado el primer avistaje, sobre el faldeo del Cerro Otto (mi compañia estaba debajo, CA-ING-MON-6 y Escuela de Instruccion Andina, kilometro 10, frente al Nahuel, y pegado al Centro Atomico Balseiro), donde algo flotaba, lento sobre la loma, cambiando luces rojas, amarillas, ya nada fue lo mismo, por el solo hecho de que nadie atino jamas a responder, superiores incluidos. ¿Que era eso? Aparte la exasperante lentitud el tiempo que parecia detenido, 8 o 10 minutos y parecio caerse para el otro sector de el cerro, donde solo se distinguio un destello, que se amalgamo con la noche extremadamente alunada, parecia de dia.

Despues, en una descubierta a campo raso, delimitando rutas, caimos en el cerro Leones, a 1.500 metros del aeropuerto, apelando al cuadrante de tu reloj de agujas seria: Aeropuerto a las 12, estacion viejisima de trenes y Vivac nuestro a las: 17. Un lugar de ensueño, donde buscando el sustento mas de una vez escaso, pude ver hermosos ciervos rojos, de varias puntas abrevando en el curso de agua.

Frente nuestro un pequeño cañon, con una caida importante, haciendo las veces de garganta con caracteristicas de embudo en una de sus puntas, largo aproximado: 1.500, ancho 500, siempre aproximados.

En noches de luna llena este paraje se mantenia a OSCURAS, dada, su conformacion y profundidad. Yo junto a mi fusil, haciendo frente a una noche mas de guardia, cuando de pronto el cañon, se ilumina con luz viva color amarilla. ¿Hora? 02.

Despierto a mi compañero de carpa y le comento, que habia visto una luz de puta madre, pero que ahora se habia apagado (recuerdote que eran los prolegomenos de una guerra inminente).

XXX, que asi se llama mi compañero y chofer, me dice que le afloje al vino, y me deje de joder. Yo insisto y le digo: Negro boludo, si llegan a ser chilenos, ¿quien le va a avisar a la patrulla? Acompañame o voy solo. Dentro mio habia muchas dudas con respecto a que seria eso, pero no podia darme el lujo de romper el descanso merecido de mis camaradas, por algo de lo que no tenia certeza , por mi angulo de vision.

XXX se levanto, y a regañadientes me acompaño, casi hasta lo que era un borde. Estabamos en plena discusion a medias voces, pues de la luz ni señas, cuando nuevamente se ilumino todo. Nosotros especulabamos con que fuera un camion o vehiculo convencional, pero nuestro conocimiento de la zona nos gritaba que era imposible.

Estos destellos duraban, segundos, como si fueran guiñadas, pero la luz era increible. En medio de eso decidimos llamar a nuestro superior directo, el cabo enfermero YYY, quien por algun motivo equis, no renego y se levanto como los bomberos. Cuando el llega estaba solo la luna sobre el aeropuerto y casi haciendole sombra a la pre-Cordillera de los Andes, nosotros frente a la luz lunar, y el cañon en oscuras, cuando le decimos que vimos luces abajo, y no pasaba nada y nada, y de pronto pegado a la ladera del cerro de enfrente (como un iman de heladera), vemos la luz y de lo que procedia: esto era un plato grisado de aproximadamente tres autos grandes juntos (unos 10 metros de largo). Sin ningun sonido habia trepado desde la base a casi nuestra altura, ni zumbidos, olores ni dada, solo el silencio.

Cuando vario su posicion lo pudimos ver unos segundos de perfil, y era alto como una casa (3 metros), su centro no se movia, y daba la impresion de tener como escotillas de avion, que cambiaban de color. Estos colores para la epoca no eran convencionales, en cuanto a su luminosidad, parecia luz de led, es decir como algodonosa, y pasaba del amarillo, al rojo, al verde o violaceo, de segundos veloz, y fugaz, para luego extinguirse velozmente.

Luego de apagarse, aparecia en otro sector de la misma loma, como si jugara, con nuestra busqueda. A estas alturas el cabo YYY llama al jefe de patrulla, a la patrulla completa, y entre todos deciden llamar a el jefe de base, el Teniente Primero ZZZ, mas todos los soldados viejos como yo, que FAL en mano acudieron frente a la novedad.

Al llegar nuestro maximo jefe, nos pregunta ¿que pasa?, y mas vale que sea cierto, o terrible baile.

Todos señalamos la oscuridad, y sucedio, se encendio, y para nuestra sorpresa, se movio iluminado, con un vuelo quebrado, anormal, como en zigzag, y se puso arriba nuestro como a 300. Era realmente veloz como nunca habiamos visto nada. Cuando se situo frente a nuestras cabezas, el Teniente Primero ZZZ bramo ¡carguen carajo!, y esto se movio como verticalmente y fue un punto.

Lo malo de todo esto es que no puedo recordar ni yo ni mis camaradas de esa noche, ¿que fue lo que hicimos despues? Dormimos, bailamos, ¿que fue? Uno inclusive (lo veo casi siempre, vive en Tigre), no recuerda el hecho, recuerda pedazos, como entre nubes.

Algo paso esa noche, y todavia no consigo recordar que fue. […]

Mi nombre, es Carlos Lettieri.

Reviste como soldado regular en la Compañia de Ingenieros de Montaña 6, Hoy Regimiento Juan Domingo Peron. Ahi me desempeñe como Enfermero, Apuntador y Lanzador de Instalza. Como tal participe de los aprestos y salidas de supervivencia y «Vivac», por la posible contienda por el Canal de Beagle, con Chile.

Esto acontecio en el año 1978 – pleno Mundial de Futbol argentino, y duro casi 2 años hasta la mediacion de el Papa Wojtilla.

Nuestra Clase era la 1959, y se amalgamo con la entrante 1960.

Los hechos relatados de avistamiento de Ovnis, suceden en el paraje Cerro Leones, y antigua Estacion Ferroviaria de Ferrocarriles Argentinos.

En ese punto, convivimos con soldados de la clase 1960 alrededor de 50 dias, con sus noches.

Cabe destacar, que los que teniamos conocimiento de los avistamientos, eramos la tropa instruida, que dicho sea de paso eramos los que mas autonomia teniamos.