ANECDOTAS DE INVESTIGACION

Seguramente todos nuestros colegas tendran muchas cosas para contar de cada investigacion. Y no precisamente sobre la investigacion en si, sino todas esas perlitas que cuando hacemos nuestros informes para presentar y publicar, nos guardamos porque consideramos que no forman parte del hecho investigativo.
Lo cierto es que, a pesar de que tratamos de ser coherentes en lo que vamos a estudiar, una vez que nos adentramos en la investigacion, somos parte de lo que vaya ocurriendo. Como cuando los fisicos dicen que el investigador forma parte del experimento en marcha.
Y nosotros no somos la excepcion.
En 1989 estabamos trabajando con un grupo de Contactos Telepaticos, encargado nuestro trabajo de investigacion por el Profesor Fabio Zerpa.
Era un grupo de cinco personas, con habilidades paranormales por encima de la media, a quienes yo misma conducia a estados modificados de consciencia y Eduardo Grosso, mi marido, sin entrar en la experiencia, oficiaba de testigo y llevaba las anotaciones de lo que se obtenia en las sesiones.
En una de esas experiencias, todos recibieron un “mensaje” que los invitaba a dirigirse al “Triangulo de Fuerza” que se encontraba entre el antiguo ATC, canal 7 de Television, y la Facultad de Derecho. Era una muy fria noche la del 8 de agosto, pero alli fuimos. Gran sorpresa nos llevamos, pues el lugar estaba atestado de gente de varios grupos de contactos que habian recibido el mismo mensaje. Habria unas cien personas de los grupos de Pedro Romaniuk, del grupo Alfa y otros.
Una vez que se hizo la hora estipulada en los mensajes, todos se pusieron en ronda (grande por cierto), y trataron de tomar contacto con los extraterrestres, guias, Hermanos Mayores o como cada grupo quisiera llamarlos.
En un momento muy breve despues de que todos hicieran silencio, unas luces blancas aparecieron desde el norte bajando y casi de inmediato se pudieron ver luces rojas y se escucho un sonido fuerte.
Todos comenzaron muy excitados a invocar y agradecer a los Hermanos que habian acudido a la cita.
Eduardo, conocedor de la forma de los aviones y sonido de las turbinas, dijo en voz alta que era un avion 737 de Aerolineas Argentinas que venia bajando hacia el Aeroparque. Aseguro que casi me quedo viuda. Ninguno de ellos quiso entender que era un avion, y se le vinieron a Eduardo encima como para matarlo. Pero era un avion, bajando en Aeroparque a las 23 hs.
Luego del revuelo y como nada mas pasaba, se fueron practicamente todos; pero por las dudas nos quedamos, para eso estabamos investigando, para saber si los contactos podian ser reales. No dejabamos de lado, que mas de cien personas habian recibido el mismo mensaje de estar alli esa noche. Pues, a las 3 hs. de la madrugada, una luz amarilla surgio detras del edificio de la Facultad, muy intensa, estuvo detenida por unos segundos y luego sin mas, desaparecio. En realidad, fue un espectaculo inesperado.
En ese año, 1989, habiamos investigado en enero el caso “Club Viajantes” en Pergamino, un caso de entidades que fueron vistas por cuatro chicos, en la calle lindera a la parte posterior del Club, con avistamiento del OVNI por parte del sereno de un predio con maquinas agricolas a escasos cien metros del club, y teniendo como testigo de las luces que emitia el OVNI dentro del Restaurante de la Institucion, a la conserje, Sra. Leal. En este caso, los testigos de las entidades fueron a buscar a la Policia, que llego al lugar para revisar.
Nos enteramos tambien un mes despues, que muy cercano a este lugar situado en la ruta 188, el INTA (Instituto Nacional de Tecnologia Agropecuaria), habia tenido la “visita” de una luz muy potente bajando en su predio, a la que el cuidador nocturno, le habia descerrajado todo el cargador de su arma, aparentemente, sin dañarla.
El INTA se encuentra en la Ruta 32, que une la populosa Ciudad Pergamino con la Ciudad de Salto.
Volvimos al lugar en las Pascuas, por lo que estuvimos alli el Sabado Santo y el Domingo de Pascuas de 1989.
Decidimos salir a investigar el sabado a las 12 de la noche; saliendo de Pergamino por la ruta 8 y tomando a la derecha por la ruta 32, nos dirigimos hacia el INTA.
Llegando a los amplios campos del INTA, vi unos rulos de niebla que empezaban a formarse delante de nuestro coche. Asi se lo dije a Eduardo, que me contesto:” Si, ya estamos en el INTA.”
La niebla se hacia mas espesa a medida que avanzabamos; pero lo extraordinario es que se cortaba a la izquierda del coche. Se podia ver del otro lado de la ruta todo perfectamente, tanto los galpones, los alambrados, tendidos electricos y las luces. Pero sobre la derecha, en el INTA, todo era una muy espesa niebla, como un telon blanquecino.
Seguimos hacia adelante, y muy cerca de la entrada se apagaron las luces del auto, se paro el motor y se quedo sin contacto.
Con Eduardo nos miramos y los dos dijimos:”…A Mexico…”, recordando el Caso Vidal.
Alli estabamos esperando que pasara lo que debiera pasar. Unos momentos despues, dos luces aparecieron por una curva, a unos trescientos metros de nuestra posicion. En ese momento volvieron a encenderse las luces de nuestro auto, y Eduardo giro la llave y el motor reacciono. Era un auto que venia de frente, y paso por la otra mano de la ruta, sin inconveniente.
De inmediato, dimos la vuelta y nos instalamos estacionando el auto unos quinientos metros antes de la entrada del INTA, lugar donde nos quedamos sin motor ni luces. Alli estuvimos durante algo mas de una hora; la niebla no se disipo, pero nunca alcanzo ese lado de la ruta en la que estabamos esperando a que algo pasara o algo pudieramos ver. No sucedio nada mas y volvimos a Pergamino.
Al dia siguiente, por la mañana, tomamos nuevamente la ruta 32 para ir hasta la ciudad de Arroyo Dulce, lugar de nacimiento y niñez de un abducido, que, por otra de esas “casualidades” habiamos conocido cuando investigamos el caso “Club Viajantes”. En el mismo lugar donde la noche anterior, nuestro auto se habia quedado sin energia con lo que conocemos como efecto EM, el parabrisas delantero se hizo trizas. Seguia el efecto electromagnetico en el lugar. Nuestro gran problema: que era domingo, de Pascuas, no podiamos encontrar ningun lugar abierto para reponer el parabrisas del Renault y debiamos volver a San Fernando, y era el coche de mi suegro.
Una investigacion que termino siendo mas costosa que otras, pero muy divertida.
Ahh!!, por las dudas, no tuvimos tiempo perdido, asi que no fuimos abducidos.
Hay mas anecdotas para este Blog.

Liliana Flotta


La autora frente a los predios del INTA de Pergamino