ALBERTO MEYER OBSERVA DOS SERES. INFORME DE OSCAR RAUL MENDOZA

Viale – Entre Rios (Octubre de 1986)Oscar Raul Mendoza
Santa Fe – Argentina
oscarmendoza@gigared.com

Alberto Meyer, es un joven campesino, de unos 30 años de edad, de muy buena estatura y complexion fisica. Posee estudios primarios completos y parte de secundarios. Vive con su familia en un campo de su propiedad a escasos 8 kilometros de la ciudad de Viale, hacia la localidad de Segui. Se desempeña con destreza en todas las tareas que requiere la atencion del campo: cuidados de animales, de sembrados y de todas las instalaciones en el enclavadas.


Antigua entrada a la localidad de Viale (Entre Rios) desde la ruta Nº 18.

Dos dias antes al «E.D.3/N» (Encuentro diurno de 3ra. fase No asociado) le ocurre un extraño suceso, el que podria estar vinculado con la actividad Ovni que por esa fecha se estaba dando en la zona. Meyer, se encontraba en esa oportunidad trozando leños con una motosierra en otro campo que posee, cercano al de donde tiene su vivienda. Repentinamente se le detiene el motor de la sierra sin causa aparente alguna. Al mismo tiempo percibe un vibrante sonido por sobre su cabeza, que hace temblar el suelo, la maquina y todo su cuerpo por unos segundos. Confundido, mira hacia arriba en busca del origen, pero nada pudo ver, como tampoco ya escuchar. Luego revisa la maquina, encontrando todo aparentemente normal. Activa su mecanismo de arranque y esta funciona perfectamente bien. No muy convencido, relaciona el hecho con algun avion o helicoptero que paso a muy baja altura. Sin preocuparse demasiado por lo ocurrido, prosigue normalmente con su tarea.


Oscar Mendoza, Santiago Peil y Alberto Meyer.

Dos dias despues y a unos 100 metros de alli, se encontraba cargando su carro con leña, que habia cortado meses atras en ese lugar. Le faltaba casi la mitad para completar la «carrada» que le encargaran de una panaderia de Viale, cuando repentinamente percibe una extraña sensacion. Deja por un instante la faena e instintivamente mira a su alrededor. No veia nada nuevo para el en ese lugar pero, al mirar detenidamente hacia unas maciegas que se movian y pensando que en cualquier instante apareceria algun animal, sorpresivamente surgen dos personas.

En primer momento penso que sin dudas serian cazadores. Pero se preguntaba, ¿como pudieron cruzar el arroyo si por ese lado no hay ningun puente, tronco o piedra para hacerlo?


Lugar en donde estaban los seres.

Con la idea de averiguarlo, los saludo levantando el brazo en forma amigable. Pero‚ estos no le contestaron, solo se detuvieron a unos 30 metros de el, mirandolo inmutables. Penso que tal vez por el viento no lo habian escuchado y decidio acercase.

A medida que lo hacia, observaba con mejor detalles la forma en que estaban vestidos. Su primera impresion fue que estaban disfrazados y que tal vez eran escapados de la justicia o quizas, subversivos.

Pero, a escasos ocho metros de ellos, sorpresivamente se le paralizan las piernas, su cuerpo no le obedece y siente como si su voluntad se alejara de el. No obstante su estado, no pierde el equilibrio ni sus sentidos.

Desde su inmovilidad y extrañamente tranquilo, puede seguir observandoles otros detalles. Ambos tenian un ropaje muy ajustado al cuerpo, como un enterizo de material plastico «color piel» pero mas brillantes que sus rostros. Lo que mas le llamo la atencion, fue el enorme tamaño de sus cabezas, como el doble de la suya, totalmente calvas y con grandes orejas en puntas hacia arriba. Los rostros parecian casi normales, aunque sus narices eran algo anchas en sus nacimientos y sus bocas casi no se distinguian.

Se da cuenta que el que estaba mas atras, era «mujer», por las formas evidentes de su cuerpo. Los dos tenian casi la misma altura, alrededor del metro cincuenta. Tenian los brazos colgantes y quietos a cada lado del cuerpo. A las manos se las veia en partes y parecian normales, pero desde la mitad de la parte superior de las piernas hacia abajo, no podia distinguir nada porque se lo impedia la vegetacion.


Ilustracion de los seres observados por Alberto Meyer. Dibujo de Oscar Mendoza, segun descripcion del testigo

De imprevisto, «ella» esboza una especie de sonrisa y ambos se retiran rapidamente de una forma totalmente insolita. Parecian que se desplazaban sobre «patines» sorteando agilmente los obstaculos del terreno, para perderse finalmente tras la tupida vegetacion del monte cercano. En ese instante Meyer se recobra de la inmovilidad, huyendo rapidamente del lugar, presa de un miedo incontenible.

En las pericias efectuadas en el lugar de los hechos, encontramos esta extraña pisada precisamente en donde estuvieron parados los seres.


Presunta pisada de los seres halladas en el lugar que habian estado.

Los conceptos que recogimos de muchas personas que conocian desde hacia años al «Muñeco Meyer» (como le llaman sus conocidos) coincidian en señalar que es un muchacho serio, honesto y trabajador e incapaz de fabular un hecho tan semejante.

Hasta aqui, el caso Meyer.