ENCUENTRO CERCANO DE UN TRABAJADOR DE YPF. ARTICULO DE LA REVISTA 2001 ENVIADO POR RUBEN MANSILLA
Lujan de Cuyo – Mendoza (30 de junio de 1968)Fuente: Revista «2001» Nº 3
Fecha: 1 de noviembre de 1968
Material enviado por: Ruben I. Mansilla
Mar de Ajo – Argentina
makiran@infovia.com.ar
Transcripcion: Carlos Alberto Iurchuk
carlosiurchuk@gmail.com
Habia que reconstruir pieza por pieza. Volver a vivir aquel dia en que un tecnico de Yacimientos Petroliferos Fiscales habia tenido una vision similar a la de Villegas – Peccinetti. ¿Fue realmente igual? ¿Como sucedio? ¿Por que Nuñez se nego a revelarlo, y lo hizo despues que V-P fue dado a publicidad?
Hicimos lo posible por encontrar una respuesta. Y quisimos ver a Nuñez, preguntarle, pedirle que narrara con lujos de detalles lo que acontecio esa noche del 29 de junio, cuando bajaba las escalerillas del tanque 98, con muestras de fuel oil. Pero no lo encontramos. Quisimos dar con el, recorrimos Lujan de Cuyo. Inutil, no estaba. A lo sumo, su suegro, el señor Porreta, dueño de un quiosco en esa localidad, fue parco al dar explicacion: «Estuvo encerrado una hora con un directivo, y le dijeron que si hablaba lo despedian». ¿Es verdad? Lo cierto es que en la casa de Nuñez – en la calle Taboada, de Lujan – una señora morocha, bajita – suponemos su esposa – se nego a dar el paradero. A lo sumo indico vagamente una Clinica (resulto el Policlinico de YPF), pero ese dia, sabado a la mañana, no funcionaba.
Luego llegaron versiones hasta 2001 de que estaba «escondido», segun vecinos, en la casa del suegro. Alli, una señora que se identifico como su suegra no supo dar explicacion. Documentamos fotograficamente los lugares, extrajimos lo que pudimos de Porreta, y nos volvimos a Mendoza. Cercanas, las instalaciones de la destileria de Yacimientos Petroliferos Fiscales eran ajenas al episodio. Todo seguia siendo alli como de costumbre. Pero en nosotros flotaba una duda: Nuñez… ¿donde esta?
La unica version
Visitamos las destilerias. Es decir, miramos por fuera y observamos con detenimiento el lugar. Estaba extremadamente vigilado. «Primero tiran y luego preguntan», confeso un vecino a 2001. Asi parece ser. No es para menos. El petroleo surge a una temperatura tal que, cerrando un solo tubo o paso del mismo, puede volar la destileria y Lujan de Cuyo inclusive. Para visitar la misma es necesario manejarse con una serie de tarjetas perforadas que controlan el momento y ubicacion del visitante desde que entra hasta que sale. En las inmediaciones no se puede acampar, hacer fuego o realizar excursiones. Este tipo de actividades esta absolutamente prohibido. Y, fundamentalmente, ningun avion o aeronave puede sobrevolar el lugar.
Paulino Nuñez, cuarto año nacional, encargado de recoger las muestras para el analisis quimico de los tanques, casado, con tres años de antigüedad en el puesto y asombrosa puntualidad, trabaja alli.
Esos fueron los datos que recogimos. Pero habia que dar con alguien a quien Nuñez le hubiese contado lo que sucedio esa noche. ¿Quien? En Mendoza, muchos eran amigos del tecnico de YPF. Y muchos, tambien, los que se negaban a hablar. ¿Por que? ¿Acaso, relatando lo sucedido, el protagonista se iba a ver perjudicado?
Obtuvimos respuestas vagas y evasivas. La version integral del hecho siempre fue eludida por quienes entrevistamos. Hasta que dimos con Victorio Corradi – estudiante universitario, miembro del Centro de Investigaciones Espaciales de esta ciudad.
«Me entere de que Nuñez estaba dispuesto a contarlo todo, luego de lo sucedido a Peccinetti y Villegas – confiesa Corradi – por medio de un amigo comun. Se hallaba convaleciente en el hospital a causa de una delicadisima operacion a los riñones. Entonces, fui hasta alli y lo entreviste».
Lo que sigue, es la version detallada y minuciosa de lo que Corradi logro en esa entrevista. Es la unica completa que logramos detectar en Mendoza. Y la seriedad de Corradi avala esta afirmacion.
Voces al amanecer
«Yo me hice cargo del puesto esa noche. Antes pasamos por revisacion medica por la indole del trabajo, dado que llevamos muestras al laboratorio. A las 22 horas del 29 de junio comence el recorrido habitual. A las 23 horas tome la camioneta y me dirigi al parque de tanques de la planta de almacenaje. El trabajo de rutina comienza a esta hora. Llegue al tanque 98, que tiene unos 45 metros de alto y contiene Fuel-Oil. Me quede hasta las 0:30 realizando la tarea. Si. Este no era el unico tanque a mi cargo; hay mas.
Subi por una escalera que tiene un solo descanso. La misma rodea al tanque. Al terminar de recoger muestras, veo desde arriba que hay personas abajo, que se mueven. No me llamo la atencion, pues a veces pasan muchos obreros dirigiendose a sus lugares de trabajo. Es mas, a esa hora entran los soldadores. No le di importancia.
Como de costumbre, descendi de espalda (es decir mirando hacia el tanque), hasta que llegue al descanso y me doy vuelta.
Fue alli, en el descanso, que al mirar comprendi que algo anormal estaba ocurriendo. Me encontraba a unos 4 metros del suelo. Efectivamente, alcance a divisar dos personas abajo. Escuche una voz, a la vez que comence a sentirme incomodo del estomago para abajo. Tenia un timbre latoso, como si alguien me hablara a traves de una ‘lechera’. Es castellano, escuche lo siguiente: ¿LOS CONOCE? ¿LOS CONOCE?
Quise moverme y no pude. Estaba paralizado. Solo tenia libres los ojos y la mente. Es decir, conserve perfectamente mi lucidez.
Vi una luz, que partia de un aparato luminoso, pero mi atencion se centro en quienes me hablaban. Estaba tranquilo, no tenia miedo (señala aqui que estaba apoyado en el descanso y tenia las muestras en la mano). Eran bajos, con la cabeza un poco mas grande que las nuestras. Su vestimenta era como la de los ‘acuanautas’ y les cubria hasta la cabeza. Tenian una pantalla en la mano, que les tapaba el torax, pero pude ver bien el resto del cuerpo. Esta pantalla era circular, como hueca, y tenia algo al lado, como si fuera un aparato o cables.
Seguia escuchando la vos ¿LOS CONOCE? Y alli, en ese ‘televisor’ – con figuras en relieve – vi algo. Ellos me señalaban el interior con una mano. Si. Algo habia alli.
Primero alcance a ver una escena tipica de cualquier ciudad, pero sin edificios, iban hombres y mujeres por la calle. En ese momento, la voz me dijo: MUCHOS DE ELLOS ERAN COMO USTEDES, MUCHOS MAS SERAN COMO ELLOS, MUCHA GENTE EN EL MUNDO VERA (o dira) LO MISMO QUE USTEDES, DE ESTO VOLVEREMOS A HABLAR…
Al fondo de la calle habia una neblina que hacia resaltar los vestidos de las personas – note que no habia ni arboles, ni pajaros, ni animales, ni niños – los hombres, eso si, estaban todos vestidos igual, de un azul oscuro, fuerte, llamativo. Las mujeres lucian colores distintos. Lo pude ver bien. Es mas, los hombres vestian pantalon y saco (sin corbata) y estaban peinados todos iguales. Eso es todo. Me desperte en los brazos de Gonzalez».
Hasta aqui lo relatado por Nuñez a Corradi. Pero fuimos mas lejos.
Y pudimos saber otras cosas. Una de ellas, por ejemplo, es que Nuñez bajo del tanque, tomo la camioneta, llevo las muestras correctamente al laboratorio (esto no lo recuerda) hasta que se encontro con Gonzalez. Alli, desperto. Luego, comento lo sucedido con su amigo. Convinieron en guardar el secreto. El caso V-P lo llamo a la reflexion. Lamentablemente, 2001 no encontro a Nuñez. Por eso, aun queda en nosotros la pregunta sin respuesta: ¿DONDE ESTA?