EL FUEGO DEL DRAGON
BOLETIN MENSUAL DE OVNILOGIA
Nº 110 – Octubre de 2007
Editado por Carlos Alberto Iurchuk
La Plata – Argentina
"El Dragón Invisible"
Se permite la reproducción parcial o total, por cualquier medio, de los artículos presentados en este boletín. Si así se hiciere, se agradecerá la notificación al autor del artículo y al editor del boletín.
Mensajes y mensajeros
Martha Rosenthal
Caracas – Venezuela
El hombre actual está lleno de miedos, especialmente a lo que no puede ver, entender o que le genere inquietud, pero cuyos efectos sí son perceptibles.
Cree sólo en lo visible, en el producto de la vida material, el mundo de las formas, dónde únicamente acepta como real lo tangible. Sin embargo, muchos textos que nos hablan sobre esa realidad se basan en aspectos filosóficos, por lo tanto inmateriales. Ello le lleva a rechazar lo que temen saber. Mis años de experiencia en el mundo de la paranormalidad, me han demostrado que, aun aquello que no vemos ni tocamos, es real.
Uno de los aspectos que mayor interés ha creado, tanto en el publico en general como en el mundo de la experimentación, es la del contacto con seres incorpóreos cuyos mensajes son atraídos al espacio de la forma por quienes conocemos en algunos países como "canales" o "antenas". En otros tiempos el desprestigio abanderaba los criterios sobre quienes así se definían. Hoy son perseguidos tanto por la prensa, como por estudiosos ávidos de saber algo que va más allá de lo evidente.
Cuando una persona canaliza, suele ser objeto de todo tipo de apelativos. Lo primero que se le sugiere, es asistir a consulta con algún especialista en estudios de la mente – lo que por cierto es muy sabio. Sin embargo el propósito, es descalificarle para que se acepte como insano mental. Desde luego, la primera reacción es el temor.
En muchos casos, a esas personas capaces de obtener información desde el más allá, o bien se les tildó de esquizofrénicos, u otras patologías semejantes. En otros, se les confundió con médiums. Sin embargo, aunque sin duda no todo quien dice escuchar voces es un enfermo, tampoco todos son canales. Por ello he alentado el análisis concienzudo de estos casos, sencillamente porque he asistido a la evaluación psiquiátrica y psicológica de no pocas personas. De estos, un importante porcentaje demostraron estar tan sanos como cualquier lector interesado en este tema, mientras un pequeño grupo fue sometido a adicionales rondas de pruebas, resultando necesario atención médica calificada.
Día por día crecen los especialistas en estudios de la mente. De igual forma se desarrolla exponencialmente el elenco de los interesados en la paranormalidad, pues ahora las experiencias anómalas son vistas por los medios de comunicación, como un elemento de fascinación y encanto para el gran público. Por los científicos contemporáneos de mente amplia, con prudencia. Por los más cerrados, negándolas abruptamente tal como lo fueron en épocas remotas, hoy superadas.
Ahora son los tiempos de estudiar la Función Psi.
Comencemos por determinar que el mundo quántico donde todo es posible, sus partículas forman parte tanto del mundo material como del inmaterial. Y es precisamente desde allí de donde procede la información que los canales atraen a nuestro espacio. Muchos de estos contenidos ya están siendo estudiados y evaluados por la ciencia contemporánea. Claramente lo dice el físico Schabath van Nes Ziegler en su Teoría del Universo Multidimensional, al explicar que "cuando lo físico y lo psíquico se mezclan en un continuo, se requiere un proceso de evolución sincronizada de ambos campos del ser humano, porque no es posible (sin grandes peligros) vivir determinadas experiencias físicas en lo que hasta ahora creíamos mundo psíquico sin su correspondiente preparación psíquica".
Esa preparación psíquica se basa en la telepatía, capacidad paranormal que se conoce desde tiempos remotos y se dice está establecida en el hemisferio cerebral derecho, ejercitándolo es como se consolida un canal.
Este es un telépata altamente capacitado para trasladar información de un nivel superior a uno inferior, trayendo respuestas que de otra forma no podríamos obtener. Para ello, voluntariamente cede su físico a un ser incorpóreo quien se expresara a través de él. Esos seres sin cuerpo en cambio tienen alta conciencia, poseedores de conocimientos y sabiduría aun desconocidos en nuestro ámbito, usan al canal como intermediador entre su espacio tiempo y el nuestro.
Aceptar que hay una conexión directa y posible entre lo que conocemos como más allá y nuestro mundo físico, implica romper paradigmas, establecer nuevos modelos de creencias, desaprender para volver a aprender. Y no es sencillo. Nos impacta la enseñanza escolar tradicional, el ámbito familiar, el religioso y el social, que desconocen lo que no ven. Y únicamente desde la fe aceptan a un ser superior. Pero aquí no les hablo de fe.
Fe, es creer ciegamente en lo que no vemos. Aquí les hablo de una realidad experimental, que no sólo conozco ampliamente, sino centenares de otras personas en el orbe quienes de una u otra forma, participan activamente en ello. Amén de otras que se dedican a investigar.
¿Cómo nos llega la información? Procede de realidades sutiles y alcanza al humano partícula a partícula, a una velocidad mayor a las conocidas. Es energía transformada en conocimiento, semejante a los códigos de una computadora, la cual sólo entienden los expertos, quienes previamente entrenados, saben decodificar el mensaje. Recordemos al Dr. J. Hynek quien hablaba de "uno o más espacio-tiempos o realidades alternas que albergarían mundos como el nuestro, o tal vez superiores". A su fallecimiento en 1986, ya había elaborado interesantes investigaciones a este respecto. Ahora, veintiún años más tarde, sus palabras adquieren mayor peso.
La canalización se induce al aprender a alterar voluntariamente la conciencia y elevar la frecuencia vibratoria, de esa forma se accede a un espacio cerebral el cual se amplia lo suficiente como para recibir los impulsos eléctricos que se convertirán en palabras, formas, imágenes, notas musicales. En otros casos, se logra con movimientos monótonos, danzas, toques de instrumentos de percusión o cantos repetitivos que se pueden acompañar de mudras o drogas. Un verdadero canal, no requiere de estas para alterar su conciencia.
En tiempos ahora lejanos, se hablaba de comunicarse con deidades y ángeles, eran los oráculos y profetas de entonces quienes lo hacían, luego los shamanes de culturas diversas; hoy en día muchas personas lo logran. Unos en forma espontánea pero sin metodología ninguna, otros usando sus potencialidades y aprendiendo técnicas de mejoramiento para lograr una comunicación superior. Adicionalmente, un buen número de personas que, en búsqueda de protagonismo, dicen contactar con seres etéreos, emitiendo un mensaje que deja mucho que desear, pues gran parte de ello es tan solo una expresión de su mente concreta. Créase o no, desde 1861 a 1863 Abraham Lincoln había reportado ser guiado por un ser no físico a través de Nettie Colburn. Esto ocurría en la presencia de muchos testigos.
Atraer la información, puede hacerse de manera oral, repitiendo el mensaje que llega a la mente, dibujando en forma automática y veloz, trasladando a un pentagrama las notas musicales o a un lienzo pinturas y formas. Y naturalmente, la escritura automática. Sobre este tema, continuaré escribiendo en otra oportunidad.
Los escépticos pueden llegar a ser creyentes del tema paranormal y OVNIs y viceversa
Miguel Jordán
Santiago – Chile
Hola amigos interesados en el tema paranormal y OVNI:
Quisiera hacer un breve comentario en relación a mi experiencia con personas escépticas de estos temas especialmente con aquellos que se dedican a criticar de buena o no buena manera este tipo de experiencias narradas por algunos supuestos testigos así como las investigaciones que hacemos los interesados.
Respecto a los escépticos a quienes respeto mucho en especial si son sinceros y bien intencionados con sus críticas y si es que tienen un deseo íntimo natural y bien científico de poder aclarar casos inusuales, quisiera comentar que yo lamento la postura extrema de algunos de estos escépticos, especialmente la de aquellos que creen que no hay nada de nada de lo paranormal y que todo es falso o un error de interpretación o un problema psicológico o neurológico o lo que sea. Esa postura extrema es similar a la de los creyentes de lo que sea sin tener mucha idea de cuáles son los fundamentos de esa creencia. Obviamente muchas creencias son enseñadas a través del colegio, la familia, los grupos religiosos, etc., pero otra cosa es tener una intuición natural de que algo de eso puede llegar a ser cierto y por ello tener el mínimo de respeto por personas que sin necesidad de buscar lucro o importancia, mencionan a veces (no siempre) experiencias inusuales cuando se dan contextos en los cuales este tema surge dentro de una conversación en una reunión. Tampoco hay que abusar del tema paranormal por supuesto.
Creo que esa actitud escéptica extrema no ayuda mucho a generar un mejor ambiente investigativo (en todos los sentidos) porque en el fondo esos escépticos se comportan ante estos temas como si ellos tuviesen toda la razón y los demás fuesen unos simples tontos o desconocedores o novatos. Algo similar pero más entendible es lo que ocurre en el lado opuesto en donde algunos testigos de fenómenos inusuales están muy claros y seguros de que lo que vieron lo vieron y que sí corresponde a algo que en el mundo se ha tratado de comentar o informar como inexistente o imposible. En esto incluyo a los perceptores de aparatos fabricados en tierra (manufacturados por algún país o industria) pero del que ellos no tienen conocimiento como testigos. Aquí estos testigos mencionan con seguridad que vieron algo anómalo pero eso anómalo es un primer nivel de anomalía.
Para los que nos creemos un poco más conocedores del tema, sabemos que existen varios niveles de anomalía y existen por ejemplo objetos voladores que se comportan de una manera casi imposible de ser replicado por otros aparatos creados por la tecnología actual (digamos por la tecnología que se conoce desde hace 20 años a la fecha pues muchos inventos no se hacen públicos sino a las dos décadas posteriores). Por ello es algo muy distinto el relato de una persona que dice haber visto un objeto raro de aquel que dice haber visto no sólo un objeto raro sino un comportamiento extraño o imposible de replicar o que rompe supuestamente ciertas reglas de la física actual aceptadas por las ciencias estudiosas pertinentes.
Ahora bien, quiero hacer un paréntesis para mencionar que he leído muy pocos artículos de escépticos en donde estos abiertamente planteen que algunas personas pueden ser sujetas de experimentos científicos-militares prohibidos. Eso es lo que más me da pena de muchos de los artículos de varios escépticos pues creen sabérselas todas en el tema de lo paranormal y lo OVNI cuando en realidad uno ve que dejan de considerar varias posturas que defienden a los testigos de estos fenómenos, sea cual sea la explicación. Con eso uno no sabe si pensar si estos escépticos tienen idea real del tema OVNI y lo paranormal o simplemente opinan porque no tienen nada más que hacer en sus rutinas diarias o porque necesitan encontrar un espacio para el ego propio o para mostrar que sus posturas son las únicas verdaderas, etc. Creo que existen muchas más variantes explicativas para el comportamiento de estos escépticos pero uno ve que entre escépticos los hay de varios niveles y por lo visto entre ellos no se comunican, y eso es lamentable porque de pronto se puede aprender bastante de un escéptico que lleve más tiempo en el mundo de lo paranormal investigando más que hablando, y que en especial hayan colaborado con investigadores creyentes para analizar los casos de la manera más amplia y correcta posible.
Por ello advierto un posible mutismo ante explicaciones muy racionales como el que algunos testigos sean víctimas de experimentos en donde ellos son simplemente conejillos de indias inconscientes. Eso me hace pensar muchas cosas pero creo que en realidad ese mutismo puede deberse al hecho de que algunos de ellos no quieren tener problemas con el mundo científico o con algunos de sus representantes, los cuales más allá de la ética no encontrarían ningún problema el que se hagan estos experimentos si es que con ello la ciencia avanza, o sea, ciencia (inhumana) por sobre los derechos de los seres humanos. Obviamente esto que planteo es muy grueso y necesita explicarse con más detalles así que sólo lo dejo planteado. Pero creo que en parte muchos escépticos están al tanto de la posibilidad de este tipo de experimentos pues al menos son muy críticos hacia aquellas personas que plantean la existencia de conspiraciones y conspiradores, cosa que doy por hecho que sí existe y ha existido en toda la historia. Es cosa que revisar la historia y ver que los historiadores han concluido que eso ha sido parte de la vida humana por mucho tiempo. La pregunta es, ¿por qué eso no habría de seguir ocurriendo actualmente?
Por otro lado, quiero proponer un asunto que me parece muy paradójico pero interesante a la vez, y es el hecho de que a veces ocurre que muchos escépticos viven experiencias que los hacen pasar de un escepticismo acérrimo a un credo acérrimo y viceversa.
Por algunas experiencias personales que yo conozco, creo que algunos de esos escépticos extremistas podrán ser quizás los mejores creyentes del tema paranormal cuando les suceda un suceso de esa naturaleza (y en especial si este episodio se vive de frente, de manera intensa y por un buen rato) pues descubrirán que sí es cierto que existen estos fenómenos y manifestaciones y esas reacciones o estados de conciencia y percepción alterados (pero no por ello no válidos de ser considerados como reales) y desde ese momento entrarán en el proceso de preguntarse qué fue lo que les sucedió a ellos y quizás se esperaría de ellos que no sean fácilmente auto-engañables. Vale decir, quizás algunos de estos escépticos pasarán a experimentar una situación similar a la que inconscientemente han sobrellevado varios testigos casuales de estos fenómenos, especialmente porque ellos dicen ser más autocríticos que los demás.
Si es que estos escépticos no creen en lo que les ha pasado, quizás simplemente creerán que la mente les ha pasado una mala jugada pero en el interior habrá "algo" que les estará pesando en la consciencia y recordarán que efectivamente algo real vieron o percibieron. Por ello es posible que ocurran dos cosas:
- que este escéptico descubra que ha sido el mismo testigo de un fenómeno paranormal genuino (sea lo que sea); o
- que se declare enfermo y que necesita de ayuda psiquiátrica, la misma que ellos les aconsejan a las personas que dicen relatar experiencias similares y a los que tanto critican.
Lamentablemente creo que conociendo las posturas de estos escépticos las que considero muy extremistas creo que en realidad no aceptarán que lo que les haya pasado como experiencia sea algo falso. Es probable que callen por un buen tiempo o que se nieguen a si mismos en cuanto a la significación de lo ocurrido. Además quizás comiencen a sentir una vergüenza natural por el hecho de haber sido tan soberbios a la hora de haber criticado a los testigos de fenómenos paranormales pues las críticas a los investigadores creyentes son muy entendibles pero no las críticas a los testigos que simplemente narran lo que dicen haber vivido. Pero lo peor que les puede ocurrir a estos escépticos es un hecho que no solo habrán de vivir ellos como proceso, sino que también lo han tenido que pasar otros testigos y es, el hecho de que cuando uno es testigo de dichos episodios "paranormales", sea cuales sean su naturaleza, uno como ser humano tratará de ver cómo encaja ese hecho "real" dentro de la cosmovisión que ellos tienen y verán que no es tan fácil acomodar ambos mundos (el vivido hasta antes del suceso) al posterior (luego del suceso) pues hay cosas esenciales que no calzarán y es posible que desde ese momento el escéptico comience a vivir el mismo proceso de auto-crítica que han llevado a cabo tantos testigos de fenómenos inusuales y que ha generado en ellos un cambio a veces radical del modo de ver la vida y de actuar.
Más increíble creo yo que debe ser el hecho de que algunos escépticos que lleguen a vivir este tipo de experiencias encontrarán cuando traten de comentar sus vivencias inusuales a los demás a modo de compartir información y buscar ayuda o simplemente mencionar lo ocurrido: allí se encontrarán con su "propia salsa" y verán que tan equivocados estaban pero lo vivirán ahora como testigos y no como escépticos. Obviamente el escéptico no pasará a ser ahora un creyente extremo en lo paranormal sino que ya sabrá que sí había al menos un fenómeno inusual real que ameritaba ser denominado como "paranormal". Pero sus propios colegas escépticos lo comenzarán a criticar o lo tildarán de enfermo y cuantas cosas se acostumbran a veces a escuchar por parte de algunos escépticos extremos.
Creo que este tipo de experiencias deben ser muy interesantes para los investigadores creyentes en el tema pues allí se podrá descubrir cómo se le cae el mundo al escéptico extremista y cómo este comenzará a descubrir por si mismo las fallas de la estructura del pensamiento escéptico. Si alguno de los que lee este documento ya vivió una experiencia similar, pues bienvenido al club de los testigos de experiencias inusuales, llámele como quiera llamarle.
Se que los escépticos, sean extremos o no en su forma de analizar el tema OVNI, al fin y al cabo son como todos los seres humanos en cuanto a que reaccionarán de una manera algo distinta a la que ellos profesan en especial en caso que les toque vivir una experiencia de esta naturaleza y llegasen a reaccionar de una manera distinta a la que le exigen a los demás, actitud que de hecho encuentro que es algo muy natural pues uno tiene derecho a equivocarse y a actuar distinto a lo que tanto se ha querido dar por real o único.
Personalmente ya conozco uno que otro escéptico que me indicaron claramente que ellos tuvieron experiencias muy fuertes por ejemplo con el tema OVNI y sin buscarlos (hechos casuales) y de hecho creyendo que el tema era falso o todo una equivocación del ser humano en cuanto a interpretaciones. Sé que cuando ellos escuchen alguna noticia relacionada al tema OVNI no se les pondrá la "piel de gallina" como decimos en Chile cuando a alguien reacciona con miedo ante un suceso, pero sí que no se reirán del tema por nada del mundo (quizás como cábala inconsciente para no tener que vivir una experiencia similar). Puede que sigan siendo tan escépticos como antes ante otro tipo de fenómenos pero nunca más ante el fenómeno que les haya tocado experimentar y menos si descubrieron que detrás de ese fenómeno había una inteligencia desconocida.
Por otro lado, a mí no me cabe duda que existen una multitud de investigadores de estas materias (creyentes o escépticos) y que lamentablemente no conocemos porque quizás no hemos tenido la oportunidad de organizarnos de una manera mejor y compartir nuestras investigaciones de una mejor manera justamente porque en parte trabajamos quizás de manera más "low profile" o "bajo perfil" para evitar problemas innecesarios sin por ello ser doble estándar en nuestro comportamiento.
Si fuese posible le pido a algún interesado escéptico o creyente que por favor me indique alguna lista de documentos que les parezcan más adecuados a sugerir a todas aquellas personas que quisieran conocer más de las investigaciones o proposiciones investigativas serias a favor o no a favor de la existencia del tema paranormal y OVNI, aunque quizás sería bueno partir definiendo qué entendemos por paranormal, qué por OVNI y qué por parapsicología pues como algunos quizás ya estén enterados, incluso en el mundo de los investigadores creyentes existen varias discrepancias a la hora de ponerse de acuerdo en qué significa A y qué Z.
Del mismo modo les sugiero a los que leen este artículo a que me hagan llegar alguna proposición breve de cuál es su postura personal en relación a estos temas. Del mismo modo le pediría que me comentara cuál sería su proposición para aquellos escépticos (o en su defecto para aquellos creyentes) del tema paranormal y asociados, pero que tengan una postura y un actuar correcto para generar una investigación adecuada entre los lados creyentes y no creyentes.
Vecindad oscura: El mundo de los jinas
(Primera parte)
Scott Corrales
Bradford – Estados Unidos
El concepto de "no estamos solos" es de importancia máxima para los interesados en la ufología y sus disciplinas afines, aunque la compañía que esperan encontrar se encuentra en planetas lejanos de la Tierra, ya sea en otros sistemas solares de la Vía Láctea o en otras galaxias como Andrómeda. Aficionados y estudiosos de la "ufología de pernos y tuercas" como suele llamársele han calculado los posibles puntos de origen del fenómeno supuestamente extraterrestre que nos visita asiduamente, o se han imaginado una taxonomía completa de seres dignos de un rodaje de George Lucas – grises bajos, rubios altos, impresionantes reptiloides y temibles insectoides – que son producto de astros distintos.
Sin embargo, desde los primeros años del quehacer ufológico se viene barajando la posibilidad de que nuestros visitantes no sean de sitios tan distantes, sino seres que comparten este gran planeta azul con nosotros. Los escritos de Robert Shaver nos indicaron que una raza primigenia abandonó nuestro mundo debido a los efectos nocivos de la radiación solar, dejando atrás el remanente negativo y positivo de su especie – los deros y teros de las crónicas shaverianas – que habita el mundo intraterrestre; escritores de mayor seriedad como Ivan T. Sanderson escribieron ampliamente sobre los "huéspedes no invitados" que se alojaban en el fondo del mar y que evitaban al máximo el contacto con el homo sapiens; otros pensadores han ubicado a nuestros vecinos invisibles en lo más remoto de la Amazonia o la meseta del Tíbet. Pero tradiciones de mayor antigüedad nos indican que compartimos nuestro mundo con seres de procedencia terrestre aunque no humana... seres que son considerados por las autoridades jurídicas de una quinta parte de la humanidad como entidades reales y mayormente nocivas para el ser humano. Varios autores importantes del tema ufológico-paranormal, como Salvador Freixedo, Gordon Creighton y John Keel, han hecho mención de ellos en sus obras: se trata nada menos que de los inexplicables jinas.
"Hechos de fuego sin humo"
Con el clima político que afecta a nuestro mundo actualmente, resulta un tanto arriesgado citar párrafos de un texto religioso considerado por muchos como inímico al pensamiento occidental. Se trata del Corán, la biblia musulmana, por así decirlo, que nos aporta los primeros datos que tenemos sobre estos seres que ocupan un puesto intermedio en la obra divina de la creación – a mitad de camino entre los ángeles, seres espirituales, y la humanidad, seres "de barro", como nos lo recuerdan nuestras propias obras religiosas. Los jinas tienen una naturaleza distinta a ambos, ya que fueron hechos de humo y fuego, como lo indica el capítulo del Corán dedicado a estos seres.
Los estudiosos islámicos mantienen hasta el día de hoy la existencia de estos seres, y aunque se prohíbe a los devotos del Islam creer en fantasmas y participar en actividades adivinatorias, creer en los jinas es un mandamiento.
El vocablo "jina" aparece 29 veces en el Corán, sin contar el "sura" o enseñanza llamado "Surah Al-Jinn" que abunda detalles específicos sobre nuestros vecinos ocultos: estos seres viven en un mundo invisible a los ojos humanos, siendo capaces de "comer, beber y procrearse" al igual que los humanos, y al igual que nosotros, los hay buenos y malos (en este caso concreto se consideran "buenos" a los jinas que han aceptado el Islam). Aunque no son inmortales en absoluto, se les asigna una longevidad prodigiosa y algunos estudiosos afirman que hay jinas presentes en la actualidad que estaban vivos cuando Mahoma comenzó sus prédicas en el desierto de la península arábiga. Otra enseñanza coránica indica: "De cierto, creamos a la humanidad de barro y lodo suave, y a los jinas del fuego sin humo" (Qur. 15:26-27). El estudioso Ibn-Abbas manifiesta que dos milenios antes de la creación de Adán y Eva, los jinas ya ocupaban nuestro planeta, aunque su inquilinato estuvo caracterizado por la corrupción y la guerra. Regimientos de ángeles enviados por Alá se batieron contra los seres hechos de fuego, acabando con ellos y desterrándolos a ciertas islas. A diferencia de la tradición judeocristiana, no fue hasta ese momento en que el Creador decidió emprender la confección del género humano.
Por motivos que no se explican, estos seres invisibles e inteligentes solo pueden manifestarse ante nosotros asumiendo formas desagradables (específicamente serpientes y perros negros, como el black shuck de las islas británicas), aunque veremos más adelante que pueden imitar a los humanos. Mahoma estableció la existencia de tres clases de jinas – los que se desplazan por los aires, los que se manifiestan como serpientes y perros, y los que existen en un lugar específico pero tienen el don de viajar de un lugar a otro.
La preocupación por estos seres que comparten nuestro mundo persiste hasta nuestros días, con páginas web en Internet que cuelgan las opiniones legales (fatwas) de distintos estudiosos del Corán sobre consultas relacionadas a los jinas. No es de sorprender que una de las preguntas de mayor frecuencia tenga que ver con la posibilidad de que los humanos puedan contraer matrimonio con estos seres, y tener descendencia. Una preocupación extraña, pero tal vez no tanto si examinamos los siguientes casos.
Amores prohibidos
Durante una de sus participaciones televisivas en Estados Unidos durante la década de los ’90 (El Show de Cristina, 1991) el pensador y parapsicólogo Salvador Freixedo consideraba que el interés por "lo generacional, lo genitivo, lo genital" que se desprendía del fenómeno de los secuestros por supuestos extraterrestres en aquel momento guardaba una relación estrecha con relatos de otros seres a través de la historia que se han relacionado íntimamente con los humanos, al menos en el plan mítico-legendario, como sucede con las sílfides, ondinas, ninfas y otras criaturas amparadas bajo distintos nombres en las leyendas de todo el planeta.
A comienzos del 2007, el investigador y escritor de lo paranormal, Brad Steiger, volvía a la carga con un nuevo libro, Shadow World: True Encounters With Beings from the Darkside (San Antonio, TX: Anomalist Press, 2007) en el que visitaba casos inéditos de seres claramente extrahumanos que buscaban la unión sentimental y física con humanos. Uno de los casos más interesantes que recoge Steiger en su obra es el de Kent Grondhal, un joven estadounidense de ascendencia escandinava que cursaba estudios en la universidad de Iowa cuando decidió montarse en su coche para dar una vuelta por el campo, para ver si la perspectiva de los interminables maizales y pequeñas aldeas servía para librarle de sus preocupaciones académicas. No tardó en pasar por una diminuta villa que contenía unas cuantas casas, tienda de ultramarinos y estación de gasolina, pero en la que se celebraba un festival de baile sueco tradicional.
Sumamente orgulloso de su herencia cultural, el joven Grondhal decidió estacionar su vehículo e integrarse a las festividades. Pero justo cuando iba a hacerlo, un grandullón de ojos azules e intimidantes le cerró el paso, aparentemente con la intención de asestarle un puñetazo sin motivo alguno. En ese momento intervino otro hombre, alto y sonriente, que se identificó como Erik Hagen. Cuando Grondhal se presentó, Hagen le preguntó enseguida si su familia provenía de cierto lugar, y al recibir la respuesta afirmativa, acogió Kent como si fuese un pariente lejano. El estudiante pasó a conocer a los demás asistentes a la fiesta. "Hablaban con un acento escandinavo tan fuerte", indicó Grondhal, "que era como si acabaran de llegar de la misma Suecia".
El estudiante no tardó en fijar su vista en Kari Rogeness, una encantadora rubia que afirmaba vivir en esa misma aldea, mientras que los demás sencillamente se personaban para una reunión anual. A pesar de que la chica había respondido positivamente a su interés, con el paso de las horas comenzó adquirir cierta reticencia, especialmente cuando Grondhal le preguntaba si sería posible encontrarse con ella de nuevo. Al final de la velada, el estudiante volvió a la universidad con el recuerdo de Kari plasmado en su mente. Enseguida buscó su nombre en la guía telefónica y nada. No existía nadie de ese nombre.
Días después, al entrar a un restaurante, se encontró con Erik Hagen y toda su comitiva – los mismos invitados a la fiesta campestre. Sin embargo, Kari Rogeness brillaba por su ausencia. Hagen se acercó al estudiante para decirle que a pesar de haberle caído muy bien a sus amigos, debía olvidarse absolutamente de Keri, ya que el desenlace anticipado era imposible. "Estamos relacionados con ustedes, pero no de la manera en que tú lo entiendes", le dijo el sonriente Hagen. "Hay algunos entre nosotros que guardan rencor hacia los tuyos porque fuimos los primeros, y a veces nos sentimos suplantados por los tuyos. Pero escúchame, joven Grondhal, porque te tenemos afecto sincero. Te pedimos que dejes de buscar a Kari. Lo que esperas nunca podrá suceder".
Según lo describe Steiger, el estudiante se disponía a contestar cuando la camarera la informó que su orden ya estaba lista. En los breves segundos que se distrajo para atenderla, Hagen y su comitiva ya habían salido por la puerta. Al intentar seguirlos, no pudo verlos por ninguna parte.
"Tres años más tarde, durante una visita a Nueva York para ver a un amigo", escribe el autor. "Kent Grondhal está seguro de haber visto a Kari Rogness y Erik Hagen caminando por Times Square mientras que viajaba en un taxi". Al llamar la atención de ambos desde la ventanilla, el par le miró fijamente antes de internarse en el lobby de un cine. "No puedo dejar de preguntarme cuantos Eriks y Karis y otros "parientes" nuestros deambulan entre nosotros, mezclándose entre la muchedumbre, ocultando sus verdaderas identidades y propósitos".
Hasta ahí la historia del joven estudiante que nos regala Brad Steiger.
La respuesta más sencilla casi siempre es la correcta. La joven Kari se sintió importunada por la atención de Grondhal e hizo todo lo posible por esquivarlo. Erik Hagen, su pariente, tutor o amante, pidió cortésmente al estudiante que mantuviese su distancia. Caso cerrado. No obstante – si las palabras pronunciadas por Hagen en el restaurante son una cita fidedigna – nos enfrentamos a una instancia curiosa: "Hay algunos entre nosotros que guardan rencor hacia los tuyos porque fuimos los primeros, y a veces nos sentimos suplantados por los tuyos". Suena como una caracterización de la condición de los jinas de acuerdo a lo expresado por Ibn-Abbas.
Las autoridades islámicas conceden la posibilidad de la unión entre humanos y jinas, aunque consideran que es algo que no debe producirse, pasando a decir que el compendio jurídico (shari’ah) no ofrece estatutos irrebatibles sobre el tema, de manera que algunos opinan que la unión de humanos y jinas sería lícita mientras que otros sostienen lo contrario. Una de las voces en contra es la de Al-Khateeb Asherbini, que establece que hay dos clases de restricciones matrimoniales, las perpetuas y las no perpetuas. El connubio entre humanos y jinas cae bajo las restricciones perpetuas. Ibd ‘Adein, un estudioso hanifi, señala que las restricciones matrimoniales son especificas y que el hombre no puede juntarse con otro hombre, con un hermafrodita, con una mujer politeísta, con una mujer de parentesco cercano... o con una jina.
Otros juristas no son tan tajantes. Al-Hasan Al-Basri sostuvo que la unión de humanos y jinas resultaba lícita "con tal que hubiese testigos" al hecho. El imán As-Suyuti, citando autoridades anteriores, repuso afirmativamente al matrimonio entre nuestra especie y la de nuestros enigmáticos vecinos.
Veamos lo que dice Ibn-Unus en el escrito Sharh Al-Wajeiz: Si la unión fuese licita, ¿tendría el hombre la potestad de obligar a su mujer jina a quedarse en el hogar? (con el conocimiento de que los jinas tienen la tendencia a desplazarse largas distancias). Supongamos que al hombre le disguste ver a su esposa en otra forma que no sea la humana, ¿le concedería esto el derecho de impedir su encarnación en otras formas? Además, ¿se cumplirían las condiciones normales que requiere cualquier otro contrato matrimonial? Por ejemplo, si se requiere la aprobación del jina guardián de la futura esposa. ¿Sería válido su matrimonio bajo las leyes de los jinas? Supongamos que el marido ve que su esposa ha asumido una forma distinta a la que conoce, y ella insiste en su identidad, ¿sería él capaz de creerle y hacerle el amor? ¿Estaría obligado a proporcionarle los alimentos que consumen los jinas, como osamentas y otras cosas?
Los debates sobre el tema – la carnalidad entre nuestro género y seres que para el mundo occidental "no existen" – se extiende largo y tendido, pro y en contra, en la jurisprudencia islámica. La respuesta final parece ser que el matrimonio entre un varón humano y una hembra jina no está bien visto por el siguiente motivo: la posibilidad – remota, ya que se considera que dicha unión sería estéril – de tener prole mitad humana, mitad jina. "Unos yemeníes le escribieron al imán Malik diciendo: un jina macho ha venido ante nosotros para pedir en matrimonio a una joven humana, diciendo que su intención era la de seguir el camino de los justos en este asunto. El imán Malik repuso: No veo que haya nada de malo en ello, pero me preocupa exponer a esta mujer a una situación en la que se le pregunte por su marido y ella tenga que contestar que es un jina macho. Esto puede resultar en corrupción entre los musulmanes".
Sería interesante redactar una carta para estos estudiosos del Islam y preguntarles su parecer sobre el supuesto hibridaje entre humanos alegadamente "secuestrados por los ovnis" y los seres macrocéfalos que los tripulan...
¿Quieren ser como nosotros?
Uno de los casos más intrigantes con seres claramente no humanos, pero que adoptan la forma de nuestra especie para fines desconocidos, también está asociado con las manifestaciones de los rarísimos Hombres-de-Negro (HDN) que en su momento ocuparon un renglón de estudio aparte en el quehacer ufológico. La mayoría de los interesados en este fenómeno recordará que uno de los casos mejor documentados de este tipo se produjo en 1976, cuando el psiquiatra estadounidense Herbert Hopkins recibió la visita de un misterioso personaje vestido en un traje negro con sombrero tipo "derby". El rostro del enigmático visitante estaba cubierto por maquillaje blanco y llevaba carmín en los labios. El personaje hizo algunas preguntas sobre un caso ovni que investigaba el profesional (el caso Stephens, Maine, 1975) y luego hizo desaparecer una moneda de un centavo de la palma abierta del sorprendido Hopkins, volatilizándola del todo. El extraño le advirtió: "Ni tú ni nadie en este plano (no planeta) volverá a ver esa moneda".
Pues bien: el 24 de septiembre de 1976, después de la inquietante visita por parte del hombre de negro, una pareja igualmente inquietantes se personó en el hogar de John y Maureen Hopkins, hijo y nuera del psicólogo que investigaba el caso ovni. La descripción física de ambos personajes, y su total y completa ignorancia de la sociedad estadounidense en aquel momento, hicieron pensar a al joven matrimonio Hopkins que sus visitantes tenían algo de extraño. El hombre vestía ropa sacada directamente de un catalogo de los años ’50, aunque se trataba de ropa perfectamente nueva, prácticamente recién estrenada (detalles parecidos suceden en otros casos de HDN). La mujer era aún más sorprendente por la extraña configuración de su cuerpo – abdomen abultado y senos que parecían surgir de sus costillas, tambaleándose al caminar, como si sus piernas no encajaran correctamente en la pelvis. Los intercambios en entre estos personajes eran más bien un guión penosamente memorizado que la conversación que esperaría uno de una pareja.
John Hopkins contestó algunas preguntas sobre su padre, el caso ovni de marras, y otros asuntos. Pero el extraño hombre parecía más interesado en otros temas: "El hombre y su compañera quedaron sorprendidos cuando John explicó que él y su esposa realizaban la mayoría de sus actividades de forma conjunta. A la vez que hacía preguntas, el hombre manoseaba a su compañera, preguntando a John si lo estaba haciendo correctamente" (Schwarz, p.248). Poco después, el visitante importunaba a Maureen con preguntas indiscretas, indagando sobre "la conformación de su cuerpo" y si tenía fotos de sí misma al desnudo para enseñarle. Después de un rato, la hembra declaró que ya era hora de marchar, y sucedió algo más raro aún: "Su compañero se puso de pie, pero sin emprender el movimiento para salir. La mujer le dijo varias veces que se quería ir, finalmente suplicando a John Hopkins: Tenga la bondad de moverlo; no puedo hacerlo yo misma – como si no fuese capaz, o supiese, caminar alrededor de su inmóvil pareja para llegar hasta la puerta de salida".
La explicación racional a este curioso evento de hace treinta años atrás es perfectamente razonable. En las zonas rurales de América del Norte, como en cualquier otra parte del mundo, se producen tristes casos de retardación mental y anormalidades físicas debido a la mala alimentación o el incesto. Viviendo en comunidades aisladas, casi siempre bajo la férula de un reverendo autoproclamado, hay personas totalmente ajenas al momento en que viven o las modas acostumbradas. Es perfectamente factible que "Bill Post" (el nombre dado por el hombre extraño) y su compañera perteneciesen a uno de estos grupos.
Sin embargo, la posibilidad de que se tratasen de criaturas inteligentes que estuviesen imitando a los seres humanos no deja de ser inquietante. El interés de "Bill Post" en ver fotografías de la joven Sra. Hopkins desnuda y el previo manoseo de su propia compañera vuelven a insistir en el afán estos seres en hacerse pasar por humanos, calcando los detalles de la conducta íntima, que les resultan fascinantes. El hecho de que la compañera del "Sr. Post" no supiese caminar alrededor de la extraña inmovilidad éste sugiere también una falta de familiarización con el cuerpo humano, como si se tratara de seres humanos intentando caminar en armaduras medievales.
¿Yanquis extraños de los bosques de Nueva Inglaterra, o criaturas fascinadas por lo "generacional, genitivo y genital" que señalaba Freixedo? Le dejamos la decisión al lector.