EL FUEGO DEL DRAGON

BOLETIN MENSUAL DE OVNILOGIA

Nº 143 – Julio de 2010

 

Editado por Carlos Alberto Iurchuk

La Plata – Argentina

dragoninvisible@gmail.com

"El Dragón Invisible"

http://dragoninvisible.com.ar


Se permite la reproducción parcial o total, por cualquier medio, de los artículos presentados en este boletín. Si así se hiciere, se agradecerá la notificación al autor del artículo y al editor del boletín.


 La complejidad del “fenómeno” OVNI

 

Francisco Javier Torrent

Valencia – España

dunedainxavier@hotmail.com

 

El denominado “fenómeno” OVNI, se ha vuelto un asunto complicado de entender. La pretensión del presente artículo es arrojar una posible luz sobre algunas de sus características, aparentemente, menos físicas y más psíquicas.

Se asegura que más del 90% de los avistamientos OVNI son producto de malas interpretaciones, errores de percepción o simples fraudes. [1] Incluso hay quien afirma que más del 95% de los avistamientos OVNI reportados han sido fraudes conscientes o inconscientes. [2] Cuando se investigan adecuadamente, entre un 92 y un 98 por ciento (según las fuentes) de los sucesos OVNI se descubren como algo perfectamente explicable. Muchas veces son estímulos astronómicos, otras veces son fenómenos atmosféricos; ha habido casos de reentrada de chatarra espacial que fueron tomados por OVNIs, de bandadas de pájaros, de aviones, de globos, etc. [3] [4]

En efecto, la historia ha mostrado cómo los casos más famosos de OVNIs, de finales de los 40 en EEUU, tenían explicaciones convencionales. [3] Numerosos autores han planteado que los OVNI pudieran ser armas secretas fabricadas por los nacionalsocialistas durante la Segunda Guerra Mundial; y que posteriormente dichas armas pudieron pasar a manos de EEUU y de la URSS. [4] Así por ejemplo, se sabe que algunos encuentros de pilotos con OVNIs han demostrado ser aviones militares secretos, como el SR-71. [5] De igual modo, aviones como el F-117 Nighthawk o el bombardero B-2 Spirit, hasta hace poco tiempo secretos, encajan con la descripciones de objetos triangulares hechas por muchos testigos. [6] Desde que, a finales de la década de los '90, la marina estadounidense concediese permiso a muchos marineros y científicos que habían estado en la armada a hablar públicamente sobre algunas de las misiones más sensibles realizadas durante la guerra fría con la URSS, también se ha sabido que es muy posible que gran cantidad de objetos submarinos no identificados, fuesen artefactos experimentales de las marinas de las distintas potencias mundiales. [7]

El Gobierno de Tony Blair en el año 2006, publicó las conclusiones de las investigaciones realizadas por el Ministerio de Defensa, en relación a los OVNIs (más de 450 páginas repartidas en tres volúmenes), mencionando que los OVNIs (a los que se refiere como Fenómenos Aéreos No Identificados) existen, pero son una mezcla de fenómenos naturales y de fenómenos de origen humano que van desde meteoros hasta aviones espía. Aunque no se han encontrado pruebas que sugieran que los fenómenos sean hostiles. [8] En base a ello, el Ministerio de Defensa (MoD) británico ha dado de baja el número de teléfono y el buzón de correo electrónico en los cuales recibía denuncias ciudadanas sobre apariciones de OVNIs. [9]

Ello deja sin investigación los casos sobre los que no hay datos que permitan tener una explicación como las anteriores; pese a que lo más probable es que la tengan. [3] Es decir, que se trata de sucesos inexplicados, no inexplicables. [3]

Para los científicos del mainstream, ello no supone afirmar que dicho 5 % se trate de la demostración del fenómeno como algo asociado a una tecnología superior. [3] Sin embargo, dado que desde el caso Arnold hasta la fecha se han recopilado más de setenta millones de avistamientos en todo el mundo, quedan por lo tanto un buen número de “objetos” sin identificar. [10]

En este sentido, se ha mencionado la posibilidad de que fuesen colonias de insectos, patologías visuales, creaciones del inconsciente colectivo, exobiología espacial [4] similar a la que se cree que puede existir en Titán (satélite de Saturno), [11] o bien autóctona, de animales no catalogados por los biólogos [7] [12] E incluso manifestaciones de una realidad diferente de otro Universo. [13]

Hasta hace unos años, parecía coherente admitir una autoría extraterrestre y de hecho, los investigadores centraban sus esfuerzos en informes denominados “tuercas y tornillos”, basados en una supuesta tecnología superior. [14] La cual no ha sido nunca aceptada por el mainstream científico, [15] [16] ya que no existe actualmente evidencia convincente directa de ningún tipo que apoye la afirmación de que los OVNIs representan naves espaciales de otra civilización que visitan la Tierra, [14] pese a su demostrada viabilidad teórica. [17] [18]

Por ello la mayoría de científicos tratan de ridiculizar a aquellos que buscan algunas explicaciones; [19] e incluso muchos autores han mencionado la manipulación del fenómeno OVNI, y las constantes campañas de desinformación que hay detrás de ello. [20]

Pero, ¿por qué tanta campaña de desprestigio? ¿Qué es lo que realmente se pretende ocultar?

Para muchos, simplemente es la realidad OVNI como un fenómeno extraterrestre, sin más. [19]

Pero, dados los múltiples matices que el fenómeno encierra, y que algunos han bautizado como “La hipótesis THAT”, o “Teoría General Del Aquello”, [21] son muestras de su complejidad.

Un primer apunte de complejidad, nos lo da su más que probable, relación con la religión judeocristiana. Los ejemplos de Fátima (“la danza del sol”), historias bíblicas sobre ángeles, etc., han sido investigados por numerosos autores. [13] [22] Salvador Freixedo encontraba numerosos paralelismos entre OVNIs y demonios; de igual modo, el Dr. Pierre Guérin sostenía que los modernos ovninautas y los demonios de épocas pasadas eran probablemente idénticos. [4] Autores, como Jacques Vallée, relacionaban las apariciones de duendes, hadas, elfos, de siglos pasados con la de los OVNIs. Demostrando analogías evidentes entre los anillos de las hadas y los platillos, los secuestros de los elfos y las abducciones, etc. [23] El experto en folclore Bertrand Meheust, apunta que dichos relatos están nutridos de la imaginería arcaica pero encarnan en igual medida a los sueños de la modernidad, dando como resultado una experiencia OVNI. [10] [21] De modo que los modernos contactos con supuestos “extraterrestres” son relatos análogos a antiguos mitos y leyendas ancestrales, pero con la única variante de estar adornados con elementos acordes a la tecnología actual, sin que por ello reste similitud alguna en los hechos. [10] Ello nos muestra que bajo el término OVNI ocurrieron en el pasado decenas de hechos que bien pueden llevar ese calificativo y que el fenómeno es muy antiguo. [1]

De hecho, algunos autores mencionan que el fenómeno debería dividirse en dos grandes etapas: una que engloba los avistamientos habidos desde épocas prehistóricas hasta nuestro siglo XX, y otra que recoge los avistamientos contabilizados en la época tecnológica, desde aquellos nueve discos volantes que avistara Kenneth Arnold el 24 de junio de 1947 junto al monte Rainier, en Washington, hasta hoy. [24]

Alvin Lawson encontró 12 puntos comunes (“encuentro modelo”) en fenómenos tales como los encuentros con OVNIs, experiencias extracorpóreas, trances o éxtasis místicos, experiencias cercanas a la muerte, efectos de drogas psicodélicas, proceso del nacimiento humano, etc. [10] Por lo que en los casos sin explicación racional posible, ese remanente del 3 ó 5 por ciento, podemos dar muy bien cabida a los "estados alterados" y a las implicaciones psicológicas y parapsicológicas. [10]

Dichos estados alterados no implican sólo un uso psicológico del fenómeno, ya que se ha constatado en numerosas ocasiones un efecto electromagnético en aparatos y vehículos terrestres, quedando evidencias físicas tales como trastornos y alteraciones en relojes, tendidos eléctricos, brújulas, motores, etc. Así como efectos en personas y animales a modo de quemaduras en la piel, irritaciones oculares, crisis nerviosa, náuseas, dolores de cabeza, etc. [10]

Los textos sánscritos, las tablillas asirias y sumerias, los textos hebreos y en definitiva, el folclore y la mitología, nos indican que en el pasado prehistórico existió una civilización tecnológica. [25] [26] [27] [28] [29] [30] [31]

Según Louis Pauwels y Jacques Bergier; la idea de una sociedad internacional y secreta de hombres intelectualmente muy avanzados, transformados espiritualmente por la intensidad de su saber, deseosos de defender sus descubrimientos científicos contra los poderes organizados, contra la curiosidad y la codicia de otros hombres (reservando para el momento oportuno la utilización de sus descubrimientos, o enterrándolos por varios años, o poniendo sólo una pequeña parte en circulación) es una tradición muy antigua. [25]

Algunos círculos esotéricos afirman la existencia de “una sociedad que hace siglos ya se vanagloriaba de preparar la reforma de ‘todo el ancho mundo’ y cuyos miembros no sólo se reunían en una ‘fortaleza suspendida en el aire’, sino que se ocupaban de el ‘trabajo’ en todo el sistema solar y poseían además ‘mil piezas’ que harían palidecer de envidia a nuestros técnicos actuales”. [32]

Actualmente, la hipotética existencia de una sociedad secreta o civilización desconocida superdesarrollada, dado el conocimiento que se tiene de nuestro planeta y la eficacia de los servicios policiales y de espionaje de las grandes naciones, tiene poca aceptación. [33]

Sin embargo, dada la relación entre demonios, brujos y chamanes, es probable que dicha sociedad secreta tuviese un eco entre dichos individuos. En este sentido cabe señalar que en Chile, donde existen documentos que acreditan dichas prácticas, se organizaban en forma de asociación jerarquizada y constituía una autentica forma de gobierno paralelo. [34] El texto (de 1880) expuesto en la Vista Fiscal citaba textualmente:

Es una asociación secreta, compuesta en la generalidad de indígenas, y que tiene por objeto castigar a los que hacen mal, con arreglo a sus leyes que nos son enteramente desconocidas, pero que la pena común y más general es la de muerte. Para hacer efectivas las penas tienen sus cabildos (como los nombran ellos) o corporaciones y éstas nombran sus jefes para tal o cual parte con el título de 'reparadores', debiendo existir un rei de la 'Recta Provincia' (con esto comprenden a todos los lugares en que existen miembros de esta ilícita sociedad) que está a cargo de la administración principal. Tienen además sus 'curanderos' para aplicar remedios a alguna persona enferma y cobrar sus derechos por la curación. Esto es lo más inhumano y terrible de esta sociedad de hechiceros, estafa, etcétera, se valen de venenos que es la medicina más común para castigar a los que se muestran rebeldes a obedecer o pertenecer a la 'brujería', o para efectuar una venganza que cualquiera solicita, con tal que le den alguna recompensa en dinero”. “Hacen creer también a los ignorantes que los que pertenecen a la sociedad pueden transformarse en seres irracionales que pueden hacer muchos males a los que se resisten a obedecer a sus jefes”. [34]

Actualmente, la creencia y existencia de la brujería sigue vigente en dicha zona. [34] No debemos olvidar que el brujo era precisamente, aquel que se ponía en contacto con los demonios y es el individuo de una sociedad cuyos miembros, según la opinión común, tienen como fin causar enfermedades por medios ocultos y misteriosos, especialmente por las virtudes secretas de ciertas plantas y raíces y se prestan mutua ayuda en otras empresas igualmente criminales y tenebrosas. [34]

Dichos conocimientos, tales como la fundición del hierro (meteórico, en un primer momento) o los secretos de la alquimia (origen de la química, ciencia de menos categoría para un alquimista). [35] Adquiridos con el paso de los milenios por los chamanes, y guardados celosamente en secreto, se envolvieron de un manto de superstición y mito, para engañar a aquellos que no pertenecieran a su sociedad, porque si…

…toda enfermedad se suponía tener su origen en las hechicerías o embrujamientos, sus curaciones debían tener forzosamente un aspecto mágico, y cuando sanaba el enfermo, ya sea por su propia resistencia física o debido a los remedios y yerbas que le suministraban, se atribuía su mejoría principalmente a las encantaciones y arte mágica del machi”. [34]

Teniendo en cuenta que toda la ciencia y tecnología actual apenas tiene una historia de 250 años. [36] En los cuales, la necesidad de energía nos ha llevado desde utilizar el carbón hasta, pasando por la energía eléctrica, finalmente emplear la energía nuclear. [37] ¿No pudo ocurrir un desarrollo similar en la antigüedad?

Juan Marcelo Encalada, relacionaba los relatos sobre abducciones con experiencias cercanas al sueño, ya que estos casos por lo general, suceden de noche, antes, durante y después de dormir. Sabiendo que “El sueño es un estado no ordinario de conciencia o más precisamente un estado modificado de conciencia con respecto a la vigilia, con un registro electroencefalográfico (EEG) sucesivamente particular”. [38] Ya Terence Mckenna relacionó el chamanismo y los OVNIs, concretamente con la utilización de alucinógenos triptaminicos en general y especialmente con la psilocibina. [39]

El uso de tecnología avanzada para conseguir estados alterados de conciencia, probablemente estimulando la glándula pineal, parece entresacarse de la mayoría de relatos con encuentros OVNI [40] Es probable que además, se utilicen otros métodos, basados precisamente en el conocimiento de la química, y que se consiga, por ejemplo, la incapacidad para realizar movimientos musculares voluntarios o un estado de cataplejía.

La parálisis del sueño aislada (con episodios que duran desde unos pocos segundos hasta 1 ó 2 minutos en los cuales los afectados son incapaces de moverse o hablar y que terminan por sí solos o cuando a la persona la tocan o la mueven) y la cataplejía (pérdida súbita del tono muscular estando despierto y que ocasiona incapacidad para moverse; y que las emociones fuertes, como la risa o la ira, con frecuencia la reproducen) pueden estar unidas a la narcolepsia (los expertos creen que es causada por la reducción en las cantidades de una proteína llamada hipocretina, la cual se produce en el cerebro; aunque lo que hace que el cerebro produzca menos cantidad de esta proteína no está claro). [41] [42] [43]

En todas estas patologías relacionadas, la persona puede tener sensaciones similares al sueño o alucinaciones que pueden asustarla, y que involucran los sentidos de la vista o el oído y posiblemente otros sentidos. [41] [42] [43]

Si, tal y como afirman los escépticos, no hay constancia de que los OVNIs se relacionen con tecnologías extraterrestres; entonces, no queda más remedio que suponer que su origen es terrestre; y a tenor de lo explicado, resulta poco creíble que se trate de fenómenos naturales. Por ello, es posible que lo que llamamos esoterismo, cimiento de las sociedades secretas y de las religiones, sea el residuo difícilmente comprensible y manejable de un conocimiento muy antiguo, de naturaleza técnica, que se aplica a la vez a la materia y al espíritu. [25] [32]

 

Referencias:

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2.     Mendoza Palacios E. ¿Cómo puede reconocerse un fraude ovni? El Fuego del Dragón; 2004; nº 67 (marzo). Disponible en: http://fuego.dragoninvisible.com.ar

3.     Encuentros digitales con Javier Armentia. El Mundo. 08/01/2004. Disponible en: http://www.elmundo.es

4.     Darnaude Rojas-Marcos I. Hipótesis explicativas de la naturaleza, origen y propósitos de los objetos no identificados (Primera parte). Boletín El fuego del dragón. 2005; nº 84 (agosto). Disponible en: http://dragoninvisible.com.ar.

5.     Fuentes D. OVNI americano. Revista Stendek. 1980; nº 40 (junio)

6.     Kiger P. The F117A – A Secret History. Disponible en: http://military.discovery.com

7.     Corrales S. Sombras bajo el mar: Los submarinos desconocidos. Boletín El fuego del dragón. 2004; nº 67 (marzo). Disponible en: http://dragoninvisible.com.ar

8.     Ministry of Defence (MoD). UFO Reports in the UK. 16/02/2006. Disponible en: http://www.mod.uk

9.     Ministry of Defence (MoD). How to report a UFO sighting. 01/12/2009. Disponible en: http://www.mod.uk

10.  Garrido Vázquez M. Paraufología: Nuevo enfoque del fenómeno OVNI. Boletín El fuego del dragón. 2000; nº 22 (junio). Disponible en: http://dragoninvisible.com.ar

11.  Cook JR, Weselby C. What is Consuming Hydrogen and Acetylene on Titan? NASA, Pasadena, California. 06.03.10. Disponible en: http://www.nasa.gov

12.  Roldán JA, Roldán M. Bio-ovnis, la teoría olvidada. Boletín El fuego del dragón. 2000; nº 28 (diciembre). Disponible en: http://dragoninvisible.com.ar

13.  Darnaude Rojas-Marcos I. Hipótesis explicativas de la naturaleza, origen y propósitos de los objetos no identificados (Segunda parte). Boletín El fuego del dragón. 2005; nº 85 (septiembre). Disponible en: http://dragoninvisible.com.ar

14.  Klass PJ. ¿Ovnis académicos? El escéptico. 1998; nº 2 (otoño)

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19.  Darnaude Rojas-Marcos I. Los motivos del no-contacto extraterrestre (sexta parte). El Fuego del Dragón; 2002; nº 50 (octubre). Disponible en: http://fuego.dragoninvisible.com.ar

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 De la ficción a la realidad

 

Julio Alberto Bustos

San José – Costa Rica

juliobustos34@yahoo.com

 

La idea ni siquiera es original y tiene una larga tradición en libros y películas de ciencia ficción como “Stargate”, “Alien” o los “Expediente X”, donde se recurre – al amparo de la fértil imaginación de sus autores – a criaturas que se introducen en los cuerpos de personas, se adueñan de sus mentes y les fuerzan a realizar las acciones que requiere el invasor para reproducirse. En Stargate, el imperio de los Goaul'd es una raza que usa a los humanos como anfitriones y ellos son unos parásitos que utilizan el cuerpo humano para su beneficio. Pueden vivir muchos años y son quienes dirigen la evolución humana, cambiando el carácter de hombres y mujeres y, en cierta forma, intervienen también en la evolución de nuestra cultura.

La serie Stargate (que significa Puerta a las Estrellas o Puerta Estelar) se inicia en 1994 con la versión cinematográfica de una novela de Dean Devlin. Posteriormente fue también llevada a la televisión. Stargate tiene multitud de referencias a la mitología antigua. El planteamiento se basa en que dichas creencias mitológicas se fundaron en torno a la llegada de seres extraterrestres que asumieron el papel de antiguas divinidades. Las más importantes son la egipcia, la hindú, la escandinava y la griega, aunque nuevas mitologías, como la maya, la japonesa, la celta o incluso elementos del bien y del mal (cielo e infierno) de religiones monoteístas actuales también toman importancia, en especial en las últimas temporadas de la serie, que formalmente comienza con un segundo viaje expedicionario a “Abydos”, donde el SG1 es capturado por los goa'ulds, que fingen ser dioses para vivir como parásitos y someter a los pueblos que conquistan valiéndose de su tecnología avanzada.

Es útil aclarar el concepto de parásito recordando que en la antigua Grecia había encargados de custodiar y servir la comida en los banquetes. Se les conocía como los “parásitos” (de para: al lado de, y sitos: comida). Con el tiempo, el término se fue ampliando hasta aplicarse a toda persona que conseguía alimentarse a costa de otros. La biología incorporó el vocablo a su terminología científica para definir a los seres que en algunas etapas de sus vidas necesitan vivir dentro o sobre otros animales o plantas para aprovecharse de ellos.

Porfiadamente convencidos de vivir ajenos a un mundo en el que estamos inmersos, siempre hemos pensado que lo que consideramos irreal sólo forma parte de la ciencia ficción, aunque algo perturbadoramente parecido pudiera estar ocurriendo en la realidad sin que nos demos cuenta. Enceguecidos por nuestra soberbia, que nos lleva a calificarnos de sapiens y a vivir convencidos de que somos creados a imagen y semejanza de Dios para señorearnos en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias y en todo animal que se mueve sobre la Tierra hemos asumido conductas que resultan incomprensibles, como lo es, por ejemplo, adoptar una forma de vida social en la que la mayoría se degrada en nombre de la exaltación de la minoría.

Al igualitarismo que debió existir en los estados tribales fuimos agregando nuevos elementos, sin llegar a tener conciencia de la naturaleza de los cambios, sin ser capaces de determinar la consecución final de controles absolutos, aceptando leves desviaciones de las condiciones vigentes que sólo consideramos alteraciones menores de las costumbres establecidas. En este terreno la ciencia ficción abre puertas a lo que parece son realidades imposibles, como en algún tiempo lo fueron las novelas de Julio Verne. Ocurre con ello algo así como lo que sucede a muchos científicos – limitados en su tiempo, espacio y hasta en la información de que disponen – que niegan los fenómenos paranormales y las evidencias materiales de la presencia actual o pretérita de otras civilizaciones no humanas sobre la Tierra, tratando de desvirtuar su existencia o las reiteradas evidencias que así lo demuestran con argumentos muchas veces candorosamente pueriles.

Por ello – aunque pareciera hermanado a la ciencia ficción – me he propuesto hacer el presente análisis sobre un protozoo parásito que eventualmente pudiera dar luz sobre muchas conductas humanas y, a la vez, ayudarnos a comprender fenómenos como la renuncia o al menos la alteración de conductas vinculadas a la forma de vida social que hoy nos rige o la que idealmente debiera regirnos: el toxoplasma gondii.

El “Toxoplasma gondii” es un parásito microscópico causante de la toxoplasmosis, una zoonosis parasitaria considerada en general una enfermedad leve, pero que puede complicarse hasta convertirse en fatal, especialmente en los gatos y en los fetos humanos. El gato es su hospedador definitivo, aunque otros animales homeotermos como los humanos somos también y con alarmante frecuencia sus hospedadores intermediarios (La homeotermia es el proceso mediante el cual un grupo de seres vivos mantienen su temperatura corporal dentro de límites, independientemente de la temperatura ambiental, gracias a que tienen mecanismos para producir calor en ambientes fríos o para ceder calor en ambientes cálidos, consumiendo energía química procedente de los alimentos).

El ciclo de vida del toxoplasma gondii tiene dos fases. La fase sexual del ciclo de vida ocurre sólo cuando parasita en los gatos, sean domésticos o salvajes, y que son los hospedadores primarios del parásito. La fase asexual del ciclo de vida puede ocurrir en cualquier animal homeotermo o de sangre caliente, como otros mamíferos y aves.

En los gatos el toxoplasma reside en la pared del intestino delgado y sale del hospedero en las heces. Estas contagian ratas y otros hospedadores intermediarios y, si los parásitos tienen “suerte”, a su hospedero roedor se lo come un gato y el ciclo entero empieza de nuevo.

En el hospedador intermediario los parásitos invaden células, formando un compartimiento denominado vacuola parasitófora que contienen los llamados bradizoitos, la forma de replicación lenta del parásito. Las vacuolas forman quistes en especial en los músculos, el hígado y el cerebro. Por estar el parásito dentro de las células, el sistema inmunológico del hospedador no detecta. los quistes. El toxoplasma gondii se propaga dentro de estas vacuolas por una serie de divisiones binarias formando los llamados taquizoitos. La célula infestada se rompe, liberando a los taquizoitos, que son mótiles, y es la forma de reproducción asexual del parásito. A diferencia de los bradizoitos, los taquizoitos libres son eliminados por el sistema inmunológico del hospedador, a pesar de que algunos logran infectar otras células formando bradizoitos, manteniendo así el ciclo de vida del parásito.

Sabido es que en su comportamiento natural los roedores tienen una fuerte aversión a los gatos, lo que implica una negativa a transformarse en hospederos del toxoplasma y a ayudarlos a pasar a su siguiente albergue. Sin embargo cuando las ratas y ratones son infectados con toxoplasma cambian su comportamiento, haciendo que se acerquen, en vez de huir del olor de los gatos. Pareciera que quieren ser devoradas por su más temible depredador lo que, es indudable, favorece el ciclo del parásito. Es decir se produce lo que la doctora Joanne Webster, del Imperial College de Londres denomina “la fatal atracción felina”, empiezan a vagar y a llamar la atención de los gatos, incluso se sienten atraídos por su olor. La infestación tiene una gran precisión, en el sentido de que no impacta los otros temores de la rata, tal como el temor a los espacios abiertos o del olor de alimentos desconocidos.

La forma en que se producen estos cambios en el comportamiento era bastante extraña y se presumía restringida sólo a la relación entre ratas y gatos. Sin embargo un trabajo presentado por Manuel Berdoy y su equipo, de la Universidad de Oxford, demostró que el 33% de las ratas salvajes están infectadas con el protozoo y también a través de los gatos, hay toxoplasma en humanos en porcentajes que van desde el 22% en Gran Bretaña hasta el 84% en Francia. En general, la población mundial está infectada entre un 20% y un 80% por este protozoo.

Algunos investigadores han ido más allá y constatado cambios permanentes en el comportamiento humano. Aunque su relación con la esquizofrenia ya había sido sugerida en 1950, es en el año 2003 cuando el doctor Edwin Fuller Torres del Instituto de Investigación Médica Stanley, en colaboración con el doctor Bob Yolken de la Universidad Johns Hopkins logran constatar que la gente que sufre esquizofrenia es casi tres veces más propensa a ser hospederos del protozoo o más susceptible a la infección. El doctor Kevin Lafferty de la Universidad de California en Santa Bárbara, publicó un ensayo en el año 2006 en el que hace notar la correlación entre niveles de neurosis establecidos por estudios nacionales en varios países y el nivel de infección de toxoplasma registrado.

Otros estudios demuestran que los infectados tienen bajos niveles de reacción y están más propensos a involucrarse en accidentes de tránsito. El doctor Jaroslav Flegr, de la Universidad Charles en Praga, revisó la tasa de infección de personas involucradas en tales accidentes, tanto conductores como peatones, y comprobó que ésta era casi tres veces mayor que la comparada con individuos que no la habían sufrido. Un estudio parecido, con 446 accidentados de la población en general, encontró 146 de ellos infectados, lo que ha permitido comprobar que el riesgo de sufrir aumenta 2,65 veces para las personas que tienen el toxoplasma.

De manera similar el grupo del doctor Jaroslav Flegr determinó la presencia de toxoplasma en 857 militares del ejército checo y al someterlos a un cuestionario psicológico, los militares infectados demostraron un bajo interés por el cambio, menos iniciativa, y menos extravagancia y desorden que los individuos sin toxoplasma, además de un cociente de inteligencia más bajo y una menor probabilidad de alcanzar la universidad que los no infectados. Igualmente se constató la reducción en la “búsqueda de novedades” que debe entenderse, entre otras posibilidades, como la falta de iniciativas propias, la resignación ante situaciones dadas y la apatía manifiesta a alterar ideas o convicciones que se aceptan sin ser lógica o razonablemente cuestionadas.

En Turquía el doctor Kor Yereli, de la Universidad Celal Bayar, en Manisa, encontró resultados similares. Después de estudiar la presencia de toxoplasma en 370 accidentados, se constató que son como cuatro veces más los que tienen el parásito. Adicionalmente también se ha comprobado que los hospederos del toxoplasma tienen tiempos de reacción tardíos, menor capacidad de atención, un aumento en comportamientos de alto riesgo y sentimientos de inseguridad, lo que podría explicar las elevadas estadísticas de accidentes de tránsito y muchas veces el comportamiento suicida de sujetos que son propiciadores directos de impactos de vehículos en carretera por manejar a altas velocidades, adelantar en zonas prohibidas, invadiendo carriles contrarios o simplemente ignorando o no logrando llevar a nivel consciente los riesgos que implican sus conductas.

Las investigaciones sobre el tema han establecido la evidencia de que la toxoplasmosis humana causa alteraciones en la conducta y permiten asegurar que causa un síntoma común en hombres y mujeres que consiste en una mayor disposición a experimentar sentimientos de culpa. Lo más curioso es que estos efectos difieren según sea el género del infectado. Los hombres infectados tienen un cociente intelectual más bajo, menor capacidad de concentración, son más arriesgados, anárquicos, independientes, antisociales, desconfiados, celosos y malhumorados. Las mujeres contagiadas, sin embargo, se vuelven más promiscuas, extrovertidas, amigables e inteligentes.

Pero los efectos del toxoplasma no terminan aquí, los niños que han tenido contacto con gatos, parecen tener mayores probabilidades de desarrollar, una vez adultos, esquizofrenia y síntomas neuróticos. De hecho hay una correlación estadística entre el número de neuróticos de un país y la cantidad de sujetos que tienen o han tenido un toxoplasma habitando su cerebro.

Todo esto lleva a considerar como dignas de atención las afirmaciones de investigadores – entre otros el doctor Kevin Lafferty – quienes han postulado que este parásito puede influir o está influyendo en sociedades enteras haciendo que sus miembros sean más o menos arriesgados, asuman conductas antisociales con amplia tolerancia al riesgo, prefieran leyes más o menos estrictas, carezcan de capacidad de reacción ante esos leves o aparentemente insignificantes cambios que hacen privar la tolerancia a un status definido con menosprecio a la posibilidad de cambios, etc., llegando incluso hasta tener consecuencias en los resultados electorales. Esto puede parecer exagerado, pero lo cierto es que todo es mucho más complejo que lo que son las meras apariencias.

Cabe preguntarse si un protozoo puede alterar las conductas y con ello el ámbito de competencia o el libre albedrío del sujeto pensante, ¿qué pasa con la res cogitans de Descartes? En la filosofía cartesiana esta expresión designa a las mentes. Es la realidad de la que cabe el conocimiento más cierto, conocimiento que Descartes describe con la frase "pienso, luego existo". La característica esencial o atributo de la res cogitans es el pensamiento, entendido como el "ser consciente de", y las formas variables de darse o modos del pensamiento en sentido estricto, la voluntad, los sentimientos, los recuerdos y, en general lo que llamamos vivencias. Sin embargo, el “ser consciente de” puede ser alterado por la presencia de un protozoo parásito que nos infecta, modifica nuestra voluntad y nuestra capacidad de decidir e inducidos por la “fatal atracción felina”, arriesgar nuestras vidas e incluso la de nuestros familiares en conductas suicidas al desplazarnos por carreteras sin el freno de una voluntad consciente del riesgo a que nos exponemos.

Cabe valorar, dentro de las variables que consideramos como consubstanciales a nuestra capacidad para decidir, que el yo consciente que elige racionalmente y el inconsciente freudiano tambalean también como explicación racional de tales conductas humanas, sin perjuicio de otros comportamientos que nos resultan incomprensibles y – como ratas – nos expondríamos voluntariamente a ser manipulados y devorados por quienes nos necesitan para asegurar su propia supervivencia.

Recordemos que en un tiempo todos creíamos en la racionalidad del ser humano, pero Freud nos demostró cuánto de nuestro comportamiento estaba influenciado por la biología y como éste podía ser alterado por conductas de nuestros semejantes, incorporando en ellos nuestra propia familia y la sociedad. Cuando la gente consideraba que éramos individualmente responsables de nuestras acciones, nos enseñó el impacto del inconsciente en nuestra capacidad para adoptar decisiones y como éste era moldeado por la sociedad. Cuando todo el mundo creía que la masculinidad y la feminidad eran roles impuestos por Dios, nos enseñó cómo influía en los mismos los patrones dinámicos familiares. El Ello y el Superyo, las manifestaciones psíquicas de la biología y la sociedad, estaban siempre con nosotros, de una forma o de otra, influyendo en nuestras decisiones, aceptadas siempre como soberanas.

Adicional a lo expuesto, debemos también considerar que Darwin nos enseñó que no todos nuestros impulsos se originan en la consciencia, sino que tienen un origen mucho más oscuro y pueden interpretarse como adaptaciones de la especie al medio y así nuestras decisiones no sólo no son completamente racionales, sino que no son tampoco nuestras, del individuo, sino ‘de la especie’, aseveración que resultaba lógica y plenamente válida hasta que el toxoplasma gondii aparece como si, de alguna manera, estuviera dando forma a ciertas culturas y conductas humanas que racionalmente devienen en incomprensibles.

Es difícil aceptar que algunas conductas ni siquiera pertenecen a nuestra especie, sino que son las estrategias de otros seres, en su lucha por la vida, con los que estamos en inextinguible comunión. Tal vez nos estén dando pistas para procurar entender por qué pueblos enteros actuaron como nómadas vagando 40 años por el desierto, en busca de un destino o tierra prometida que podían alcanzar en pocas semanas de desplazamiento, dejando a su paso muerte y destrucción sobre los habitantes de los pueblos que Dios les dio por heredad, o la razón por la que otro pueblo se desplazó por más de un siglo en busca de la tierra que les había prometido su Dios principal, el que estaría señalado por un águila posada sobre un nopal y devorando una serpiente. Es posible también que nos permita encontrar el punto de partida para determinar por qué para la inauguración de una pirámide pudieron sacrificarse miles de prisioneros que formaron cuatro filas de tres kilómetros de largo – según narran cronistas españoles – o el descubrimiento de miles de cráneos humanos metódicamente ordenados en lugares destinados a sacrificios humanos, así como el exterminio de etnias, sin razones válidas para justificarlas.

Todo nos lleva a considerar que al final cada acto, cada decisión, cada gesto, no es sólo producto de la voluntad humana, creyéndonos reyes de la Creación, sino el resultado de un sinnúmero de fuerzas colisionando entre sí, que apenas empezamos a descubrir como posibles, sin que hayamos realmente intervenido en su adopción. Y muchas de ellas se podrían dar por la participación de voluntades ajenas o meras infecciones parasitarias que nos degradan a la simple condición de integrantes de un medio en el que hemos vivido sin llegar a comprenderlo...