EL FUEGO DEL DRAGON
BOLETIN MENSUAL DE OVNILOGIA
Nº 122 – Octubre de 2008
Editado por Carlos Alberto Iurchuk
La Plata – Argentina
"El Dragón Invisible"
Se permite la reproducción parcial o total, por cualquier medio, de los artículos presentados en este boletín. Si así se hiciere, se agradecerá la notificación al autor del artículo y al editor del boletín.
La reina maya
Carlos Alberto Iurchuk
La Plata – Argentina
Los primeros días de septiembre de 2008, por esas vueltas que tiene el destino, me encontraba nuevamente en el sur de México, en la península de Yucatán, recorriendo las ciudades de Cancún, Mérida, Campeche y Villahermosa. Mi cronograma de trabajo era bastante ajustado, ya que sólo tenía unas pocas horas para estar en cada ciudad. No obstante tuve oportunidad de dialogar con muchas personas, la mayoría de las cuales eran orgullosos descendientes de los mayas y en algunos casos hasta hablaban el idioma de aquella importante civilización.
No me sorprendió descubrir que, al igual que sus ancestros, eran personas con mentes abiertas, interesados en temas como el Fenómeno OVNI y preocupados de cómo el hombre está destruyendo la naturaleza. Recuerdo, por ejemplo, como alguien en Cancún se lamentaba de lo rápido que está desapareciendo la Riviera Maya (uno de los lugares más hermosos de América) debido a la instalación de decenas de hoteles. "Y encima estos hoteles pagan literalmente millones de dólares al año en impuestos y muchas personas en Cancún no tienen asfalto o los servicios básicos", agregaba.
Pero fue en la bella ciudad de Mérida donde tuve un encuentro tan inesperado como interesante. Debido a unos problemas que surgieron en la instalación de unos equipos tuve que extender un día más mi estadía allí. Si bien eso provocaba un retraso importante en mi recorrido, resultó más que fructífero debido a las personas que conocí.
Johann y Claudia son una adorable pareja con la cuál compartí una extensa charla en el anochecer de aquel martes 2 de septiembre. La misma abarcó diferentes temas, pero principalmente lo relacionado con la cultura maya, incluyendo un vano intento de enseñarme algunas palabras o frases en aquel idioma.
Como mencioné antes, los descendientes de mayas son personas muy abiertas. Rápidamente surgió el tema OVNI y enseguida Johann me contó un par de experiencias que había vivido. Una de ellas fue una "persecución" de una luz al vehículo que conducían en la ruta de regreso a Chichen-Itzá. La otra experiencia ocurrió en Tulum, la ciudad amurallada del imperio maya que se encuentra a orillas del mar. Estando una noche allí observaron "a menos de cien metros esferas luminosas sobre el mar, que se movían de un lugar a otro. Tan cerca estaban que hasta se oía el zumbido provocado seguramente por el roce del aire. Inclusive hasta se observaba las pequeñas olas que se producían al pasar estas esferas cerca del agua".
Johann pensaba que los OVNIS influyeron de alguna forma en la civilización maya (Esto no significa necesariamente que fueron ayudados a realizar las magnificas construcciones o desarrollar sus conocimientos en diferentes ramas de la ciencia como la astronomía, agrego yo). Al preguntarle sobre la famosa profecía maya del 2012, él pensaba que esa fecha "será un reencuentro con ellos [los tripulantes de los ovnis]".
Según él la civilización maya no sólo vive actualmente en sus descendientes, sino que también en algún lugar de la península un grupo de ellos se encuentran escondidos desde hace siglos. Quizás esperando aquel encuentro del 2012.
Pero de todo lo que hablamos, lo que más me llamó la atención fue una historia que vivió el mismo Johann hace muchos años en aquella ciudad de Mérida:
Cierto día apareció una mujer de pequeña estatura que se colocó a un costado de la Catedral a pedir limosna. Vestía un "huipil" blanco inmaculado. Esta mujer no pronunciaba ninguna palabra. Dos hombres, uno a cada lado de ella, la "custodiaban", también sin emitir una sola palabra. Todos los días este misterioso trío estaba en aquel lugar, siempre con sus vestimentas impecables.
Nadie sabía quién era o de dónde venía aquella mujer. Hasta que comenzó a circular el rumor de que era una reina maya la cuál estaba bajo la influencia de una maldición. Como buen descendiente de los mayas Johann es muy curioso. Y desde el comienzo le intrigó mucho aquella mujer y la historia que se decía de ella. Así que un día, junto a un grupo de amigos, decidieron seguirla.
Esperaron hasta que cayó la noche. Se acercó un taxi hacia donde estaba ella, sus dos "custodias" la ayudaron a subir, y el trío partió en el taxi. Johann y sus amigos los siguieron a cierta distancia. El taxi salió de la ciudad y cuando estaban en un camino desierto el vehículo en el que viajaba Johann se le detiene el motor sin explicación. Intentan dar arranque para continuar la persecución pero no logran hacerlo. Al rato de que el taxi desaparece de su vista es que el motor finalmente enciende. No pudieron explicar este comportamiento del vehículo, que hizo que sus perseguidos "escaparan".
No tardaron en descubrir que era el mismo taxi quien pasaba a buscar a la enigmática mujer. Así que lo estuvieron buscando hasta que dar con él y obtener más información sobre estas personas.
"El taxista comentó que no sabía quiénes eran", me decía Johann. "Le habían pedido que vaya todas las noches a buscarlos a la Catedral y los llevaba a diferentes lugares, fuera de la ciudad. Lugares inhóspitos. Le pagaban y se bajaban en la oscuridad, en medio de la nada. Nunca emitían palabra durante el viaje".
Y tan sorpresivamente como aparecieron, no se volvió a ver más a esta mujer y sus acompañantes. Simplemente un día dejaron de ir a la Catedral y nunca más supieron de ellos…
Tal vez ya había terminado la maldición que pesaba sobre la Reina Maya…
Intercambio telefónico en 1992 con un presunto ummita en el puerto de Santa María
Ignacio Darnaude Rojas-Marcos
Sevilla – España
Un almuerzo apacible
El lunes 9 de noviembre de 1992 transcurrió con normalidad, salvo que Juan José Benítez estaba invitado a comer con Mariluz e Ignacio Darnaude Rojas-Marcos, por encontrarse en tierras gaditanas investigando casos de ovnis y militares. Hacia las dos y media apareció Juanjo por casa en la playa de Valdelagrana, una barriada marítima de El Puerto. Nos sentamos en la terraza a charlar y poco después de las tres llegó Mariluz de su trabajo. Devoramos con entusiasmo y sin dejar de darle al pico la ensalada y los huevos revueltos acompañados de un tinto de Burdeos. Después de la fruta me levanté a fregar los platos mientras Mariluz y Juan José conversaban sobre los reyes de España.
Acompañamos a Mariluz a la esteticienne del barrio, y J.J. y el que relata los hechos emprendimos una larga caminata a lo largo del Paseo Marítimo, al tiempo que nos deleitábamos con sendos Montecristos del color de la piel de las mulatas cubanas. Marchábamos sin prisa alguna platicando acerca más de lo divino que de lo humano, y en particular del candente negocio que a ambos nos ocupa, los objetos no identificados. Nos referimos asímismo al asunto Ummo aunque sólo de manera ocasional, ya que el arriero de los caballos de Troya nunca se ha interesado a fondo por la trama de Wolf-424. Benítez contó de pasada que conserva una grabación en la que un alto cargo asegura haber entrevistado en persona al famoso Mecanógrafo de los informes ummitas, cinta en la que el Perito Mercantil pone al corriente de sus actividades como empleado administrativo al servicio de los inmigrantes del planeta Ummo. El periodista navarro narró también que, además de las conocidas fotografías ya publicadas, existen otros nueve negativos inéditos, tomados no por "Antonio Pardo" sino por un segundo fotógrafo anónimo, del aparato discoidal con la clásica insignia de Ummo [ )+( ] que según dicen sobrevoló los castillos en la barriada madrileña de San José de Valderas el primero de junio de 1967, año y medio después del primer supuesto aterrizaje ummense en el no lejano distrito de Aluche, el 6 de febrero de 1966. Estos detalles sobre Ummo los incluímos a título meramente anecdótico, ya que el "astro frio" a 14,4 años-luz no acaparó en modo alguno la prolongada charla de los caminantes machadianos.
A eso de las siete despedí a Juanjo, que se encaminaba hacia Algeciras, donde iba a pasar la noche y entrevistarse con su buen amigo y colega cazaovnis Andrés Gómez Serrano. El viaje no lo llevó a cabo como sería de esperar en calidad de jinete en su consabido corcel de madera con las tripas atestadas de la quinta columna troyana, sino a bordo de un viejo Mercedes-180 achacoso por los muchos miles de kilómetros recorridos a la busca de marcianos. Antes de que arrancara lo hice depositario del artículo de Bob Girard El enemigo alienígena, pieza de alta tensión ufológica. Subí al sexto piso, me enfundé un confortable chándal, y tras lavarme la cara y las manos por el bienestar que ello otorga, me arrellané en el sofá dispuesto a concederme la indulgencia de empaparme El País con la máxima parsimonia y paz de espíritu.
La llamada ummita
Entonces, cuando más enfrascado estaba enterándome de lo que las agencias de prensa deciden que pasa en el mundo, sonó el teléfono. Me levanté de mala gana y lo descolgué. No entendí lo que me decían, atribuyéndolo a que estaba abierto el ventanal de la terraza y además en la cadena resonaban los acordes de la Partita Nº 6 del emperador de la música universal Juan Sebastián Bach. Apagué el tocadiscos y cerré la puerta de cristal y aluminio con ánimo de amortiguar los ruidos externos. Oí una suerte de gruñido extraño, gutural, trabajoso y algo más zoológico que humano. El fulano hablaba quedo y más bien rápido, pronunciaba como los demonios y no había Dios que le entendiera. Parecía como si le costara enormemente emitir sonido, y se expresaba cual los malos en las películas del oeste cuando musitan su última estupidez antes de expirar. Aquel tipo padecía desde luego algún problema en la garganta o era un experto ventrílocuo. Para colmo su resto de voz no se percibía nítida sino empañada por interferencias o un rumor de fondo, lo que dificultaba aún más su comprensión.
Pero no acaban aquí los males. Sobrepuesta a la locución principal, creí advertir otra articulación por lo bajini, de timbre femenino, que parloteaba casi a la vez, aunque no simultáneamente. Se me ocurrió la extravagante idea de que una mujer-apuntador le estaba susurrando al otro lo que tenía que decir. A todo esto la fonación, o las voces, continuaban con su perorata y yo me quedaba in albis. Procuré concentrarme al máximo como hacen los yogis a ver si conseguía descifrarlos, pero sin gran éxito.
Diálogo de besugos
Por los motivos apuntados me perdí una parte, no sé si la mejor, del impresentable discurso inalámbrico. A continuación se transcribe lo poquito que más o menos pude captar del esforzado farfulleo gangoso, una versión gratis y harto frustrante del teléfono erótico alienígena:
- EL INTERLOCUTOR (ELINT): "(…)" [ Dijo algo, que yo, ni idea ].
- IGNACIO DARNAUDE ROJAS-MARCOS (IDRM): Perdone, ¿cómo dice?
- ELINT: "(…)" [Murmullos irreconocibles].
- IDRM: Me va a perdonar, pero no consigo entenderle bien. ¿Podría hablar más claro y un poco más fuerte?
- ELINT: ¿Ignacio Darnaude? ¿Es usted el señor Darnaude Rojas-Marcos?
- IDRM: Sí, soy yo. ¡¿Qué pasa?!
- ELINT: "(…)" el origen extraterrestre "(…)".
- IDRM: Perdón una vez más. Lo siento, pero no acabo de entender lo que me dice.
- ELINT: (...) el origen extraterrestre de Ummo. Le pedimos que no grabe esta conversación. No la grabe.
- IDRM: No, no. Yo no la estoy grabando, ni la pienso grabar. Y no soy tampoco una grabadora; tengo mala memoria. ¿Me está usted preguntando si creo en el origen extraterrestre de Ummo?
- ELINT: Sí señor, justamente.
- IDRM: Sí, me temo que los de Ummo no son de aquí. Sin embargo pienso también que una buena parte del contenido de las cartas e informes de Ummo no es verídico, que no expresa la verdad.
- ELINT: Esa es una reacción inteligente.
- IDRM: ¿Son ustedes oriundos del planeta Ummo?
- ELINT: Sí.
- IDRM: ¿Desde dónde me llaman en este momento?
- ELINT: Desde Valencia.
- IDRM: ¿Cómo dice? ¿Desde Valencia, España?
- ELINT: Sí, señor.
- IDRM: ¿Cómo me han conocido ustedes a mí?
- ELINT: Por sus investigaciones sobre Albacete y Doña Margarita.
- IDRM: ¿Sabe usted que estoy escribiendo un catálogo de cartas de Ummo?
- ELINT: Sí, lo conocemos.
- IDRM: ¿Aprueban Vds. la elaboración de este repertorio, o la desaprueban?
- ELINT: La aprobamos.
- IDRM: ¿Me van ustedes a remitir algún escrito?
- ELINT: No se lo podemos asegurar.
- IDRM: Quería preguntarle…
- ELINT: Señor, me va a perdonar, pero tengo que colgar, por motivos de seguridad. Nos están escuchando.
- IDRM: ¿Qué me sugieren ustedes, en cuanto a la preparación de este listado de documentos de Ummo?
- ELINT: [No contestó. Oí unos chasquidos como si el micrófono estuviera golpeando contra algo metálico; luego silencio, tal si hubiera colgado el auricular; y a continuación el típico din-din-din... de un teléfono cuando comunica. Todo había terminado].
Posibles interpretaciones
Me levanté desconcertado, hecho un lío y sin saber qué pensar. Y la verdad que bastante cabreado por la fugacidad de la llamada, sospechando que me habían tomado el pelo. Rápidamente me puse a garrapatear notas sobre lo que habíamos hablado, para que no se me olvidara. Estaba concentrado en esta tarea cuando regresó Mariluz.
- Oye, me acaba de llamar uno de Ummo.
- ¿Quéeeeeee? ¿De Ummo? [Noté que se había quedado de piedra].
- Que sí, coño, hace diez minutos. Un tío con una voz muy rara.
- ¿Y qué quería? ¿Para qué te ha llamado?
- Pues yo qué sé. Estos hijos de puta son muy bondadosos pero no sueltan prenda. Aquí estoy que me subo por las paredes. Por cierto, te han dejado francamente guapa en la peluquería. Oye, es que lo eres, me acabo de dar cuenta. Anda, ven, ponte aquí cerquita y consuélame como una geisa ummoica, porque tengo los nervios de punta.
- ¿Guapa yo? Tú lo que eres un ligón, pero ya te tengo calado. Si te hubiera llamado una ummita estarías de mejor humor. Parece que te han dado un disgusto.
Estuvimos un rato debatiendo el posible origen de la llamada, y lo primero que se nos vino a la cabeza es que se trataba de una broma, hipótesis que no obstante presenta algunos problemas:
Tunguska: Causas de una explosión
(Segunda parte)
José Manuel García Bautista
Sevilla – España
Causas de una explosión
A lo ya dicho anteriormente cabría añadir las hipótesis sobre dicha explosión a modo de simple apunte, encontraremos en este peregrinar interesantes y sorprendente trabajos sobre el origen de la tragedia siberiana.
La explosión la causó un meteorito
Esta hipótesis la planteó en 1927 el científico ruso Lenoid Kulik, minerólogo del Museo de San Petesburgo y avalada por colegas como Kyrill Florensky, Yevgeni Krinov y Vassili Fesenkov en 1951. Según este grupo de científicos el objeto debió explotar en el cielo y tener una masa de, al menos, cien mil toneladas. Kulik precisó la zona afectada por el impacto del hipotético meteorito en los 60º lat. N y los 120º long. E. a 65 kilómetros de Vanoara.
La zona se vio en el año 1984 cruzada por un bólido... y muchos recordaron la explosión de 1908 y la hipótesis del meteorito de Kulik.
La explosión la causó un cometa
Fueron Kyrill Florensky y Vassili Fesenkov quienes desterraron la idea del meteorito y se acomodaron a esta otra del cometa. Según estos científicos rusos el cometa al entrar en nuestra atmósfera se habría volatilizado generando un intenso calor por la fricción.
En julio de 1992 el cometa Shoemaker-Levy sería descubierto por estos científicos que otorgaron su nombre al suicida astronómico... en su caso el impacto contra el planeta Júpiter prometía ser un fenómeno digno de estudio y sería una buena piedra de toque para establecer comparaciones con un posible impacto contra la Tierra de un cometa – ¿tal vez como en el caso de Tunguska? – El resultado del impacto contra Júpiter sería tremendo... 1994 fue conocido en ámbitos astronómicos como el año de Shoemaker-Levy y su catástrofe sideral.
Florensky y Fesenko no supieron resolver las preguntas de otros experto sobre esta su personal hipótesis y la desecharon como causa explicativa de la explosión.
En la actualidad se cree que de haberse tratado del impacto de un cometa debía haber sido en todo caso de un fragmento del cometa Encke compuesto por Condrito Carbonáceo (escombro planetario). Que habría tenido una trayectoria cercana al Sol haciendo imposible su localización y al ser muy pequeño tal y como lo demostró el astrónomo checo Lubor Kresak quién en 1976 dijo que la órbita del objeto deducida de su dirección y ángulo de impacto en Tunguska es muy similar a la del cometa Encke, de unas dimensiones de 100 metros de diámetro y un millón de toneladas de masa y cuyo polvo originó las brillantes noches sobre la zona y el resto de Europa.
La explosión la causó una bola de nieve
El meteorólogo Dr. Golenetski formuló la hipótesis de que tal vez la explosión la provocó una gran bola de nieve de 300 metros de diámetro y 100.000 toneladas de peso...
La explosión la causó un súper-rayo
Nevki y Balklavs desarrollaron una curiosa hipótesis por la cual un rayo cayó sobre Tunguska y causó dicha explosión. Pero no dan mayores explicaciones que la típica formación de un rayo de origen natural.
La explosión la causó un terremoto
El profesor Rasteguin tras diversos estudios vía satélite y por infrarrojos afirmaron que la causa de la ya famosa explosión no había sido otra que un terremoto debida a la ruptura de los depósitos de petróleo del subsuelo de esta región siberiana, sin embargo ese terremoto no habría sido captado por otro muchos lugares de la propia Rusia o Europa oriental... un gigante con pies de barro.
La explosión la causó un tornado
Esta hipótesis la lanzó el profesor Sitin sin demasiados argumentos, simplemente que un extraordinario tornado arrasó la zona...
La explosión la causó un bloque de hidrógeno sólido
En nuestra atmósfera habría penetrado una masa de hidrógeno que al ponerse en contacto con nuestro oxígeno y la fricción habría provocado una tremenda explosión.
La explosión la causó una señal laser extraterrestre contra la Tierra (ahí queda eso...)
Pocas palabras más hay que añadir, según sus creadores "los extraterrestres nos habrían castigado lanzando un rayo láser contra la Tierra a modo de advertencia". Los científicos se atreven a decir que esa señal provendría de la constelación del Cisne, de la estrella PSI.
La explosión del coágulo de polvo cósmico
Ideada por los doctores Ghennadi Plekhanos y Nikolav Vassiliev postula que la saturación por polvo cósmico en nuestra atmósfera habría provocado una deflagración a 8 kilómetros de altura sobre Tunguska que habría provocado el desastre.
La explosión del meteorito de antimateria
La antimateria está constituida por partículas subatómicas con cargas contrarias a las de la materia, el electrón sería positivo y el protón negativo. El contacto entre materia y antimateria sería de un aniquilamiento mutuo y la desintegración de las mismas. Fue en 1948 que la revista "Nature" de la mano del norteamericano La Paz la descubrió. Se supone que una porción de antimateria de entre 300 y 400 gramos entró en nuestra atmósfera procedente de un paraíso de antimateria y originó la explosión.
La explosión la provocó un agujero negro
Albert Jackson y Michael Ryan (Universidad de Texas) en 1973 creyeron haber encontrado la causa de la explosión de Tunguska, para ello dijeron que ese día de 1908 los ríos registraban el sentido de la corriente cambiado y que los árboles fueron arrancados por algo que los absorbió desde el cielo.
Estos dos científicos afirmaron que si un agujero negro se acercara a nuestro planeta provocaría una explosión similar a la de Tunguska y las partículas ionizadas provocarían fenómenos luminiscentes en las noches terráqueas. Según Jackson y Ryan el agujero negro habría salido por el Atlántico Norte a 1.800 kilómetros de Nueva Escocia (Canadá) y habría provocado cataclismos submarinos como desplazamientos de agua o Tsunamis (olas gigantes). La revista "Focus" en 1984 indicó que en 1908 se registraron en el Atlántico dichas anomalías submarinas...
La explosión la causó una explosión atómica
Científicos como el Dr. Alexei Zolotov o el Dr. Boris Konstantinov en una comparativa de los gráficos del 30 de junio de 1908 y los correspondientes a los lanzamientos de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki establecieron paralelismos muy notables en las curvas sísmicas de los mismos así como en el efecto de crecimiento vegetal en la zona y las anomalías en los mismos, en su opinión ese crecimiento en Tunguska sólo lo podría haber originado una explosión atómica.
Vladimir Nekhedov del Instituto de investigaciones Nucleares de Moscú demostró la presencia de radioactividad en Tunguska a bajos niveles en 1967. Actualmente se buscan nuevos indicios de una explosión nuclear en la zona.
Miembros de la Aerodinámica de Moscú, Igor Zotkin y Mijail Tsikulin, a la sazón miembros de la Comisión Investigadora de Meteoritos de la Academia de las Ciencias de la extinta URSS, realizaron un experimento para simular la explosión de Tunguska. Para ello recrearon un bosque en miniatura sobre el que colocaron una importante cantidad de dinamita y reproducir la onda expansiva hipersónica del paso balístico del objeto a través de la atmósfera. El experimento demostró que la explosión la causó un objeto que detonó sobre el lugar con características similares al de una explosión nuclear.
En 1965 los físicos norteamericanos Cowan, Atluri y Libby encontraron un alto niel en radiocarbono en los anillos de los árboles de Tunguska. Los que apoyan esta hipótesis dicen que debido a la ráfaga de neutrones que provoca una explosión nuclear que convierte el nitrógeno atmosférico en C-14 (carbono 14) y que es absorbido por las plantas en la fotosíntesis.
Los testigos lejanos de la explosión de Tunguska dijeron haber visto una columna de fuego alzarse y culminar en una "bola iluminada" y tras ella una ola de calor o "viento de la muerte", descripción muy cercana a las mismas que relataron los supervivientes de Hiroshima y Nagasaki.
La explosión la causó una nave extraterrestre
Esta hipótesis la popularizó la revista soviética "Vokrug Svets" en 1946 bajo un artículo llamado "La Explosión" y que hablaba precisamente de Tunguska. En el mismo se hablaba de una nave extraterrestre propulsada por energía nuclear que explotaría sobre los cielos de la estepa siberiana.
El científico ruso Dr. Monotskov basándose en los datos del Observatorio de Irkust determinó la velocidad del artefacto en unos 2.500 km/h, lo que indicaría que no podía ser un meteorito ya que estaría en proceso de frenado y que el objeto se desvió antes de explotar... Siguiendo con sus investigaciones demostró sobre el papel que si el origen de la explosión lo buscáramos en un bólido éste debería de haber tenido un volumen de mil millones de metros cúbicos, un tamaño increíble que hubiera provocado una devastación aún mayor. Pronto apoyarían esta hipótesis reputados científicos como el Dr. Alexander Kazantsev (Director del Departamento de Toberas para Cohetes Cósmicos de la Academia de las Ciencias de Rusia) y por el Dr. Félix Siegel, experto en astronomía.
La explosión la originó el rayo de Nikola Tesla
Esta hipótesis defiende que una experiencia de transferencia de energía a través de la atmósfera habría provocado la explosión en Tunguska. Como "prueba" que avalaría esto tendrían los defensores de esta hipótesis los recientes programas HAARP y ROTHR que serían programas de investigación con frecuencias y energías que serían todos un derivado de las teorías del científico y genio yugoslavo Nikola Tesla (1857 – 1943). El proyecto HAARP, desarrollado en Alaska, sería de gran interés ya que controlaría los procesos ionosféricos usando grandes complejos de antenas como los ideados por Tesla y que podrían provocar grandes descargas electromagnéticas. ROTHR tendría un proceso y una finalidad similar pero con bases más antiguas. El HAARP sería el sustituto natural del ROTHR y según la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense serían simples elementos de control de comunicaciones...
Fue Lee De Forest quien especuló que Tesla había experimentado con los denominados "torpedos dirigibles" y añadió que sus experiencias podían crear descargas eléctricas remotamente. Se habló de rayos que podían derribar naves en el aire provocando una descarga eléctrica e incluso el científico Harry Grindell Matthews investigó y trató de desarrollar los denominados "rayos diabólicos" como arma de guerra. En mayo de 1925 el Dr. Wall solicitó una patente para transmitir energía eléctrica en cualquier dirección sin el uso de hilos conductores. En ese mismo año el "Chicago Tribune" anunció en las páginas de su periódico que el gobierno alemán tenía como arma de guerra los denominados "rayos de la muerte". Los soviéticos en el año 1928 revelan que el ingeniero ruso Grammachikoff ha creado un arma electromagnética para inutilizar y destruir los aeroplanos en pleno vuelo. Se realizó una demostración en el aeródromo de Podosinsky en las proximidades de Moscú convenciendo favorablemente al comandante Rosenholtz.
El científico J. H. Hamil ofreció el invento de un científico alemán para que los americanos tuvieran su "rayo de la muerte". Al parecer el rayo habría sido probado exitosamente en Baviera sobre aeroplanos franceses. El científico inglés afirmó que todos estos trabajos se debían a los importantes estudios desarrollados por Nikola Tesla hacía 30 años. Las pruebas las realizó en los resortes de Colorado y tenían como eje una gran bobina eléctrica. Las pruebas serían recordadas por el uso de la gran bobina y un poste de 200 metros en cuyo extremo se hallaba una esfera de cobre donde se generó los potenciales que descargaron su "efecto relámpago".
Los habitantes del lugar afirmaron que el atronador ruido se pudo oír a más de 20 kilómetros de distancia y que la tierra parecía cargada de electricidad provocando efectos muy curiosos en la zona similares a los famosos fuegos de San Elmo. Con posterioridad el propio Tesla habló en diferentes medios sobre su invento y sobre los inconvenientes creados en el Powerhouse de la Colorado Springs Electric Company al reventar arios generadores cuando realizaba sus pruebas en corrientes de alta frecuencia y gran alcance. El rayo de Tesla podía ser una indudable arma de guerra y según sus propias palabras: "Capaz de detonar por medio de corrientes a alta frecuencia objetivos a varias millas de distancia". Diferentes declaraciones a diferentes rotativos realizadas por Tesla hacían presagiar que el "rayo de Tesla" era algo más que un simple proyecto. Entre los años 1931 y 1933 hubo una gran controversia debido a estas declaraciones ya que según el propio Tesla "hacía más de 25 años que todo fue creado", lo que nos daría una fecha muy cercana a 1908, año de Tunguska. Esta información está disponible mediante su correspondencia en la Colección de la Biblioteca de la Universidad de Columbia (EE.UU.).
Las patentes de Tesla las encontramos en el número 685.957 bajo el nombre "Aparato para la utilización de energía radiante", concedida en noviembre de 1901. Robert Johnson publicó parte del trabajo de Tesla apoyándose en los estudios del año 1900 y como resultado de las experiencias llevadas a cabo entre los años 1899 y 1900. En 1913 se concede la patente sobre una turbina ideada por Tesla con número 1.061.206 así como una "máquina dinamoeléctrica".
La ida de Tesla se encuentra repleta de patentes e inventos que giran todos en torno a la producción de energía y transmisión de la misma. Se da la circunstancia de que el 30 de junio de 1908, Tesla, acompañado de George Scherff probó un "extraño artilugio" desde la torre de Wanderclyffe (Long Island) para tratar de localizar la expedición de Robert Peary en el Polo Norte, apuntando con su aparato hacia dicha e indeterminada zona. Cuenta la ya leyenda que un búho se cruzó en la trayectoria de la señal emitida por el aparato y quedó desintegrado... Esa misma mañana Tunguska se convertía en un infierno y en un enigma insondable con consecuencias extraordinarias: alteraciones en el campo electromagnético de la Tierra, tormentas geomagnéticas en la zona afectada, magnetización del suelo, un pulso electromagnético similar al producido cuando estalla una bomba atómica o nuclear, auroras boreales de carácter "extraño", noches brillantes, mutaciones genéticas en vegetales y plantas, crecimiento acelerado de la flora y fauna del lugar, incremento del C-14 y extraña presencia de radiación y quemaduras en las personas o animales supervivientes y expuestas a la misma.
El investigador Oliver Nichelson apoyándose en los textos y escritos de Tesla al "New York Times" sobre la posibilidad de transmitir electricidad sin hilos a cualquier lugar del planeta, sumado al genio inventor del yugoslavo de nacimiento y padre de la corriente alterna más la experiencia fallida de localizar a Peary desde Long Island y causante de un error de cálculo que provocó la tragedia de la zona esteparia de Tunguska. Esto también explicaría la ausencia de cráter en el lugar.
Sea como fuere, estas han sido algunas de las hipótesis de trabajo de muchos investigadores acerca de la terrible explosión de Tunguska. Al comienzo de este relato surgía la pregunta de: "¿Qué hubiera sucedido de haber detonado sobre una gran urbe?" Los efectos hubieran sido demoledores, una tragedia sin precedentes e inimaginable.
Actualmente desconocemos las causas que originaron aquel cataclismo local sin víctimas humanas reconocidas. Lo expuesto durante este relato conforma en la mente del lector una idea aproximada de lo que pudo causarlo, unas más posibles que otras. En todo caso sea Vd. mismo el que juzgue.