MI PRIMER AVISTAJE EN VICTORIA POR DANIEL VALVERDI

En la primavera del año 1991, decidimos con mi amigo Conrado ir a pescar a la provincia de Entre Rios, a un sitio donde en una oportunidad me habian llevado unos compañeros de mi trabajo, Victoria.
Daniel Valverdi

En la primavera del año 1991, decidimos con mi amigo Conrado ir a pescar a la provincia de Entre Rios, a un sitio donde en una oportunidad me habian llevado unos compañeros de mi trabajo, Victoria.
En aquella oportunidad fuimos solos. Llegamos un dia jueves por la noche, y permanecimos hasta el mediodia del sabado. Acampamos en el camping del puerto de Victoria, desde donde pescabamos. Por la noche, mientras esperabamos por algun pique, notamos que en el horizonte, se dejaba ver algo extraño. Era un resplandor de color verde, como si fuera de relampagos previos a una tormenta lejana, pero verde esmeralda.
Esto se repitio en varias oportunidades, y no comprendiamos que podia ser. Especulamos con que «alguien estaria soldando con soldadura electrica» (¿pero verde?). Al dia siguiente preguntamos a varias personas si habia algo en la direccion en la que la noche anterior vimos ese efecto en el horizonte, y la respuesta fue «nada mas que campo». Vale aclarar que el verdor de la luminiscencia que apreciamos se reflejaba en la oscuridad del cielo. Nos volvimos a Buenos Aires, con la inquietud de saber que fue «eso».
Al poco tiempo de nuestro viaje, supimos por los medios, que en Victoria se habian visto ovnis. Es asi que en un programa de television, «El Publico quiere Saber» se presentaron Silvia y Andrea Perez Simondini, haciendo un comentario sobre los casos ovni en Victoria y sus propias investigaciones. Lo comentamos con Conrado, y planificamos un fin de semana ir de nuevo a pescar, en el agua y en el cielo.
En esta oportunidad, nos acompaño mi hijo mayor Juan Pablo que en ese entonces tenia trece años, fue a fines de febrero, principios de marzo de 1992. Ya casi llegando a Victoria nos detuvo la policia caminera para realizar un control de rutina. Estando todo en orden y en condiciones de reiniciar el camino, le preguntamos al policia si en la zona se habian visto ovnis, nos respondio con entusiasmo que si, en los campos cercanos se habian visto algunas luces extrañas en el cielo, e inclusive nos comento de un caso donde en una chacra de la noche a la mañana se habia vaciado un tanque australiano luego de haber sido vista una de las dichosas luces.
Los dias que nos tocaron fueron realmente sofocantes, no se soportaba el calor ni siquiera a la sombra. Durante la primera jornada, de dia pescamos y por la noche nos dedicamos a mirar el cielo pero no pudimos observar nada.
Al dia siguiente, por la tarde, estando en el camping charlando a la sombra, vimos ingresar un automovil y bajar de el una señora. Le comente a mi amigo que era Silvia Perez Simondini, a quien habiamos visto en television. Conrado se acerco a la mesa donde ella se encontraba junto a otras personas, entre ellas Andrea su hija y nos invito a que nos acerquemos. Nos vieron realmente interesados en el fenomeno y nos relataron algunas de sus vivencias en un sitio al que llamaban «El Hipodromo», lugar donde nos invitaron a ir esa misma noche. Nos indicaron como llegar al lugar, y alli nos encontrariamos a las 22:00 hs.
Mientras nos acercabamos por la ruta, buscando la referencia para doblar a la derecha ibamos muy tranquilos, pero luego de ingresar en el camino que nos llevaria al sitio indicado nuestra tranquilidad fue desapareciendo metro a metro. Dicho camino esta flanqueado a derecha e izquierda por una frondosa arboleda, la cual » siendo de noche » da la impresion de ir por un tunel. No veiamos nada. Ni luces, ni casas… Nada.
Ya muy cerca de llegar a destino, nos invadio un temor que nos hizo dar la vuelta y regresar a la ruta, volviendo al camping. Por «casualidad» nos encontramos con Andrea que iba hacia el Hipodromo en moto y decidimos regresar al lugar acompañados por ella. Con la precaucion de bajar las luces del auto al llegar al sitio, y con la tranquilidad de estar acompañados por Silvia, Andrea y otras personas, nos dedicamos a observar atentamente lo que alli ocurria.
Infinidad de luces, como pequeñas estrellas surcaron el cielo durante las cuatro horas y pico que permanecimos en el lugar. Un haz de luz (al parecer salia del suelo), a modo de reflector iluminaba hacia el cielo, con movimientos de giro y trasladandose a izquierda y derecha. Mientras comentabamos lo que veia uno y otro, ante nosotros a unos trescientos metros de frente a la derecha de una arboleda, vemos una luz blanca palida, no brillaba, con forma romboidal achatada, como posada sobre el suelo. Nuestro asombro era inconmensurable. Era la primera vez que ibamos a «esperar», y teniamos ante nosotros semejante cuestion!!!
Durante un instante quede extasiado observando, no lo podia creer, despues comence a notar que dado la proximidad de la arboleda esta debia estar iluminada por «eso», pero muy al contrario parecia que no iluminaba los alrededores. Era solo la luz con forma definida como antes explique. Otro detalle que recuerdo, es que nadie la vio llegar alli, es como que aparecio de la nada, y despues de algunos minutos, cinco o seis, desaparecio de la misma forma. No volo, ni se movio, ni se hundio en la tierra. Al volver al camping permanecimos un largo rato comentando lo suscitado.
A la mañana siguiente fuimos a comprobar si existian huellas, y no encontramos ninguna marca en el piso ni en los arboles, los cuales nos permitieron apreciar el tamaño de lo que vimos la noche anterior, calculamos que la altura seria de unos tres metros de altura por cinco de ancho.
Al regresar nos encontramos con un señor en la puerta de una chacra, y decidimos parar a preguntarle si habia visto algo dado la proximidad del lugar. Nos conto que varias veces pasaban «luces» por sobre su chacra iluminando tanto el campo como su casita, «parecia de dia» nos comento, y en una de esas oportunidades el tanque de agua tipo australiano se lo vaciaron, tal como nos habia contado el policia de la caminera.
Esta fue una experiencia inolvidable y la primera que vivimos en Victoria, Entre Rios donde a partir de ese momento, entablamos una maravillosa relacion con Silvia y Andrea Perez Simondini, a quienes les debemos mucho de todo lo que hemos conocido del fenomeno ovni, y les estamos enormemente agradecidos.
Casi todos nuestros viajes a Victoria han tenido algun episodio interesante, que en otra oportunidad les relatare con mucho agrado.