SUPUESTO SECUESTRO EN WINIFREDA

TITULO: SUPUESTO SECUESTRO EN WINIFREDA
AUTOR: Alejandro Cesar Agostinelli
FUENTE: UFO PRESS N° 22 agosto 1985
Informe preliminar

El protagonista central de la increible historia es el comerciante de hacienda Julio Platner. Hubieramos querido comenzar esta nota sin adjetivaciones apresuradas, mas cuando la que acabamos de usar habla de incredibilidad. En definitiva, un calificativo bastante turbio si se advierte que el autor es aficionado a jugar con el doble sentido de las palabras.

¿Y entonces? Es que la historia es ciertamente increible, pero complica las cosas una interesante comprobacion: es contada por un hombre -a primera vista- digno de credito.

Sin embargo, y como estamos en esta lucha simplemente para que la verdad no pierda su honor, guardemos el entusiasmo un instante para reemplazarlo por una virtud radical (la calma, por si no se dio cuenta): muy bien podra tratarse de una constatacion interesante, pero tambien de una subjetiva constatacion.

Un grupo de integrantes de la CIU, en el labo. rioso tramite de coordinar un voluminoso expediente sobre el Caso Platner», llego a la conclusion que la investigacion no ha hecho mas que comenzar (a pesar de las multiples visitas realizadas el lugar por distintos miembros de la agrupacion, incluyendo una del autor a pocos dias de conocidos los hechos), quedando entonces en el tintero mucha tinta por correr y bastantes mas dudas cuya resolucion sigue pendiente.

El episodio sucedio cuando el sol ya habia caido bajo la linea del horizonte Pampeano de un pequeño pueblo rural llamado Winifreda, muy proximo a la ciudad de Santa Rosa. Eran aproximadamente las 19.30 del martes 9 de agosto de 1983 cuando…
Un momento. Antes de seguir con el relato de Platner viene al caso una aclaracion sumamente necesaria, entre otras cosas para no crear falsas ilusiones. Como se ha dicho, este es solo un adelanto, un anticipo que resume los rasgos generales del caso, no encontrara a continuacion ninguna conclusion, como asi tampoco un aval que garantice la exactitud del contenido del informe, aunque si respete cuidadosamente las vivencias señaladas por Platner en distintas encuestas.

Por lo tanto, las particulares connotaciones involucradas en el testimonio de Julio Platner -mas otras incidencias secundarias que rodearon al protagonista y su relato- nos ha hecho notar que estaria plenamente justificado preparar un volumen especial, integramente dedicado al conjunto de las implicancias que nos hacen considerar al «CasoPlatner» como uno de los sucesos ufologicos argentinos que reviste mayor interes de los ultimos años, resulte o no «legitimado», si acaso es esto lo que aspiramos considerar.

Claro esta que se trata de un episodio, ante todo, complejo. Empero, por ahora estamos inclinados a suponer que las complicaciones a que hacernos referencia no acusan al caracter, al contenido sustancial del testimonie,. expresado por Ju Platner, sino, mas bien, parecen tener que ver con las interpretaciones que de aquel se pueden extraer.

No obstante, reiteramos, reservaremos cualquier conclusion para la edicion que en un futuro, esperamos no muy lejano, saldra a la luz. Tales reservas, desde luego, no las justificamos precisamente porque consideremos oportuno agregar una dosis de misterio a este asunto ya de por si bastante oscuro.. pero tampoco por un exceso de precaucion. (Al contrario, lo cierto es que resulta irresistible comenzar ahora mismo a hilvanar hipotesis en torno a los datos que manejamos actualmente.) Se trata de una actitud serena y, a la vez, altamente recomendable para todos aquellos que se encuentren ante un suceso de estas caracteristicas: mantener cierta prudencia mientras todavia se ignoren elementos relativos a la psicologia del supuesto testigo. Entonces, seguimos pendientes de la realizacion de una serie de experiencias que esperamos aporten nuevos datos que nos permitan abrir un juicio que, al menos, intente llegar a una version aproximada de los hechos aludidos como reales por la unica persona que parece estar en condiciones «individuales» de garantizarlo: Julio Platner.

Ahora bien: ¿Que ocurrio entonces el martes 9 de agosto de 1983, segun Julio? A continuacion, un resumen de su testimonio.

1. Introduccion

Platner terminaba de gestionar una venta de cereales para el cliente que visitaba en su establecimiento, Don Antonio Fisher. La señora de Fisher, mientras los hombres discutian sobre negocios, miraba una telenovela que termino a las 19. 30, poco mas, poco menos. Dada la hora, y enterado de que ya habia oscurecido, Julio decidio ir a su casa. Fisher lo acompaño hasta el patio que esta al frente del establecimiento, donde Platner tenia estacionada su camioneta. El dueño de la hacienda rural despidio a nuestro hombre previa recomendacion de que cierre con cuidado la puerta de entrada a la finca para que no escapen los caballos, que estaban sueltos dentro del campo alambrado en toda su periferia.

Recorre Platner los 1.000 metros que separan la casa de la salida, ubicada en linea recta sobre la ruta 35, y mientras va por ese no de tierra descubre tras una lejana arboleda un reflejo brillante, aunque aquello en ese momento no llega a captar su atencion.

Desciende del automovil para abrir el porton y, apenas alcanza a entornarlo, divisa una masa de intensa luminosidad que se le viene encima («parecia la luz de una soldadura autogena»). Al mismo tiempo que se abalanzaba sobre el aquel resplandor, oye un sonido semejante al que produce ‘la turbina de un camion» Con el brazo derecho cubre sus ojos y, acto seguido, pierde el conocimiento.

2. «Solo una habitacion»

Recupera la consciencia en el interior de un amplio cuarto. Don Julio se encontro recostado sobre una camilla o «un sillon, parecido al que usan los odontologos», y rodeado por cuatro raras criaturas que lo observaban con atencion.

«La pieza era esferica, nunca pude determinar una esquina, no habia ningun rincon», dijo Platner. A la curvatura de las paredes agrega en su relato otra observacion. Ellas estaban como «acolchadas» «Parecian recubiertas por un tapizado, ya que en ciertas partes se notaba como un hundimiento «, describe Platner, al tiempo que destaca el color beige como el predominante. El ambiente daba la impresion de que estaba iluminado por si’ mismo, ya que «no vi ninguna fuente de luz» A su derecha, en cierto momento, observo un relieve rectangular empotrado sobre la pared. Se trataba de una especie de «vitrina» (en cuyo interior no advirtio ningun detalle), y que fue facil detectar pues, su brillo contrasto con el resto del ambiente, mas opaco y desprovisto de cualquier otro elemento distintivo.

3. Cuatro extrañas criaturas

Los cinco minutos que estima Platner haber estado en aquella habitacion los paso en la compañia de cuatro entidades de conformacion antropomorfica parecidos entre si y todos ellos de figura proporcionada en relacion a su altura, de alrededor 1,60 m,

Delante de Platner se ubicaban dos de los seres. El de la derecha lo adivino de sexo femenino, sobre todo por sus contornos, A los costados, y levemente atras, se situaban los otros dos. Uno de ellos, mientras, duro su insolito cautiverio, mantuvo sujetado con su mano el hombro diestro de Julio.

El rasgo de las entidades que mas llamo la atencion de Platner fueron los ojos. Grandes y redondos, no tenian movilidad ni parpados, lo que al comienzo le produjo la impresion de ser objeto de una mirada fija e intensa. Los ojos no se alojaban en una cavidad sino que sobresalian, y sobre el lugar donde deberia asentarse la pupila, el centro de cada ojo estaba ocupado por un «nuevo ojo » superpuesto («tenian otro ojo pegado encima del normal»). Los rostros eran entre si semejantes, a diferencia del de la mujer, que parecia mas delgado. La nariz, chata, se limitaba a dos pequeños orificios directamente sobre el rostro, arriba de unos labios algo finos pero similares a los humanos. Ella fue la que se traslado por primera vez, y fue para acercarse. Esos movimientos fueron suaves y pausados: «No caminaban, se deslizaban » La «ropa «,estaba compuesta por el tradicional enterizo ajustado al cuerpo, cuyo color gris-verdoso se extendia en todos sus miembros.

Incluso tio noto diferencias de color ni textura en el propio rostro de las entidades, por lo que Julio deduce que la vestimenta tal vez no fuese otra cosa que la propia piel. Sin embargo, aunque el busto de la entidad femenina se marcaba con nitidez, donde los hombres presentan los genitales solamente te vio «un bulto».

4. Conducta de las entidades y «sensaciones» de Platner

A los pocos segundos de estar en aquella habitacion, Platner, que todavia no conseguia reponerse de su asombro, pregunto a los seres que tenta enfrente quienes eran, que irian a hacer con el. Pero advirtio que su voz no era audible. Los seres gesticulaban, parecian hablar entre ellos, pero tampoco emitian sonido alguno: «Ellos seguian mirandome fijo, movian los labios pero no alcanzaba a escuchar nada, todas las cabezas estaban concentradas hacia donde yo estaba, Quiza la que me miraba con mas atencion era la mujer. «

En ese momento llego el unico mensaje que le «transmitieron» las entidades durante el curso de lo que recuerda de su experiencia: «El caso tuyo, si queres contarlo, contalo. Algunos te van a creer, otros no» Esta expresion Platner la atribuyo ala mujer y asi describio el modo en que la capto: «Lo senti como una idea, mentalmente, como si fuera algo que tuviera dentro de mi mente, una voz interior…»

Simultaneamente a la recepcion de este «mensaje», Julio presintio una nueva sugerencia que lo invitaba a la serenidad: `Quedate tranquilo’, senti, y aunque no me lo hubiera dicho yo sabia que debia estar tranquilo».

Platner confiesa que le resulto agradable encontrarse ahi. El silencio fue siempre total y la temperatura ambiental absolutamente normal La mano que apoyaba sobre su hombro la entidad que se encontraba a su derecha solamente la reza alli’, pero no la sentia En general, nunca sintio el contacto fisico al que lo sometieron los seres. En un momento dado intento incluso incorporarse del sillon en el que se hallaba recostado pero su cabeza choco contra algo que no alcanzo a ver: «Era una especie de vidrio, aunque tampoco note el impacto al tocarlo con la cabeza, solamente me mantenia en el lugar, me frenaba

Por otra parte, Julio manifesto que a pesar de tener la necesidad de moverse no le incomodo estar quieto. Tras recibir la llamada que le pedia tranquilidad Platner descubrio «que estaba desprovisto de su campera, su pulover y el reloj, aunque si’ tenia puesta la camisa, arremangada en el brazo izquierdo.

5. Platner, «dador de sangre»

La «mujer» se acerco para tomar su mano izquierda. Inmediatamente despues otro de los personajes llego munido de un tubo transparente que media entre 15 y 20 cm., con un extremo flexible menos prolongado pero aparentemente del mismo material, en cuyo extremo habia una «esfera».

La entidad femenina mantenia abierta la mano de Julio mientras la criatura restante aplicaba la punta redonda de la «jeringa «sobre la cara interior de su muñeca, practicando un pasaje rapido. Posteriormente el ser traslado el tubo sobre la parte interna del brazo y detuvo la esfera (en otra
oportunidad Platner dijo que era una especie de «ventosa») al llegar a la zona de la articulacion del codo. El tubo, que al principio lo vio vacio comenzo a completarse, aproximadamente hasta la mitad, con la sangre de Julio, quien dijo observar como esta trepaba en medio de pequeños remolinos.

Acto seguido, recibio la «orden» de ponerse de pie: «En la fraccion de segundos que estuve parado no senti nada bajo mis pies, aunque aun asi conserve el equilibrio. Cuando mire abajo habia suelo, pero no asentaba sobre nada firme».

No bien culmino la operacion de extraccion de sangre, y su inseguro intento de mantenerse en pie, los seres continuaron rodeandolo: «Cuando me incorpore tendria que haber estado a un paso de la mujer, pero de repente deje de verlos, tanto a ella como a los demas. Si, desaparecieron de golpe—.

6. Otra vez dentro de la camioneta

Cuarenta minutos despues de haber presenciado el resplandor con el que se inicio todo, Julio Platner recupera el conocimiento dentro de la camioneta Fiat 125, sentado en la butaca del conductor y con las manos sobre el volante: «No me falto nada, tenia el reloj y toda la ropa puesta nuevamente, incluso la campera la tenia cerrada como antes, hasta la mitad, cosa que me llamo la atencion porque el cierre relampago tiene un defecto en la parte de abajo y es dificil de enganchar» .

La llave estaba colocado, aunque el motor estaba apagado, al igual que las luces altas, que antes tambien estaban encendidas. Julio miro a su alrededor y dio marcha al automovil sin problemas.

Platner se encontro a unos 17 km. de la tranquera de acceso al campo de Fisher, sobre un camino vecinal. alejado alrededor de 15 km. de la ruta 35. Reconocio o inmediatamente el lugar, y aunque el coche estaba orientado de Oeste a Este (es decir, en direccion contraria a la ruta principal), giro automaticamente en el sentido correcto. «Entonces recorde que Fisher me habia pedido que cierre la tranquera, cosa que no habia podido hacer, y cuando pase frente al establecimiento, frene y cumpli para que no se vayan los animales

En ese momento cobro conciencia de lo que habia ocurrido y aprovechando la luz de los focos de la camioneta reviso su brazo, que se hallaba claramente «pinchado» donde la entidad le habia apoyado el tubo inclusive aun manaba un poco de sangre.

Continuo camino hacia Winifreda (a 12 km.) y, unos veinte minutos despues (a las 20,30135 aproximadamente) llego al comercio de Nervi S.A., donde Julio trabajaba entonces. Encuentra a sus compañeros de trabajo pero no les comenta nada sobre lo sucedido minutos antes. Permanece en el local hasta las 21 horas, y luego va a su casa,

a unas cuatro cuadras de alli Despues de ciertas vacilaciones, Julio resuelve narrarle a su señora lo ocurrido ya que izo solo debio explicar la razon de las marcas en su brazo sino tambien su estado, visiblemente alterado. Preocupada, la esposa de Platner le recomienda que al dia siguiente visite al medico de la familia, el Doctor Adolfo Pizarro.

7. Opinion del medico

A las 14. 00 horas M 10 agosto Pizarro se encuentra con Julio en el club del pueblo. En esa oportunidad el medico revisa las marcas sobre el brazo izquierdo de Platner, y comprueba que las lesiones no son graves sino, mas bien, superficiales. La que presentaba en la cara interior de la muñeca era una simple erosion en la piel, un raspaje. La huella que se hallaba a la altura de la flexura del codo, en cambio, mostraba evidentemente una puncion y, ademas, sobre una vena importante. Daba la impresion que el pinchazo hubiera sido producido por un instrumento delicado, no metalico, porque presentaba varios orificios pequeños que una aguja comun no puede ocasionar, y la marca superficial no evidenciaba macula (hematoma), por lo que si han succionado sangre esto se ha hecho muy bien.

Entre otras cosas, el doctor Pizarro señalo lo dificultoso que a veces puede resultar encontrar el acceso a la vena adecuado en el caso de hombres «regordetes» como Julio, lo que parece izo haber ocurrido en el momento de la extraccion que le fuera practicada.

Finalmente

Este articulo no se extendera en mas, aunque aun faltan detalles de importancia para la cabal comprension del suceso. En caso de que se vea demorada la salida del volumen especial, en un proximo numero de UFO PRESS incluiremos una segunda parte en la que, tambien provisoriamente, completaremos la narracion de los hechos.

ENTREVISTA
http://www.ivoox.com/abduccion-julio-platner-winifreda-pampa-1983-audios-mp3_rf_1152064_1.html