TRES ARROYOS, BUENOS AIRES: UN REJUVENECEDOR ENCUENTRO (30 DIC 1972)


El sabado 30 de diciembre de 1972, Ventura Maceiras, de 73 años, cuidador de una quinta ubicada en los fondos del Parque Municipal “angel L. Cabañas”, a la vera del arroyo Orellano, en Tres Arroyos, fue protagonista de un hecho insolito, que no concluyo con la proverbial visita de extraterrestres, sino que continuaron con un rejuvenecimiento fisico, habilidades practicas y desarrollo intelectual. Y aun mas…

Algunos antecedentes

Una serie de apariciones que se habian registrado en los ultimos tiempos, hicieron suponer que Tres Arroyos “parece estar situado en la ruta y punto de escala de los platos voladores” (1).

Entre los episodios se encuentra el de otro jubilado, tambien vecino de esa localidad, quien manifesto que entre el 14 y el 20 de noviembre, se hallaba en el living de su casa mirando television, cuando el aparato comenzo a fallar. Trato de ajustarlo, pero fue en vano, y al retornar a su silla, comprobo que en otro sitio de la sala ha­bia alguien sentado. Cuando atino a hacer un movimiento de sorpresa, el desconocido se levanto y le tendio una mano, en gesto amistoso pero sin pronunciar palabra alguna. Segun el relato del vecino (de apellido Rey), el extraño huesped vestia un traje ente­rizo que le cubria la cabeza, verde azulado y de apariencia metalica brillante.

El ser era bastante alto, delgado, tenia ojos rasgados y de su cinturon pendia un adminiculo que “parecia un transmisor”. Al presionarlo, encendio una luz amarillenta. El testigo, mas confiado, fue a la cocina donde permanecio unos instantes y, tras servir­se un vaso con agua, le ofrecio el liquido a su huesped, quien permanecia inmovil, mi­randolo. Sin embargo, la entidad no perdia oportunidad para ver television. El jubila­do volvio a ponerse nervioso e inquieto cuando, de pronto, la fantasmal figura se des­vanecio hasta desaparecer. Como consecuencia, el buen hombre -quien hasta ese dia caminaba con dificultad- comenzo a hacerlo sin problemas, sintiendose cada vez mejor (2).

Tambien en esos dias, la encargada de un bar de la calle Alsina, de Tres Arroyos, hizo un relato similar, afirmando que un extraño cliente ingreso al establecimiento cuando ella se hallaba con otras personas, y se dirigio al baño publico. Ante su tardanza,­ fue a ver que ocurria comprobando que el individuo, desmesuradamente alto y de una mirada penetrante, habia desaparecido como por encanto (3).

En este contexto se produce el caso que trataremos a continuacion.

El testimonio de V. Maceiras

Este hombre, que vivia en una precaria construccion de madera y chapa instalada en la quinta propiedad de Alberto Rupell, con entrada por la Av. Leandro N. Alem, fren­te a la planta depuradora de Obras Sanitarias, ahora goza de una solida vivienda de mamposteria de ladrillos, y de otros beneficios economicos, producto de la inefable ayuda de un grupo de vecinos conmovidos por la auspiciosa experiencia con los extrate­rrestres, que le dieron una popular fama rapidamente extendida.

Su relato fue publicado en numerosas revistas especializadas en ovnis, de gran notoriedad en el mundillo ufologico internacional (4), e incluido en diversas obras de autores extranjeros (5), valiendole al episodio una vasta considera­cion.

Nuestra entrevista con Ventura Maceiras se formalizo en la casa de un familiar suyo. Alli nos recibe dentro de una piramide, construida con varillas de aluminio, donde dice recibir la energia cosmica.

Segun su relato, el no ha estado influenciado de manera alguna “con esto de los platos voladores”, pero -tal parece una rutina- comienza su exposicion manifestando que no es la primera vez que le ocurre algo como lo descripto. U­nos 20 años atras, en el sur argentino, se en­contro con un raro artefacto que, al parecer, trataba de descender, porque de su parte infe­rior salian unas patas como de mesa, al tiempo en que escuchaba un fuerte zumbido. Estando a unos 5 m de altura, lanzo una especie de relampago que le enceguecio y, cuando recobro la vision ya no habia mas nada. La gente se rio de su relato y decidio no hablar mas nada del asunto. Hasta que…

“El 30 de diciembre de 1972, estaba sentado al lado del fogon. Eran cerca de las 22,30 horas. Ya tenia ganas de dormir. Me encontraba tomando mate y escuchando radio frente al rancho, a unos 20 m del arroyo, bajo los eucaliptos, cuando de pronto la radio empezo a fallar. Me pregunto que tendra. La sacudo, y nada. Entonces decido apagarla. ¡Cuando en eso, veo, del porque si, un sombrero -porque yo no sabia nada que era eso, insiste-, viene y se detiene ahi, bajito!”, advertido por un zumbido suave, como un enjambre de abejas que fue creciendo en intensidad.

Arrojaba unos destellos muy intensos, “como fiesta”. Una luz. Y en medio de ese resplandor una cosa enorme, muy clara. Y alli, sobre su cabeza, tocando la punta de los eucaliptos (que miden unos 15 m de altura), estaba ese objeto enigmatico de unos 20 m de diametro, con grandes ventanales.

Ventura Maceiras lo observo casi encima de el, mientras la “nave” permanecia suspen­dida en ese lugar, emitiendo chispas por unos tubos que sobresalian de la parte infe­rior. A su alrededor, un gigantesco aro luminoso giraba continuamente. El aparato te­nia un color anaranjado rojizo; en la parte superior, al medio, se hallaba una cabina, redondeada y con los ventanales

Podia advertir que su interior se hallaba completamente iluminado y con muchos instrumentos. En un momento dado, al “hacerle señas y gritarles no se que cosas, del lado norte, el plato se inclino para mirarme, y pude ver a dos personas, una de cada lado, vestidas como un buzo y con escafandra. Eran altos, grandes, pero sus ojos y nariz igual que nosotros. Cada uno llevaba una mochila en la espalda. Romaniuk me dijo que era oxigeno para respirar, pero yo pense que era un paracaidas”, nos explico Maceiras.

“Al verlos, quise disparar (huir) y no pude. Entonces con el mate les digo ‘¿Queres un mate, hermano?’. Uno lo miro al otro y parece que algo le dice. Se asomo para mirar y el otro por sobre el hombro. Quise disparar, estaba muy asustado, se me cayo la bombilla del mate. Pero pude ver, detras de ellos, una bandera azul con guarda dorada, y un sol. Dentro de el, un caballito de mar (hipocampo)”. Al lado, va­rias letras indescifrables (pero que Maceiras nos dira que indicaban “la serie 23”), hacian de marco ar­tistico u ornamental a las insolitas presencias.

Una gata que le acompañaba en esos momentos emi­tio un agudo maullido, abandono a sus cachorros y se alejo velozmente del lugar. “La gata tenia todo el pelo quemado, como sarna, y un perro que tambien me acompañaba, le ocurrio lo mismo. Al cabo de unas semanas, ambos murieron. Fue por una radiacion. A mi me tomo la parte del cuello, pero nada me paso”.

Segun Maceiras, la observacion habria durado 15 a 20 segundos, momentos en que la nave lanzo un intenso rayo de luz que lo enceguecio, obligandole a bajar la vista. Se bamboleo hasta enderezarse, mientras se intensificaba el zumbido y extinguia la luz. “Hizo ‘she-she-she’ -describe el testigo-, y siguio bajito, lentamente, hacia el este, por sobre dos eucaliptos que alcanzo a quemar su follaje, aunque despues dijeran que estaban infectados. Y paso por encima de la ruta 228”. En el aire quedo flotando un fuerte olor a azufre, o a arnica, que desaparecio en pocos segundos.

Mientras la nave se mantuvo suspendida en el aire, Maceiras dice haber sentido en las piernas como un hormigueo, que le duro un par de dias. Pero dos o tres horas despues que el aparato se marcho, le sobrevino un fuerte dolor de cabeza y mas tarde, otros desequilibrios como nauseas, caida del cabello, etc.

Pero lo que aparentemente resultaba mas asom­broso ocurrio a los dos dias de su avistamiento.

Ventura Maceiras dijo sentir que en la encia superior, bastante desprovista de dientes, empezaron a aparecer nuevas piezas dentarias: dos caninos y dos molares. Su cabello le crecio nuevamente, mejoro enormemente su vista (al punto de “abandonar los lentes”, segun dice) y, sorpresi­vamente, el hasta entonces semianalfabeto (solo curso los primeros años de escuela), empezaria a utilizar “con solvencia” conceptos filosoficos, teologicos y astronomicos. Entre otras habilida­des, ahora es capaz de resolver calculos matema­ticos decididamente complicados, segun se adujo. Tambien asombraron sus nuevas aptitudes artisti­cas, y el haber adquirido ciertas facultades curativas.

Nuevos encuentros.

Transcurrieron los dias, hasta que el 24 de febrero de 1973, y hallandose el rejuvenecido Ventura Maceiras en el interior de su vivienda, observo la inquietud de su pe­rro, el que se dirigio a toda carrera hacia la tranquera, en la entrada de la quinta de Rupell. Intrigado, el anciano siguio el camino del animal comprobando que frente a ellos, se hallaba un individuo de estatura alta, cabellos ondulados, ojos achinados, que vestia un enterizo con un cinto del que pendia una pequeña caja con botone­ras. El mismo se le presento como uno de los tripulantes del plato volador visto anteriormente, diciendose llamar “Arnoil” y provenir del planeta Prunio, supuestamente ubicado en el centro de la Via Lactea. Mantuvo una larga conversacion con Maceiras sobre propulsion y velocidad de la nave, describiendole su planeta de origen, su religion, sus costumbres, etc. A su fin, le pidio que no lo siguiera y tras caminar unos pasos, apreto un boton de la caja que tenia, esfumandose desde los pies hacia arriba, hasta desaparecer en contados segundos.

Como dato curioso, el dia anterior (viernes 23) se presento en el lugar del suceso una apasionada del tema (S. A. Protta Troncoso) junto a una supuesta vidente, quien dijo haber percibido en la sesion a un ser extraterrestre, anunciandole que al dia siguien­te V. Maceiras tendria la visita de dicho ser. Este presunto “mensaje” interestelar le fue retransmitido a Maceiras y a todos los presentes, que participaban en la reunion.

El entusiasmo de la señora Protta Troncoso no fue menor, desde que frecuento a Maceiras a partir del 9 de enero. Ella sostenia que “toda persona que tenga un contacto con un plato volador o con un ser extraterrestre, no sera dicho contacto ni el primero ni el ultimo, sino que se repetira periodicamente”.

Acerca de algunos prodigios

Durante la entrevista que mantuvimos con Maceiras, este hizo una larga exposicion de los conocimientos adquiridos, de las mejoras fisicas y de sus nuevas habilidades. La misma viene a complementar la incluida en el excelente informe realizado por A. Elgart, M. Pogliano y J. C. Mottola (6).

De modo mas conveniente, reproducimos a continuacion algunos fragmentos de dicha en­trevista y los comentarios que han suscitado:

“Muchas veces (los extraterrestres) entran a la cocina, y conversamos. Me han enseñado algunos versos muy lindos sobre la vida del hombre: ‘No ha visto en el mar un arbol que lo arrastra la creciente / Desaparece de repente, y / nuevamente vuelve a surgir / y el juguete de las olas, / es arrastrada a la playa / pues es asi la batalla / del hombre para vivir /…’. Y este otro de las rubias -continua Maceiras-: ‘Son las rubias, las mas lindas y las mas bellas / otras como ellas yo jamas conoci / porque ellas tienen los labios como la rosa / y el aliento igual que el jazmin /…’”.

Pero los extraterrestres de Don Ventura no solo le han dado muestras de su sensibilidad poetica y de sus preferencias por el mar y las rubias, sino tambien por el juego de naipes. “Ellos me han enseñado unas pruebas de barajas -afirma sin rubores-, pero las que emplean diferentes, aunque yo lo hago igual con las nuestras, españolas”.

“El planeta del que ellos provienen se llama ‘Saurnio’, centro Via Lactea. Hay otros que lo hacen de ‘Arnei’. ¡De tres lugares vienen a visitarme! Vienen tambien de ‘Nebulton’, esta mirando al planeta Venus, de una estrella a la izquierda, dorada; y ahora va a venir una flota muy grande de Pluton”, nos confiesa con soltura.

Y de la astronautica pasa a la astronomia: “El mundo va camino a la destruccion ­-dice con tono profetico-; ya en el siglo que viene se van a ver anormalidades en la atmosfera. Porque el Sol, me han dicho los extraterrestres, es un planeta que esta incendiandose, por los volcanes. ¡Piedras que vuelan, piedras que caen, fuego por todas partes! La espalda del Sol dicen que es ceniza, hollin y carbonilla. Y dicen que el Sol se va apagando. Y que cuando vaya a perder el 50% de su fuerza, nosotros en la Tierra vamos a tener un solo invierno. Iremos a vivir entre el 38, 40, 50 grados bajo cero”.

Casi huelga decir que sus conocimientos astronomicos y cientificos en general, estan plagados de errores y conceptos absurdos, si no fuera porque las noticias que dieron vuelta por el mundo recogian la opinion de Pedro Romaniuk, quien afirmaba: “Resulta dificil, en realidad, encontrar aspectos que permitan sospechar que toda la historia de Maceiras es puro desvario” (7)!!

Completando todo esto, V. Maceiras dio a conocer un mensaje en el cual se referia a una formula para curar el cancer, la que fue rechazada por los peritos consultados. Inclusive, nos hizo un curioso ofrecimiento: “Los extraterrestres me dieron un frasco como de un litro, que ya no me queda casi nada. ¿Usted conoce a alguien que sufra enfer­medades o dolor de huesos? -nos pregunta-. Yo tengo un remedio que me dieron ellos. ¡Que se lo frote bien!, siete noches”, nos advierte Maceiras con aires de curandero.

El mejoramiento fisico

Segun el examen practicado por un odontologo convocado al efecto, la presunta aparicion de nuevas piezas dentarias, se debe a la afloracion de raices y callosidades propias de la edad madura. Aun asi, Maceiras insiste que le crecieron dientes, pero…que se le volvieron a caer.

Ventura Maceiras, hombre de Tres Arroyos, tambien nos refirio que su vista ha mejora­do notablemente, al punto de “abandonar los lentes”. Sin embargo, en momentos de la entrevista, lo sorprendimos con una prueba sencilla y definitiva: Tomamos un periodico, lo ubicamos a 60-70 cm de sus ojos, y le pedimos que leyera el texto, comenzando por las grandes y gruesas letras de molde de los titulares. Despues de unos segundos, frunciendo el ceño, apenas alcanzo a leer con dificultad una palabra.

Conclusiones

A la luz de la investigacion practicada, el relato de Ventura Maceiras se torna insostenible. Ademas, los datos suministrados -producto de sus posteriores encuentros-, carecen del menor sentido comun.

Existen razones para suponer que Maceiras pudo haber sido sugestionado por las no­ticias difundidas semanas antes, y por los ulteriores comentarios escuchados de personas imaginativas que tomaron el caso en sus manos, como señalan Elgart y otros, pero la fantasia y el dominio sobre un sujeto (capaz de inspirarle palabras o actos involuntarios, bajo condiciones normales), requiere ciertos limites para que un testigo se constituya en habil como tal.

Al respecto, puede afirmarse que Maceiras en ningun momento pudo observar con tanto detalle lo que sostiene haber notado durante el presunto acercamiento del objeto. Por una parte, debido a que el avistamiento se extendio escasos segundos, en los cuales se describe una profusion inusitada de pormenores que dificilmente podrian registrarse y, aun menos, por un sujeto cuya facultad visual se halla claramente disminuida. Y en se­gundo lugar, porque la perspectiva (casi en su cenit, sobre la copa de los arboles) le impediria visualizar el interior de la supuesta nave, a excepcion de su techo.

La observacion abunda tambien en detalles absurdos. Uno de ellos, es el de las escafandras y tubos que se conectan con cajas colocadas en las espaldas de los ocupantes (imposibles, ademas, de ser divisadas). ¿Acaso para respirar en la atmosfera interior de su nave, o para protegerse de los efectos nocivos de nuestra atmosfera en caso de salida?, se ha preguntado el frances Rene Fouere (8). Sospechamos que una civilizacion tan avanzada les habra provisto de naves con la suficiente proteccion, que harian innecesario el empleo de esos adminiculos. No obstante, mas alla de su avistamiento del 30 de diciembre, los mismos extraterrestres que -segun dice- lo han visitado con posterioridad, pasearon por su casa faltos de toda proteccion.

Estos ocupantes se presentan biologica y psicologicamente muy parecidos a nosotros. La descripcion de la bandera y de los signos graficos impresiona como realizaciones humanas, sin descuidar el diseño ornamental, artistico. El “hipocampo coronado” es una figura central: “En el mar, nacen los pichones -explica Maceiras-, cuando se unen, ya no se separan jamas. Significa union y hermandad…, por eso lo tienen ellos en la bandera”. Un conocimiento que, probablemente, le viene desde mucho tiempo atras, cuando recorrio en barco gran parte del continente americano y europeo.

Lo expuesto hasta aqui configura un cuadro que contribuye a pensar que la historia narrada por Ventura Maceiras, lamentablemente dada a conocer al mundo como una verdad, pertenece al universo propio del septuagenario de Tres Arroyos.-

REFERENCIAS

(1) La Voz del Pueblo, Tres Arroyos, BA, 12 enero 1973.

(2) La Razon, Buenos Aires, 28 noviembre 1972.

(3) Ibid., 21 junio 1973; et. al. .

(4) Phenomènes Spatiaux, Paris, N° 36, junio 1973, ps. 22/24; Stendek, Barcelona, N° 12, marzo 1973, ps. 2/6; y, N° 15, dic. 1973 /mar 1974, p. 38; Flying Saucer Review, London, 1974, jul/ago 1973, ps. 10/14; et al.

(5) Stringfield, Leonard H. Situation red, The UFO Siege!, ps. 51/54; y, por lo menos, otras seis obras.

(6) Aldo R. Elgart, y otros, Caso Maceiras – En honor a la verdad, en Cuarta Dimension, Buenos Aires, N° 7, (marzo 1974), ps. 20/25.

(7) 7 Dias Ilustrados, Buenos Aires, N° 415, 22 mayo 1975, ps. 80/81.

(8) Phenomènes Spatiaux, op.cit., supra, p. 25