ALTA GRACIA, CORDOBA.: O LAS VUELTAS DEL HUMOR (24 MAY 1985)


La noticia descollaba las entintadas paginas del diario Cronica, de Buenos Aires, en sus ediciones vespertina y de la noche del 12 de setiembre de 1995. Su primera pagina lo anunciaba con letras de molde: “Un cordobes afirmo que viajo en plato volador: Extraordinaria experiencia de un tecnico, en la provincia de Cordoba”. Al desplegar el periodico, conocido por la habitual espectacularidad de sus notas, un titulo de cincuenta centimetros de longitud reza: “Un cordobes estuvo de visita en un ovni” (ps.4 y 5).

El presunto afortunado se llama Jose Antonio Basilico, tiene 65 años y es jubilado de la Direccion de Arquitectura de Cordoba, donde se desempeño como electricista. Vivio los primeros años de su vida en el interior provincial y luego se establecio en la capital. Esta casado y tiene dos hijos.

La increible aventura habria ocurrido diez años atras, el viernes 24 de mayo de 1985, viniendo en automovil desde Alta Gracia hacia la ciudad de Cordoba, distantes 37 kilometros.

De acuerdo al relato inedito ofrecido por el diario en caracter de primicia (sic), Jose A. Basilico habia estado trabajando en la localidad de La Bolsa, a unos 15 km al sur de Alta Gracia. Lo hizo hasta las 19 horas, emprendiendo el regreso en automovil momentos despues en compañia de un tal Sr. Mansilla, tambien empleado de aquella reparticion. Al pasar el autodromo y llegando a unos montes situados a la derecha de la ruta (provincial nº 5), imprevistamente, el motor del Fiat 125 conducido por Basilico se detiene, y lo deja deslizar hacia la banquina. En esos instantes advierten “un resplandor grande, una luz muy fuerte, una luz intensa hacia nuestra derecha”.

Segun habria declarado al cronista, la misma “estuvo suspendida en el aire unos instantes y se asento a unos 50 metros de la ruta, en los campos. La luz era muy intensa, casi encandilaba, cuando observamos a ambos lados de nuestro coche dos seres altos que nos invitan a bajar, haciendolo con gestos y señas. Eran delgados, de un metro noventa o mas, con ropa brillosa dorada, muy ajustada al cuerpo. Sus rostros parecian como si no tuvieren menton. Esas personas se ubican frente a ambas puertas delanteras. Mansilla me dijo que no queria saber nada. Me llamo la atencion la sombra de los cuerpos en los yuyos (pastizales), debida a la intensa luminosidad que provenia de ese campo donde se habia estacionado la luz. Me baje y camine hacia ella”.

De pronto, sin saber como, ni recordar siquiera haber cruzado las alambradas o subido por escaleras, se encuentra en un recinto circular de unos quince metros de diametro, muy iluminado, rodeado de consolas y controles. Habia unos individuos trabajando, que parecian no reparar en su presencia. Instantes despues, con gesto amistoso, advirtio que algo le querian preguntar mentalmente y todos juntos descendieron a un piso anterior, donde habia una sala para descanso y esparcimiento. En unas comodas butacas en forma de “v” se hallaban descansando varios sujetos. “Alli es como si hubiese querido transmitirles -diria Basilio- que tenia una hora de viaje a mi casa, que no podia demorarme y, repentinamente, me encuentro llegando al automovil, siendo acompañado por una persona”.

El virtual protagonista lo siente como algo real, rechazando la idea de un sueño. “Al llegar al vehiculo -continua con su relato- le pregunto a Mansilla que le habia pasado a el y me dijo simplemente: nada. No queria saber nada. Le dije que habia subido a una nave y no me creyo, lo nego porque habian transcurrido cuatro minutos entre que me fui y retorne al automovil”. Antes de llegar a darle marcha, la luz fue perdiendo intensidad hasta desaparecer. Siguiendo la version periodistica, al dia siguiente sus comentarios causaron un gran alboroto entre sus compañeros de trabajo, aunque Mansilla continuo negando la proverbial experiencia narrada, “como si quisiera encerrarse y no participar en nada, como si quisiera olvidar…”.

Un relato… fabuloso

A pocos meses de publicada la noticia, logramos ponernos en contacto telefonico con el protagonista de la historia. Jose Antonio Basilico se muestra como una persona amable, dispuesta a referirnos ciertos pormenores del episodio.

Sin embargo, contrariamente a lo previsto, nos ofrece un relato diferente y esclarecedor: “Eso fue una ficcion, un cuento -señala sin rodeos-. Estabamos en una reunion, comiendo un asado, y nos propusimos hacer escenas ingeniosas, joviales, mientras grababamos y las reproduciamos ahi mismo. Yo canto. Como habia escuchado algun tiempo atras un relato semejante por LV 2 de Cordoba, leido por Claudio Salinas, se me ocurrio recrearlo. Un muchacho, un chico joven presente en la reunion hacia de periodista. Hice todo ese relato, pero resulta que la grabacion se la robo un señor de Cordoba que dice ser periodista, Alfredo G., y se la envio a Cronica. No se si estafo al diario, pero… A mi -dice indignado- me ha costado muchos malos momentos con mi familia. Teniendo esa grabacion en su poder, mando a un fotografo para que me siguiera por el centro de la ciudad y obtener las fotografias que aparecen en el articulo”.

Pese a lo obvio, le preguntamos buscando ratificar sus dichos: ¿De modo que este hecho nunca ocurrio? “¡No, de ninguna manera existio! -responde enfaticamente-. Tanto es asi que habia otros cuentos que yo tenia y que fueron publicados, pero de tono subido, por las cosas que digo. Yo soy…, de estas cosas soy esceptico, je-je, por eso me rio, disculpeme. Me rio de esas cosas, y esas cosas las dije como una cosa jocosa”.

Mostrando deliberadamente igual escepticismo, nos aventuramos a preguntarle si acaso su negativa se debia al deseo de ocultar algun hecho real. “¡No. De ninguna manera! -insiste-, porque es un relato que yo escuche. Salio en un asado que se hizo hace tiempo en una casa de familia. Y me interesa decirle estas palabras para terminar con esto”.

Desde aqui complacemos su requerimiento, en la seguridad de que Jose A. Basilico ha expuesto todo cuanto tenia por decir. Su categorica desmentida no da lugar a mas comentarios.

Pero, ¿cual ha sido el relato que J. A. Basilico habria escuchado por radio y que parece haber recreado alegremente? Sin demasiados margenes de duda, el episodio mendaz de Alta Gracia del 24 de mayo de 1985 (que situa un dia antes del aniversario nacional, fecha de la junta patriotica) habria sido inspirado en el caso ocurrido en Ituzaingo, Ctes., el 24 de agosto de 1985, circunstancia en la que un matrimonio -segun la inventiva de una corresponsal periodistica-, transitando con su automovil por la ruta 12, fue interceptado por unos extraterrestres provenientes del planeta Mait (vse. Los Identificados IV, diciembre 1993, ps. 25/28)