CNEL. BRANDSEN, BUENOS AIRES: UN PROVERBIAL ENCUENTRO (24 MAY 1952)


Brandsen. La Razon 11 de julio de 1966. Primera noticia de prensa.
La Division OVNI, dependiente de la Fuerza Aerea Argentina, fue organizada en 1961, aunque la labor mas promisoria haya comenzado en julio de 1967, cuando el Departamento Tecnico del Servicio de Inteligencia de Aeronautica (SIN), dentro de modestos recursos, destino al suboficial mayor Roalde Moyano para que se ocupara del asunto, solicitando la cooperacion de la poblacion para notificarle sobre cualquier avistamiento de fenomenos aereos inusuales (l).

El motivo parece haber sido su manifiesto interes en tales avistamientos. En efecto, un año antes, Moyano habia ofrecido una conferencia de prensa en la Secretaria de Aeronautica, dejando aclarado que no lo hacia en representacion del Arma, y si “en caracter de investigador privado” de ovnis. Durante la misma, segun La Razon, de Buenos Aires (2), el suboficial revelo un inquietante episodio, conforme a lo deta­llado:

“Tambien puede rememorarse -señala el vespertino- la extraña aventura que vivieron el ingeniero Federico Atencio y su amigo Garcia, cuando en la madrugada del 20 de sep­tiembre de 1954 vieron a un enorme ovni evolucionar por encima de sus cabezas y luego descender detras de un monte de eucaliptos. Atencio y Garcia habian partido de Azul con destino a La Plata, y en la ruta que une a Monte con Brandsen se empantano el co­che. Era de madrugada y el cielo estaba sin nubes. Atencio vio una luz y conjeturo que se trataba de un vehiculo que avanzaba por la ruta, pero muy pronto se percato que se habia equivocado: era un ovni que se desplazaba a gran velocidad en forma de cruz, va­le decir que avanzaba vertical y horizontalmente de manera equidistante, desde el cua­drante oeste-sudoeste. Segun Atencio el vehiculo tenia un diametro de la Luna llena y, luego de una hora de evoluciones rapidisimas, cayo como un rayo detras de un monte de eucaliptos. Los destellos de luz permitian divisarlo detras de los arboles y, de pron­to, levitando, aparecieron muy cerca de ellos dos figuras casi humanas, de aproximada­mente un metro de alto, vestidos de blanco, con un gran casco plateado y capas sobre sus espaldas. Garcia grito: ‘¡Vienen a matarnos!’. Atencio cruzo los brazos en señal de paz, pero las fantasmales criaturas, rapidas caro la luz, regresaron a la nave que despego en fraccion de segundos


Federico Atencio

“A Atencio y Garcia nadie les creyo. Pero hoy la voz de Garcia[1] fue escuchada en una grabacion que se paso en la sala de periodistas de la Secretaria de Aeronautica…”.

LA REVISIoN INVESTIGATIVA

La experiencia nos indica que no es posible aceptar la veracidad de un informe ov­ni sobre la base de una informacion periodistica; aun cuando pareciera estar avalada presuntamente por cierta autoridad. El analisis del fenomeno requiere de fuentes de primera mano. Y a pesar de los doce años transcurridos hasta que el caso se hizo publico, y de los tantos mas que le siguieron al momento de nuestras indagaciones, queda claro que la reinvestigacion de viejos informes adquiere mayor valor frente a la informa­cion novedosa, pero carente de una encuesta apropiada, cuya presunta verdad parece sellada por una estridente declaracion. No es el caso de Roalde Moyano, a quien le reconocemos su dedicacion y honestidad intelectual, mas alla de sus limitaciones, pero es posible advertirlo -sin temor a equivocarnos- en la mayoria de los ufologos, que prefieren aceptar y propalar como legitimas las versiones groseramente distorsionadas de los medios de prensa, jamas investigadas, mientras se muestran refractarios a las encuestas de casos antiguos para dejar coagulada en el tiempo su pretendida realidad.

Entrevista con Ada Elvira C. de Atencio:

El interes que despertaba la noticia y la posibilidad de ampliar la informacion, nos condujo a intentar localizar al Ing. Civil hidraulico Federico Atencio. Fue asi que ubicamos en La Plata a la señora Ada Elvira C. de Atencio, quien nos informo que su esposo habia fallecido a los 57 años, en noviembre de 1967 (3). No obstante, nos aporta su valioso testimonio:

“Vinieron dos veces de la Aeronautica a recabar datos, ellos tienen la grabacion. Recuerdo lo que el me contaba. Que venian con Garcia de un viaje y que en el camino observaron un plato volador. Segun mi esposo, Garcia se asusto mucho y lo unico que decia es ‘¡nos van a matar!” y mi marido -que es mas sereno- les dio esa version. Transcurrido un tiempo regresaron para ver si coincidia con lo que habia dicho primero, pe­ro el se dio cuenta y expreso: ‘Lo que les digo no he querido comentarlo con nadie, porque van a decir que estaba loco, pero como vienen a preguntarme, yo se los digo. A­parte, ese mismo dia, mucha gente lo vio en distintos lugares’.

“Ocurrio en las ultimas horas de la noche, casi de madrugada, en la epoca en que trabajaba con Garcia. Venian de San Miguel del Monte y el auto empezo a pararse y vieron una luz. Al principio creyeron que se trataba de un farol que habrian puesto en una de las casitas por ahi, detras de un alambrado. Pero despues se detuvo el auto, el motor, a orillas del camino, y vieron como el plato se asentaba en el suelo, o que ya estaba alli. Mi esposo dice que el vio bajar -no se como- a uno que vino hasta la alambrada. Despues cuando subio, el se quiso arrimar, se vieron; ellos (Atencio y Garcia) se habian parado tras la alambrada, todo el tiempo y cuando se elevo con una luz fosforescente, lo hizo en forma vertical, para arriba, no como lo haria un avion, y desapa­recio en un minuto.

“El aparato tenia forma circular, de plato, con una pequeña cupula redonda, caro sacan los diarios. Plateado. Estaba a mas o menos media cuadra, 50 metros, desde donde paro el auto hasta el sitio en que se asento el plato, a la izquierda del camino, tras la alambrada del campo.

“el me dijo que habia un hombre, una persona mas bien baja, con un traje de alumi­nio. Una o dos que bajaron, no recuerdo. Se acerco al alambrado (no al automovil). Y cuando mi esposo se descendio del auto para acercarse, para verlo, este hombre se volvio al plato, y el plato se levanto. Hubiera querido comunicarse, no se, aunque, no se que i­dioma hablaria este hombre.

“Se produjo por la noche. Cuando todo termino, ellos se quedaron alli, por la impresion que tuvieron, hasta que amanecio. El motor volvio a andar de nuevo. Lo vieron durante una hora, u hora y media, hasta que se elevo haciendo como una cruz, en el aire. Mi esposo le pregunto a Garcia: ‘¿Vos estas viendo lo que estoy viendo?’.

“No conozco su version, pero mi marido me dijo que estaba muy asustado, y que Garcia le decia: ‘¿Para que vas a contar?, no’. Pero mi marido nos conto y no se como, en ese tiempo a quien se lo dijo, y llego a oidos de la Aeronautica. Le voy a ser franca, cuando el me empezo a contar, al venir todo emocionado, me mofe. Entonces me contesto: ‘Si vos que eres mi esposa, no me crees, como puedo yo contarle a alguien, porque van a decir que estoy loco’. Pero despues me entere que si, en realidad lo habia visto. Y me exclamaba: ‘¡Para que te voy a decir una cosa por otra!’.

“Mi marido tenia por entonces 42 años, nacio en La Plata el 6 de abril de 1910, y despues de trabajar caro ingeniero hidraulico en Agua y Energia Electrica durante unos años, se puso a trabajar por su cuenta con Garcia, que era constructor, en una socie­dad llamada Atengar, pero no marcho muy bien y se retiro”.

Hasta aqui los tramos fundamentales de una de las entrevistas mantenidas en diciembre de 1986 con Ada C. de Atencio. La señora nos impresiono favorablemente, trayendo el recuerdo del relato ofrecido por su finado esposo. Ademas, es ponderable la amabilidad y llaneza puesta de manifiesto en su exposicion.

El testimonio de Federico Atencio:

Cuando parecia impensado llegar a reunir mas datos o precisiones sobre el insolito episodio, revisando en el año 2000 la copiosa correspondencia de la ilustre Comision Observadora de OVNIs (CODOVNI), fundada en 1956 por Ariel C. Rietti y Cristian Vogt, hallamos la carta que proyecto el caso a la opinion publica. Escrita de puño y letra por el Ing. Federico Atencio, esta fechada en La Plata, el 11 de abril de 1964. La misma, expuesta en lenguaje coloquial, dice lo siguiente:

“Entendiendo que pudiere ser util esta informacion (…), comunico a Uds.: De regreso a la ciudad de La Plata, desde Azul (Prov. de Buenos Aires), en compañia del señor Mauro Garcia, domiciliado tambien en La Plata, sobre el camino que une ambas localidades, aproximadamente a 20 km de Brandsen, entre San Miguel del Monte y la anterior, tuvimos un desperfecto en nuestro automovil: hora 24 del dia (sabado) 24 de mayo de 1952. En esa epoca el actual camino pavimentado se encontraba en construccion (obra basica). El cielo despejado y sin Luna. Observamos durante mas de una hora la evolucion de un objeto (…); en un instante determinado describe una trayectoria (…). Simultaneamente se nos presentan dos seres, con luminosidad en su vestimenta, sus caracteristicas similares a seres humanos, suspendidos en el espacio a 20 centimetros del suelo; se desplazaban describiendo trayectorias caprichosas y muy lentas. Mi compañero de viaje quedo sumamente impresionado. El que suscribe, enfocando las luces del automovil hacia los seres que se presentaron tan inesperadamente, realizo toda clase de señas convencionales: saludos, señas para aproximarse, etc. Cuando intente llegar a ellos, luego de observarlos por mas de 15 minutos, los visitantes se desplazaron a velocidades superiores, hacia el objeto que permanecia en el suelo.

“Todo ocurrio en un solo instante: desplazamiento de los seres al artefacto u objeto, y este a su vez retomo la misma posicion anterior, la que seguimos observando durante tiempo mas. Creimos conveniente llegarnos a Brandsen para comunicar a quien sea. Al llegar a esta localidad (antes de tomar la curva que comunica con el centro urbano), volvimos nuestra vista y aun permanecia el objeto en su evolucion insolita. Todo esto ocurre en un tiempo de 120 minutos desde nuestro contratiempo mecanico y, por lo tanto, desde el momento en que observamos el objeto. En Brandsen tratamos de comunicar el extraño caso a la agencia YPF (NdR: estacion de servicio de combustible, de Yacimientos Petroliferos Fiscales), pero sus moradores ya habian clausurado el servicio (2 de la mañana); asi que golpeamos la puerta y a poco de tratar de explicarles, como era de esperar, nos cerraron la entrada.

“Tuvimos desde ese instante especial cuidado de referir nuestra experiencia. En principio, fueron nuestros familiares y luego nuestros mas allegados amigos. Estudie este asunto durante largo tiempo de observacion. Indudablemente, cabria llenar paginas de todo lo visto y de las deducciones que obtuve en esa oportunidad”.

Hasta aqui el testimonio vivido, espontaneo, de quien fuera uno de los testigos y protagonistas del singular caso. Fallecido tres años despues de escribir estas lineas, su esposa nos oriento en la busqueda de aquel compañero de viaje, a fin de confrontar las versiones del espectacular episodio. Asi ubicamos a Mauro Esteban Garcia. Nuestro proximo entrevistado.
[1] La Razon dice Garcia, pero debe ser error por Atencio. La señora de Atencio recuerda muy bien la grabacion del testimonio de su esposo en posesion de la Aeronautica, mientras que Garcia expresa que jamas fue entrevistado por miembros del Arma. Tambien el periodico indica como fecha del episodio el 20 de septiembre de 1954, en discordancia con lo expuesto por los testigos: 24 de mayo de 1952

Entrevistas con Mauro E. Garcia:

Las mismas se desarrollaron en diciembre de 1986 y febrero de 1987, en su domicilio. Su relato es el siguiente:

“Viajaba con Federico Atencio totalmente despierto, no habiamos bebido ni comido en exceso. Veniamos conversando tranquilamente de nuestras cosas, cuando vimos eso. Era la ruta que viene de Monte, a Brandsen, un camino por entonces de tierra. Estabamos a mitad del camino cuando repentinamente se nos cruzo como una luz muy in­tensa, muy fugaz, con una velocidad fantastica que se introdujo en un campo, llano; por eso pensamos que no era una cosa normal. A cada lado del camino habia alambrada, y esa luz, ese objeto, lo que fuere, le paso por encima y se perdio inmediatamente. Vimos una cosa tan rapida que no alcanzamos a divisar mas. Nos quedamos entonces ahi detenidos, un rato, pensando con mi compañero Federico, y solo despues seguimos viaje a Coronel Brandsen. Cuando arribamos, lo hicimos a una estacion de servicio que esta en la curva del camino, y nos dirigimos a cargar nafta. En esas circunstancias, se me ocurre mirar hacia el cielo, en una costumbre de siempre, y lo que parecio al comienzo que era una estrella, en segundos se convirtio en una luz intensisima, aunque calculo estaria muy alta, haciendo un movimiento de insecto, en zig-zag. Me detengo a observarla y le pregunto a Federico: ‘Che, mira alla a ese punto en el cielo, ¿que ves?’. Al principio no la veia, pero le insisti y cuando lo pudo ubicar, porque el tambien era medio corto de vista[1], describio lo mismo.

“Todavia pensando que estabamos con una vision ilusoria, que a veces se da -porque uno cree que ve y no es nada mas que una fantasia, un estado de autosugestion, donde en realidad no existe nada de lo que cree estar viendo-, bue, llamamos al empleado de la estacion de servicio, le apuntamos justo alla, y se quedo mirando un ratito. ‘Oh, que extraño -dice- parece un helicoptero, por los movimientos, pero una luz tan intensa no la tiene’. Nos quedamos una media hora y, de repente, en uno de esos movi­mientos en zig-zag, giro y no la vimos. Creo que despues nos fuimos y continuaba la luz, el movimiento. Se trataria del mismo que vimos antes.

“Nosotros pensamos que seria un objeto… pensamos siempre que era un objeto extra­terrestre, porque ningun aparato de aca puede hacer lo que hizo: cruzar el campo hacia la derecha, que estaba todo alambrado; nosotros conociamos ese camino muy bien porque continuamente ibamos a Azul y veniamos por esa ruta. No habia ni un pedacito que faltara alambre. Y para que cruzara tan rapidamente por encima, no podia ir a ras de tierra, tenia que tener una cierta elevacion.

“Aparecio a un costado del camino, ¡pero aparecio tan rapido!, que no se de donde venia, como estaba, a que altura se hallaba. Fue una cosa que paso, casi tocando tierra; justo enfrente de nosotros y despues por encima de la alambrada.

“Nosotros no vimos personas. Por lo menos, yo no vi. No, no, de eso no vimos nada. Vimos exactamente esto. No vimos nada mas.

“Bueno, cuando la vimos arriba (desde la estacion de servicio) no se distinguia nada, pero en ese breve instante en que nosotros observamos en el camino, no era, sino parecia que habia una pequeña sombra adentro.

“La sombra era… como una luz que presenta una pequeña sombra. Acaso como una lamparita, una luz cualquiera, que sale como una sombrita, que no esta totalmente limpia la luz. Por ejemplo, el de una linterna de caza, que proyecta la luz, pero en el centro de la misma hay un cono oscuro, bueno, eso es lo que vimos nosotros. No tan preciso, pero ahi no hay vizcachas ni perdices, ¡no van a ir a cazar alli a esas horas de la noche! Ademas, no hay instrumento humano que haga una luz de esas. Eso es lo que vi. No se podia observar mas detalles por la intensidad de luz y por la velocidad.

“Cuando nos cruzo en el camino, estaria a unos 300 m; luego se elevo rapidamente. Eso es extraordinario, porque no necesito hacer un desplazamiento muy grande para ele­varse, sino que practicamente lo hizo en forma vertical. La luz tendria un diametro de mas o menos 25-30 m, aunque era alargada, una luz redonda pero alargada. Las manchas estaban adentro, en el medio de la luz, cuya intensidad no permitia ver la forma; no era precisa. Estaba a unos 50 m, no mas. No recuerdo cuantas eran, se que vimos, pero no estaban todas juntas; vimos, sobre todo en esta parte central, ahi es donde divisa­mos esas sombras difusas. No tenian una forma determinada. Tampoco el color, negra, gris, oscura; capaz que en vez de ser negra era verde o azul fuerte, pero eso no se podia precisar.

“Nosotros veniamos de Azul y pensamos en quedarnos unos dias mas, pero no lo hicimos porque al otro dia era festivo y queriamos estar con nuestras familias. Pero no me olvido que al poco tiempo de haberlo visto, salio en La Razon que personas que estaban en el barrio de la Boca, en Buenos Aires, lo habian avistado y en la misma hora. Cuan­do llegamos a La Plata era de noche, y fuimos a dormir. Entonces, fue al otro dia cuando Atencio recibe el periodico y, como nos veiamos todos los dias, me dice: ‘¡Mira Mauri! -trayendome el articulo-, esta gente ha visto lo mismo que nosotros’. Porque la gente lo describia como nosotros lo habiamos visto, de la misma manera.

“O sea que ellos lo vieron la misma noche y a la misma hora que nosotros. Durante el viaje, comentamos nuestra observacion, pero despues fuimos restandole interes. Le dimos importancia cuando Atencio me trajo el periodico donde habia salido que otros habian visto eso, sino no lo habriamos comentado. ¡No le dimos importancia! Solo nos llamo la atencion, asi…

“Haciendo un calculo, esto ocurrio alrededor de las 22 horas, a mitad de camino entre San Miguel del Monte y Brandsen, podia ser a dos kilometros mas, o menos. Condu­cia Federico Atencio su Plymouth convertible, cuando vio esa luz que se cruzaba en el camino, ¡y freno, clavo los frenos! Porque al principio, no digo que nos asustamos, pero nos produjo una sensacion de… asombro, un estado de… ¡que no era miedo! Por­que no pensamos que podia ser algo que nos podia herir. Aparecio de subito, delante de nosotros, desplazandose de la mano izquierda a la derecha. Era una noche tranquila, con cielo estrellado, y algo fresca. Porque nos bajamos del automovil, prendimos los faros, y tratamos de ver si habia alguna huella. Nos habia llamado poderosamente la a­tencion el modo en que cruzo la alambrada. Pero no vimos nada. Al objeto, claro esta, lo vimos desde adentro del auto, pero al bajar lo hicimos para pensar un poco que era lo que habiamos visto, y luego para ver si…, porque suponga que esta en el camino y se viene, de repente hace asi, pero en forma velocisima, ¡ni siquiera se puede pensar de donde venia! Y esto fue fugaz, segundos en que hizo todo el recorrido. Esas man­chas las observamos estando a unos 50 m, tal vez menos. Despues, se elevo, se perdio; nosotros no la vimos y se elevo sin hacer ningun desplazamiento horizontal para tomar fuerza y elevarse. Luego que paso la luz, fue cuando nos bajamos con Federico, dicien­do: ‘¿Que es esto?’. Estabamos asombrados tras ver esa luz blanca, caro el diamante.

“Respecto a otras versiones, hay gente que hace mucha fantasia de las cosas; por eso es muy dificil determinar con precision. No se podia precisar mas. Todo lo demas podria ser una fantasia. La verdad que el asunto del plato volador no lo habiamos anali­zado, no estaba en nuestra mente. Lo que vimos era ese objeto tan extraño que no podiamos determinar de que se trataba. Tal vez solo lo mencionamos al pasar, pero nada mas.

“Por entonces tenia 39 años -naci el 20 de diciembre de 1914- y, aunque nos hemos formulado esa pregunta, siempre crei que al no tener una base cierta, ¿para que pensar que se trataba de un objeto extraño, algo tan especial como un ovni?, ¿con que funda­mento? En cambio, hay gente que le gusta la fantasia y…

“Federico (Atencio) diria exactamente lo mismo. A lo mejor, podria decir las cosas con un poquito mas de detalle, porque… teniamos diferencias; el podia ser un poquito mas ¿no?, de acuerdo a su temperamento. Pero la version en si, o sea el fondo del asunto, es exactamente eso, lo que vimos nosotros dos. Quiza, ¿sabe que?, el podria haber­se imaginado un poco mas, porque era medio… imaginativo, tenia inclinaciones medio bohemias. Eso si, tenia mucha cultura, mucha mas que yo. Mi socio era ingeniero y yo apenas hice hasta el tercer año del secundario y abandone. Tenia respecto a mi unas pequeñas diferencias en la forma de expresarse, de darle el detalle; pero en esencia es lo que le he manifestado: ‘Vimos cruzar en el camino una luz muy intensa que se desplazaba a una gran velocidad, de una forma semiredonda, en la cual alcanzamos a divi­sar algunas sombras difusas. Luego la luz se elevo rapidamente y la perdimos de vista. Al llegar a Brandsen, en la estacion de servicio volvimos a ver un objeto luminoso que se desplazaba rapida y zigzagueante en el firmamento. Le preguntamos al encargado de la estacion si el divisaba algo y nos describio lo mismo que veiamos nosotros’”.

Las entrevistas con Mauro Esteban Garcia se desarrollaron de manera distendida y amable. Ante la posibilidad de que el testigo pudiera ocultar o reducir en forma deliberada la extrañeza de su experiencia[2] (tras haber confrontado la version de su amigo F. Aten­cio), intentamos disuadirlo de tal hipotetica idea. Sin embargo, mostro firmeza en sus declaraciones y no eludio nuevas preguntas. En cambio, pudimos advertir cierto enfasis puesto, por un lado, en la simpleza -sin adornos- del avistamiento y, por otro, en el proposito de respaldar su testimonio de modo coherente con el de los demas testigos (Federico Atencio, el empleado de la estacion de servicio de Brandsen, etc.), forzando o negando cual­quier desacuerdo. Tambien observamos algun titubeo y signos de ansiedad cuando señalamos la posibilidad de un plato volador y de la presencia de personas, conforme a la descripcion de Atencio, con quien -concluye reconociendo- ha tenido sus “diferencias”.

ALGUNOS COMENTARIOS SOBRE LOS RELATOS

Los testimonios de Mauro Garcia y de Federico Atencio nos ofrecen notables discrepancias. Especialmente, entre las “sombras difusas” de Garcia y las “dos figuras casi humanas”, descriptas por Atencio. En terreno de las hipotesis, cabria suponer que Atencio y Garcia -sentados juntos en el automovil-, han visto cosas diferentes. Y si no fuera asi: ¿Hubo un exceso imaginativo?, como lo sugiere Garcia. O la contrapartida, ¿sera el temor de ver manchada la reputacion, admitiendo la ocurrencia de un hecho totalmente desusado?, como lo sugiere la señora de Atencio

No obstante, existen algunas circunstancias en las que concuerdan. Por ejemplo, la lectura al dia siguiente del vespertino La Razon, que reavivaria el interes por sus propias experiencias. Segun M. Garcia, otras personas “lo describian como nosotros lo habiamos vis­to, de la misma manera (…) la misma noche y a la misma hora”.

Respecto a la ubicacion y el aspecto que presenta la Luna aquel sabado 24 de mayo de 1952, segun datos proporcionados por Carlos Demaria, el astro se situa al NW, bajo el horizonte y con una incipiente fase lunar. En otras palabras, no habia Luna visible, coincidiendo con la descripcion brindada por el Ing. Atencio. El avistamiento se da, pues, en el marco de una noche oscura.

Respecto a los testigos, es evidente que nos hallamos ante “un proverbial desencuentro”, cuya controversia resulto imposible dirimir en esta investigacion. A las primeras encuestas realizadas por el suboficial de aeronautica Roalde Moyano, ceñidas al extraordinario relato de Federico Atencio, le han seguido las declaraciones de Mauro Garcia como testigo directo, tras la muerte de aquel. Es probable que la verdad surja alguna vez, o se perpetue el interrogante. Pero es seguro que con semejantes contradicciones, hay una realidad que no podra alzarse ostentosamente para aclamar su existencia.

REFERENCIAS BIBLIOGRaFICAS

(1) La Prensa, Buenos Aires, 1° julio 1967.

Banchs, Roberto. La investigacion de los OVNIS en la Argentina, en rev. Auge, Buenos Aires, n° 2, agosto 1979, ps. 10/14.

(2) La Razon, Buenos Aires, 11 julio 1966.

(3) El Dia, La Plata, 15 noviembre 1967, p. 6.
[1] No obstante, al final de la entrevista volvimos sobre el tema y le preguntamos a Garcia si para esa fecha usaba lentes, a lo que respondio: “No, no. Ni Federico (Atencio) tampoco. Ninguno de los dos usaba. Ni tampoco para leer”.[2] Al conocer las declaraciones de Garcia, la Sra. Ada C. de Atencio, manifesto que Garcia “teme que lo tomen por loco. Desde un comienzo no queria hablar del asunto, pensando que no le creerian. No desea manchar su reputacion admitiendo lo que sucedio”