DE NUESTRO LIBRO «TERROR NOCTURNO»

El caso Ana, la hipnosis como herramienta:
Ana es una persona muy agradable, activa, curiosa y de marcada inteligencia.
Esta casada con un profesional y tiene una hija.
En Diciembre de 1986 vivio una extraña experiencia, para ella inexplicable.
Recuerda que una noche muy calurosa, desperto escuchando el silbido del viento, muy fuerte y persistente. Se dijo a si misma que empezaba una tormenta y miro hacia la ventana de su habitacion, que se encontraba abierta.
Se sorprendio al notar, a la luz de la calle, que las copas de los arboles no se movian, sin embargo, las cortinas de las ventanas flameaban hacia adentro. El hecho en si resultaba mas contradictorio aun, ya que dos aparatos de ventilacion que estaban funcionando apuntaban hacia la ventana.
En ese momento su perrita tambien desperto y sin entrar en la habitacion, comienza a gemir con aullidos lastimosos.
Ana percibio entonces que una “presencia” entraba en su cuarto. En unos segundos, comenzo a escuchar un jadeo que la paralizo. Estaba tendida boca abajo y su temor crecia a medida que el jadeo se acercaba haciendose mas fuerte junto a su oido. Su terror aumentaba y no podia extender la mano para encender la lampara de noche.
Esa “presencia”, como ella la describe estaba detras, a su espalda.
Se escucho decir “Jesus, Jesus” ya desesperada.
Percibio claramente que quien la observaba y jadeaba a sus espaldas se retiraba, mientras el sonido que habia persistido hasta ese momento cesaba con una especie de succion.
La perra entro en la habitacion agitada y aun gimiendo, pero ni su esposo, ni su hija se despertaron. Ana estaba bañada en sudor y aterrada, pero comprobo que los arboles de la calle seguian quietos y que su cortina tenia un leve movimiento hacia afuera.
Este es su relato segun sus recuerdos conscientes; contaba en ese momento 36 años de edad.
Poco despues de esta experiencia se produjeron episodios de telequinesis en su presencia. Concretamente, unos objetos decorativos sobre una repisa volaron literalmente sin ser tocados y la pileta del cuarto de baño, se desprendio de su pedestal cayendo al piso.
Este tipo de fenomeno paranormal puede atribuirse a un estado de estres sufrido por la protagonista, al cual se suma luego una afeccion en la piel, de origen psicosomatico.
Finalmente, en 1993, otra presencia, esta vez con especiales caracteristicas, como un nombre y comunicacion a nivel telepatico, comenzo a manifestarse de manera regular.
Ana pensaba que estaba volviendose loca cuando recurrio a nosotros.
De todos modos, queria llegar al fondo del asunto, queria descubrir todo lo posible con respecto a estas experiencias.
Decidimos con ella, entonces, realizar sesiones de hipnosis regresiva para explorar estas vivencias y extraer todo lo posible de ellas.
Nuestra impresion inicial, de todos modos, era que la protagonista sufria de algun tipo de alteraciones por cargas emocionales, conflictos familiares o personales, que condujeran a estas experiencias.
Pero no dejamos de contemplar el estar ante un caso de “visitante de dormitorio”, debido a las marcas y cicatrices que Ana presenta en su cuerpo, y algunas otras caracteristicas que suelen darse en estos episodios, como por ejemplo un silbido agudo y sostenido en su oido derecho. Justamente, detras del pabellon auricular derecho aparece muy clara, una cicatriz de 2 centimetros de largo, que desconocia nuestra testigo.
El silbido precedia a la supuesta aparicion de la entidad en su dormitorio, estando ella despierta y muchas veces en otro lugar de la casa. Al concluir la experiencia, Ana eliminaba como tantos otros visitados, grandes cantidades de orina, varias veces durante la noche.
Ademas, dentro de la encuesta que realizaramos incluyendo las preguntas formuladas por la empresa encuestadora Roper, en EEUU, Ana integra el grupo de posibles abducidos.
Con su consentimiento, comenzamos a explorar, entonces, sus experiencias a partir de su recuerdo consciente de esa noche de Diciembre de 1986.
Se reviven los recuerdos:
Primera sesion.-
Despues de inducir un estado modificado de conciencia en nuestra testigo, la llevamos a esa noche donde su recuerdo consciente la enfrentaba con una presencia desconocida en su cuarto.
He aqui el relato.
“Hace calor…
Estoy escuchando un viento. Que suerte, viene una tormenta.
No. Es raro… Los arboles no se mueven.
Los veo por la luz de la calle, no se mueven.
Pero las cortinas si. Que raro, hacia adentro.
Los turbos (ventiladores) apuntan a la ventana…
¡Dios mio, que es eso!
¡Como entro! (Angustiada)».
Se le pide que describa lo que ve.
“Es como un hombre, pero tiene escafandra, casco, no se.
Tengo miedo…viene, viene…”.
Se le vuelve a pedir que siga con la descripcion del ser.
“Es bajo, muy bajo, como de un metro, asi. Cabeza grande, o casco, no se, con visor negro, o son los ojos. Es gris. Me da miedo…
La perra llora, fuerte. No entra”.
“¡Ay. ¡Esta atras mio! Me hace algo en la espalda, Yo lo siento…
Me dice algo, no entiendo, pero me dice algo”.
Se le pide que describa que le hace en la espalda y con que.
“Me pone algo con punta, lo hunde…me duele.
Es frio, me corta… ¡Ay! No… sigue… y escucho un jadeo”.
“Nadie se despierta,… la perra… ¡Ay! ¡Jesus, Jesus!…No me puedo mover…”.
“Ahora se va. Escucho el viento mas fuerte…No parece caminar. Hay un ruido, como una aspiradora. Se fue…desaparecio con el ruido. La perra…entra y llora”.
Al volver al estado de vigilia, Ana dibujo al ser que percibio, segun sus recuerdos en hipnosis. Se sorprendio de todo lo ocurrido ya que conscientemente, no habia recordado toda la experiencia, que preciso como de 15 minutos de duracion y mucho mas aun, del ser.
Segunda sesion.-
Esta segunda sesion de hipnosis fue realizada aproximadamente un mes despues de la anterior.
En ella, comenzamos llevando a la testigo a la misma noche de Diciembre de 1986, repitiendo en su relato las mismas vivencias.
Luego dimos la orden que recordara la primera vez que habia visto al mismo ser.
Su relato:
“Estoy en el patio del colegio…, la maestra…”.
Preguntamos que edad tenia en ese momento.
“Seis años”. Se corta abruptamente. “Un hombre me viene a matar”. Lo dice temblando.
Se le pide que describa al hombre.
“Es muy bajito, es feo…tiene los ojos muy grandes y trae un cuchillo en la mano… (Llora), tengo miedo…”.
Calmandola, se le solicita que describa donde se encuentra.
“En casa, en mi cama, ese hombre viene y quiere matarme”.
Se le pide que mire que tiene el hombre en la mano y que hace.
“Tiene un cuchillo… (Llora). Chiquito, puntiagudo. Me pincha en la barriga…me marca, con puntitos”.
“Dice que no tenga miedo, Yo le entiendo…dice que no me quiere matar. Mi papa…”. Larga pausa en el relato.
“Dice que va a volver”.
Preguntamos nuevamente que hace el hombre al introducir el cuchillo en su abdomen.
“Saca (pausa) tejido, dice que me extrae tejido. Yo lo veo, me saca algo”.
Al concluir la sesion y volver al estado de vigilia, Ana nos relata sus recuerdos de esa epoca.

Tenia mucho temor a la noche cuando se iba a dormir, por ese hombre que queria matarla. Recuerda que deseaba gritar pero no podia y que su hermana no se despertaba, ni se daba cuenta de la presencia de ese “individuo” en la habitacion. Ella deseaba, recuerda con algunas sonrisas, que su padre la ayudara.
Recuerda las marcas persistentes en el abdomen, algunas de ellas, pueden verse aun hoy. Tambien una hemorragia vaginal en esa etapa, que no dio comienzo a las menstruaciones normales.
Con respecto al “cuchillo” que portaba el visitante, pudo comprobar gracias a la hipnosis, que era en realidad una especie de bisturi, con el cual le extraia tejido, o punzaba el abdomen. Por supuesto, reacciono que con respecto al ser, nunca quiso matarla

Liliana Flotta